Gloria y miseria del farolillo rojo
Matignon gan¨® en el Puy de D?me en 1969, cuando ser el ¨²ltimo de la general ten¨ªa ventajas econ¨®micas
Matignon gan¨® dos d¨ªas antes de que el hombre llegara a la Luna un 20 de julio de 1969. En Francia tambi¨¦n hay una luna, y se llama Puy de D?me, un volc¨¢n apagado hace 8.000 a?os en la Auvernia, cerca de Clermont-Ferrand, la cuna de Edouard Michelin, el inventor del neum¨¢tico desmontable para las bicicletas, creador del emporio de las ruedas, de las gu¨ªas gastron¨®micas y el mu?eco Bibendum, s¨ªmbolo de la marca.
Matignon gan¨® en el Puy de D?me y nadie se lo esperaba, porque era el farolillo rojo de la general del Tour y no llevaba una buena semana. Eddy Merckx le llevaba m¨¢s de tres horas de ventaja, le hab¨ªan sancionado con 15 minutos por dar positivo en un control antidopaje, que en 1969 se castigaba con laxitud, y su situaci¨®n no ten¨ªa visos de cambiar, pero fue a peor con su victoria de etapa. El farolillo rojo ten¨ªa una ventaja, por la que los ciclistas menos dotados peleaban. A veces, cuando su situaci¨®n clasificatoria era muy mala, se dejaban ir, perd¨ªan minutos aposta para ocupar el ¨²ltimo lugar de la lista, siempre con el cuidado de no caer fuera de control. ?La raz¨®n? A los mejor clasificados les llov¨ªan los contratos para los crit¨¦riums que se celebraban al acabar la carrera. Se pagaban grandes cantidades en las pruebas de exhibici¨®n que se disputaban en Francia, B¨¦lgica y Holanda. Muchos campeones obten¨ªan mayores ingresos en esas pruebas, donde el contrato era individual, que por ganar el Tour, en el que las ganancias se repart¨ªan entre todos los corredores del equipo. Pero los organizadores de los crit¨¦riums tambi¨¦n sol¨ªan contratar al farolillo rojo. El ¨²ltimo clasificado era una atracci¨®n que no cobraba tanto como el ganador, pero se llevaba una buena cantidad. La ¨²nica condici¨®n era saber estar en su sitio, sin querer deslucir la actuaci¨®n del l¨ªder. Un ¨²ltimo puesto del Tour eran muchos francos.
Pero Pierre Matignon, dorsal n¨²mero 88, clasificado en el puesto 86?, se lio la manta a la cabeza camino del Puy de D?me, el 18 de julio de 1969. ¡°Me sent¨ªa rid¨ªculo, quer¨ªa que mi nombre apareciera en el comunicado de prensa de la carrera al menos una vez¡±, explicaba. ¡°Me sent¨ªa milagrosamente bien despu¨¦s de tantos d¨ªas de fatiga, y quer¨ªa figurar en un ataque¡±, agregaba. ¡°Puedo decirlo con franqueza, no ten¨ªa nada planeado, pero sub¨ª bien el alto de Chavanon y me dije que hab¨ªa llegado el momento de aprovechar la oportunidad¡±.
Estuvo escapado 60 kil¨®metros, y cuando comenz¨® el ascenso de 6.000 metros, llevaba siete minutos de ventaja al pelot¨®n. Corr¨ªa en el Frimatic-Viva-De Gribaldy, propiedad de un antiguo ciclista, el vizconde De Gribaldy, que pon¨ªa el dinero de su inmensa fortuna para financiar al equipo. El mec¨¢nico se mof¨® de Matignon cuando pinch¨®, antes de la escapada. Con tono burl¨®n le dijo: ¡°Te pongo una de las ruedas buenas, pero tienes que ganar la etapa¡±. Ascend¨ªa por las interminables cuestas del volc¨¢n, iba perdiendo tiempo. Por detr¨¢s, el Can¨ªbal Eddy Merckx se com¨ªa los kil¨®metros, implacable, pero Matignon aguant¨®. Lleg¨® a la meta con 1m25s de ventaja, gan¨® la etapa, pero perdi¨® los crit¨¦riums. Diez minutos m¨¢s tarde entr¨® Wilhelm, otro franc¨¦s, nuevo farolillo rojo, as¨ª llegar¨ªa a Par¨ªs para firmar los contratos que se le escaparon a Matignon por ganar dos d¨ªas antes de que el hombre llegara a la Luna.
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