Hist¨®rico City
El equipo de Guardiola consigue llegar a su primera final de la Champions a costa de un PSG que, privado de Mbapp¨¦ por lesi¨®n, fue incapaz de tirar a puerta
El Manchester City alcanz¨® su primera final de Champions sin apenas sobresaltos. Por no tener, no tuvo m¨¢s bal¨®n que su adversario (44% de la posesi¨®n). Le bast¨® con dos contras, dos goles de Mahrez, para desmantelar a un Paris Saint-Germain desinflado sin Mbapp¨¦ y a duras penas dirigido por Neymar, melanc¨®lico y abatido ante la organizaci¨®n intachable de un adversario inaccesible a base de orden. La mano de Guardiola se advierte en cada part¨ªcula de este equipo de autor, due?o del primer billete a Estambul.
La Manchester sublevada del domingo se cubri¨® de granizo el martes y sobre el Etihad cay¨® el silencio siniestro de la pandemia para restarle esplendor a la semifinal. Sin la energ¨ªa de las multitudes el f¨²tbol se convierte en un ejercicio extra?o, una mueca forzada, un asunto meramente contractual. Cumplieron los equipos con el tr¨¢mite. Se presentaron. Jugaron. Pas¨® el tiempo, que quiz¨¢s sea la parte m¨¢s notable del juego, a falta de p¨²blico. Se televis¨®. Pero a los futbolistas jam¨¢s les lleg¨® el calor de la audiencia, ni se convencieron de que las c¨¢maras son signos que los integran org¨¢nicamente con un grupo social.
Obligados a la rebeld¨ªa, los jugadores del PSG se esforzaron por demostrar que compet¨ªan por orgullo, por dignidad, por desesperaci¨®n. A excepci¨®n de Verratti durante un rato, y de ?ngel di Mar¨ªa durante toda la velada ¡ªcon una pelota de por medio, este hombre es inmune a las cat¨¢strofes¡ª no lo consiguieron. No lo logr¨® Neymar, ni siquiera sometido al aprieto que para todo profesional supone la aproximaci¨®n a los 30 a?os con la necesidad de hacer m¨¦ritos para renovar un contrato. El diez jug¨® regular. Hizo gestos de dolor, se ofusc¨®, pidi¨® la pelota donde deb¨ªa y donde no. Acab¨® estrellado contra la maquinaria del City, cerrada por la contundencia de R¨²ben Dias.
Terriblemente mermado por la lesi¨®n de Mbapp¨¦, que permaneci¨® en el banquillo tapado por un gorro negro, Pochettino reorganiz¨® a su equipo con todo lo que tuvo a mano para desactivar a su rival. Marquinhos llev¨® la zaga a campo contrario, Verratti y Herrera se alternaron para enlazar con Neymar, y Di Mar¨ªa abandon¨® el carril izquierdo para asociarse con todos y aparecer por sorpresa. Arriba flot¨® Icardi, a la espera de que alg¨²n iluminado le metiera un pase con ventaja entre Dias y Stones.
La primera embestida hizo retroceder al City. Durante unos minutos, el equipo de Guardiola se encontr¨® deformado, desprovisto de la pelota que le proporciona los ejes de su identidad. Obligado a adaptarse. Fue en ese periodo cuando abund¨® en la faceta resistente. Dominado, hundido en su ¨¢rea, obligado a correr y a esperar, el pelot¨®n de camisetas celestes acab¨® por encontrar la serenidad en el orden defensivo. Aparte de un cabezazo de Marquinhos al larguero, tras un c¨®rner, los visitantes no pudieron poner a prueba a Ederson. El portero no hizo ni una sola parada.
Se hab¨ªa cumplido el minuto diez y los dos equipos estaban metidos en cancha local. Parec¨ªa que mandaba el PSG cuando un saque de porter¨ªa de Ederson se coordin¨® con la arrancada de Zinchenko. El lateral ucraniano, que otra vez demostr¨® tener m¨¢s f¨²tbol en las botas que Cancelo, vol¨® a trav¨¦s de la raya del mediocampo, rompi¨® el fuera de juego, y al llegar al fondo termin¨® por descuadrar a la defensa que retroced¨ªa entregando la pelota a De Bruyne. El tiro del belga rebot¨® en Kimpembe y Mahrez remach¨® al primer palo. ¡°Cometimos un error dif¨ªcil de explicar en este nivel¡±, lament¨® Pochettino, sobre la perplejidad de su defensa, sorprendida por el portero rival. ¡°Debimos anticiparnos¡±.
