Jack Miller es un cicl¨®n en el GP de Francia

Parece tenerlo todo Ducati este 2021. Siempre tuvo un equipo pasional y convencido. Y una moto peculiar que hoy siguen admirando los rom¨¢nticos, pero tambi¨¦n envidian los rivales. Porque no solo tira de potencia, es manejable y amigable. Inalcanzable incluso en circuitos como Jerez o Le Mans, tan ideales hist¨®ricamente para la Yamaha. Ganadora cuando brilla el sol; pero tambi¨¦n cuando caen chuzos de punta, como ocurri¨® este domingo en el GP de Francia.

Tiene tambi¨¦n la f¨¢brica de Borgo Panigale a dos pilotos j¨®venes...

Parece tenerlo todo Ducati este 2021. Siempre tuvo un equipo pasional y convencido. Y una moto peculiar que hoy siguen admirando los rom¨¢nticos, pero tambi¨¦n envidian los rivales. Porque no solo tira de potencia, es manejable y amigable. Inalcanzable incluso en circuitos como Jerez o Le Mans, tan ideales hist¨®ricamente para la Yamaha. Ganadora cuando brilla el sol; pero tambi¨¦n cuando caen chuzos de punta, como ocurri¨® este domingo en el GP de Francia.

Tiene tambi¨¦n la f¨¢brica de Borgo Panigale a dos pilotos j¨®venes y ambiciosos, puro talento, tan distintos en las distancias cortas como encima de la moto: puro arrojo Jack Miller, ganador por segunda semana consecutiva y tras una retah¨ªla de tropiezos en una carrera pasada por agua, una de sus especialidades; inteligente y paciente Pecco Bagnaia, cuarto en una jornada llena de contratiempos. Cuentan, incluso, los de Bolonia con un actor secundario tan brillante como Johan Zarco, otro experto compitiendo bajo la lluvia, segundo este domingo con el equipo sat¨¦lite Pramac.

Se present¨® el domingo con cara de pel¨ªcula de terror. Y a nadie le sorprendi¨®. Desde que las motos salieron a pista el viernes no hab¨ªa parado de caer agua, en mayor o menor cantidad, con m¨¢s o menos fuerza, con rayos de sol y con viento. As¨ª que a nadie pill¨® desprevenido el cielo cuando, en plena formaci¨®n de la parrilla, los nubarrones se pusieron dram¨¢ticos y ofrecieron toda la paleta de grises. Se apag¨® el sem¨¢foro, la pista seca, los nervios a flor de piel, y arranc¨® una carrera ¨CVi?ales, primero, Miller a rueda¡ªque cambiar¨ªa en pocos minutos.

A las dos vueltas empezaron a caer las primeras gotas; al tercer giro direcci¨®n de carrera mand¨® ondear la bandera blanca, la que avisa de que se puede entrar al garaje para cambiar de moto; y al cuarto se puso a llover con fuerza. Fue en aquel momento cuando asomaron los m¨¢s corajudos: engancharon el gas Miller y Quartararo, que hasta se tocaron en la pelea por ponerse en cabeza; aceler¨® M¨¢rquez, que adelant¨® a Vi?ales ¨Cfinalmente d¨¦cimo: ¡°he sufrido mucho¡±, confes¨®¡ª sin pensarlo demasiado. Tuvo un peque?o susto Quartararo, se sali¨® de pista Miller y M¨¢rquez aprovech¨® para ser el primero en hacer el cambio de moto y subirse a la Honda con gomas y configuraci¨®n de lluvia. Sali¨® lanzado. Correr en esas condiciones (en mojado bajan el ritmo y la exigencia f¨ªsica) le pondr¨ªa en igualdad de condiciones con sus rivales, pues podr¨ªa estar m¨¢s pendiente de la carrera que de su brazo derecho, todav¨ªa recuper¨¢ndose tras nueve meses de baja y tres operaciones.

Mientras M¨¢rquez buscaba abrirse camino en cabeza ¨CQuartararo le segu¨ªa de cerca¡ª, avis¨® la lluvia, que mando a Rins por los suelos (era tercero en la tercera vuelta) en su primer giro con los neum¨¢ticos rayados. Tres vueltas m¨¢s tarde ca¨ªa tambi¨¦n el de Honda, que empez¨® la remontada. Volv¨ªa a sentirse piloto. Compet¨ªa de t¨² a t¨² y se permit¨ªa cometer errores, como cuando estaba sano y se sent¨ªa el mejor, cuando aspiraba a todo y jugaba a la ruleta rusa casi en cada vuelta de casi cada carrera. Pero se volver¨ªa a caer Rins como se cay¨® tambi¨¦n M¨¢rquez, otra vez, a diez vueltas del final, cuando rodaba 11? y pensaba en dar caza a Rossi.

El drama acechaba en cada esquina. No hubo mejor ejemplo que Jack Miller, un cicl¨®n que pudo con todo, pese a una salida de pista y pese a ser penalizado con hacer dos vueltas largas ¨Clo mismo que su compa?ero Bagnaia¡ªpor exceder la velocidad en la salida del pit lane despu¨¦s de cambiar de moto. Para ¨¦l, sin embargo, s¨ª hubo un final feliz. Su ritmo y su rendimiento con la pista mojada eran tan buenos que el australiano, henchido de confianza tras la victoria dos semanas atr¨¢s en Jerez, pudo con Quartararo incluso despu¨¦s de cumplir su castigo. A 16 vueltas para el final, el de Ducati adelant¨® a Quartararo en plena bajada y se puso en cabeza. Ya nadie se le acercar¨ªa.

En solo un giro le sac¨® cuatro segundos y medio al franc¨¦s, que tuvo que pagar tambi¨¦n con una penalizaci¨®n una mala ejecuci¨®n del cambio de moto: ya no ha lugar ni a la improvisaci¨®n ni a los inventos en las llamadas carreras flag to flag (esas en las que se permite el cambio de moto por la irrupci¨®n de la lluvia), todo est¨¢ regulado por reglamento y Fabio, entre el estr¨¦s y las prisas, se confundi¨® y dej¨® su moto de seco frente al box de su compa?ero Vi?ales. No solo tuvo que correr m¨¢s metros de la cuenta, sino que una vez en pista tuvo que hacer tambi¨¦n ¨¦l una vuelta larga como castigo.

Fue cuando ces¨® la lluvia cuando empezaron a animarse algunos de los pilotos que llegaban desde atr¨¢s. Como Zarco, que super¨® a Nakagami para ganarse el derecho a subir al podio. Y que acabar¨ªa tambi¨¦n adelantando a Quartararo a seis vueltas del final.

O como Bagnaia, 16? clasificado el s¨¢bado, que culmin¨® una magn¨ªfica remontada con un cuarto puesto que, aunque no le permite defender el liderato de la general, le deja a solo un punto de Quartararo, nuevo l¨ªder de MotoGP. Feliz como unas casta?uelas el de Niza por volver al podio en Le Mans, hacerlo en unas condiciones que nunca le fueron favorables y 12 d¨ªas despu¨¦s de pasar por quir¨®fano para liberar su antebrazo de los problemas del s¨ªndrome compartimental que lo dejaron fuera de juego en el ¨²ltimo gran premio.

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