La posici¨®n de Gundogan, habitual interior de ataque, troc¨® en doble pivote. Parapetado junto a Fernandinho, el alem¨¢n ayud¨® a vigilar a Neymar al tiempo que privaba de sus suministros a De Bruyne. Como suele sucederle cuando cambia el 4-3-3 por este dibujo m¨¢s conservador, el City perdi¨® presencia en ataque porque limit¨® sus posibilidades de pase. Cedi¨® la iniciativa, pero tampoco le afect¨® demasiado, dada la frustraci¨®n de su oponente. El 1-0 no cambi¨® la necesidad del PSG de meter dos goles para remontar el 1-2 de la ida. Sin embargo, los jugadores del PSG comenzaron a comportarse como si su incapacidad de rematar los persuadiera de que cualquier revoluci¨®n fracasar¨ªa. Result¨® decisivo, pero al rev¨¦s, el nueve que reemplaz¨® a Mbapp¨¦. No se puede jugar peor que Mauro Icardi. Ep¨ªtome del jugador espectador, el argentino contempl¨® unas cuantas jugadas como si ¨¦l no pudiera intervenir. No solo priv¨® a sus compa?eros de un apoyo. Fue tan tap¨®n como Dias o Stones.
Comenz¨® la segunda mitad y lo ¨²nico que se vio de Mbapp¨¦ fueron los ojos a trav¨¦s de su braga y su gorro negro. Parec¨ªa un tuareg en la nieve. Grave, impasible, segu¨ªa el partido con el mismo aire l¨²gubre que sus colegas en el campo. El PSG sigui¨® sin tirar a puerta. Los intentos de Neymar por coger la manija de cada operaci¨®n solo alejaron a su equipo de la porter¨ªa contraria. Pose¨ªdo por la frustraci¨®n, Di Mar¨ªa pis¨® a Fernandinho y el ¨¢rbitro lo expuls¨® por agresi¨®n.
Mahrez, al cabo de un contragolpe bien dirigido por De Bruyne y mal defendido por Neymar en el origen, remat¨® el 2-0. El franc¨¦s se consagr¨® como protagonista de la eliminatoria con un hat-trick. Tres goles que abrieron la puerta de la primera final de Champions en la historia del Manchester City.
Guardiola: ¡°?Esto no es solo dinero!¡±
¡°La gente cree que es f¨¢cil llegar a una final de Champions¡±, dijo Pep Guardiola, el t¨¦cnico del Manchester City, tras eliminar al PSG por un resultado global de 4-1.
¡°Afortunadamente, la final es el reconocimiento al trabajo de los ¨²ltimos cuatro a?os¡±.
Fichado en 2016, el t¨¦cnico espa?ol sufri¨® cr¨ªticas recurrentes cada vez que qued¨® eliminado de la Champions, a pesar de ganar dos t¨ªtulos de Premier. Camino de su tercera Premier, en su quinta temporada logr¨® acceder a la final de Champions con la versi¨®n defensivamente m¨¢s s¨®lida de todo su repertorio. Ning¨²n equipo de Guardiola encaj¨® menos goles por partido que este City. Ninguno goz¨® de una mayor inversi¨®n en fichar defensas.
"Claro que hemos invertido dinero en la ¨²ltima d¨¦cada, desde que el jeque Mansour se hizo cargo", dijo Guardiola, en respuesta a los cr¨ªticos que recuerdan que despu¨¦s de m¨¢s de 1.800 millones de euros del tesoro de los Emiratos invertidos en fichajes desde 2009, lo normal es ganar la Champions. "?Pero no es solo dinero! Aqu¨ª hay gente incre¨ªble haciendo un gran trabajo, trazando una estrategia coherente. Si ganamos esta Premier el club sumar¨¢ cinco desde 2012. ?Lo que hemos hecho esta temporada es incre¨ªble!".
Kyle Walker, veterano de cuatro temporadas en el equipo del centro de Manchester, lo anunci¨® sobrecogido por la emoci¨®n. ¡°Este club y estos jugadores necesitaban una final de Champions¡±, dijo; ¡°con el talento que hay en este vestuario, no alcanzar la final ha sido una decepci¨®n a?o tras a?o¡±.
Mientras la fiesta se desataba en el camerino local, Mauricio Pochettino, el t¨¦cnico del PSG, evitaba darle importancia a la lesi¨®n de Kylian Mbapp¨¦, que sufre una rotura en la musculatura de la pierna derecha. ¡°Por descontado que Mbapp¨¦ es un jugador importante¡±, dijo el argentino; ¡°pero no se puede poner como excusa. El f¨²tbol es un deporte colectivo. Los resultados se consiguen entre 25 jugadores. Ahora tenemos que levantarnos¡±.
Para Guardiola ser¨¢ la tercera final de la Champions en su carrera desde la banda (jug¨® dos como futbolista). Las otras, en la 2008-09 y 2010-11, las consigui¨® con el Barcelona y ambas se las gan¨® al Manchester United.
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