A Sarrapio se le aparece la Virgen

?ngel Jos¨¦ Sarrapio es de Arenas de Cabrales, en Asturias, cerca de los Picos de Europa, a unos kil¨®metros del Naranjo de Bulnes, que est¨¢ en su t¨¦rmino municipal, y de la garganta del Cares, parte de cuya ruta pasa por el pueblo, pero, con su familia, se fue a vivir a Gij¨®n, al barrio obrero de Natahoyo. Era el mayor de ocho hermanos y ten¨ªa que arrimar el hombro, pero le tiraba el deporte. Practic¨® la halterofilia, la lucha, el boxeo, pero se decidi¨® por la bicicleta. Se compr¨® una en la tienda de Jos¨¦ Amieva, por la que pasaban todos los profesionales asturianos.

No era malo Sarrapio, as¨ª que comenz¨® a destacar, y el equipo c¨¢ntabro Aspro se fij¨® en ¨¦l. No era un campe¨®n, pero s¨ª un buen gregario. Le fich¨® luego el Teka, y en 1984 se le apareci¨® la Virgen por primera vez. Corr¨ªa la Vuelta a Asturias e iba escapado en solitario. En el descenso del puerto de La Llama, camino de Villaviciosa, choc¨® contra una furgoneta que ven¨ªa de frente. El coche del Teka tuvo que esquivar al corredor tendido en el suelo, y se fue al barranco. Qued¨® colgado haciendo equilibrios. A Sarrapio lo trasladaron al hospital de Cabue?es, y por la gravedad de sus heridas, al Hospital General de Asturias. Estuvo dos d¨ªas en coma.

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Dos a?os m¨¢s tarde corr¨ªa el Tour. El 13 de julio de 1986 todav¨ªa le dol¨ªa el pecho de una bronquitis que arrastraba, y le pesaban las piernas, pero en el kil¨®metro 70, camino de Futuroscope, se le ocurri¨® acelerar y sacarle unos segundos al pelot¨®n, en el que solo Jean Claude Bagot reaccion¨®. Se uni¨® a ¨¦l ante la desidia del resto. El franc¨¦s del equipo Fagor acariciaba la idea de vestirse de amarillo, aunque s¨®lo fuera por unos d¨ªas. Llevaba ocho minutos de retraso en la general, y la ventaja de la pareja subi¨® hasta los nueve. En el pelot¨®n comenzaron a reaccionar. El Carrera y el Panasonic aceleraron la marcha, pero se cay¨® Robert Millar, y los suyos se quedaron a esperarle. Baj¨® el ritmo, mejor para los fugados.

Quedaban 20 kil¨®metros y Sarrapio decidi¨® dejar de colaborar. Se puso a rueda de Bagot y se neg¨® a dar relevos. ¡°Le dije que no pod¨ªa, que no quer¨ªa¡±. Si el franc¨¦s quer¨ªa ser l¨ªder, que trabajara ¨¦l. Se enfad¨® el aspirante al amarillo; meti¨® cuneta para dejar fuera de su rebufo a Sarrapio, le hizo gestos de que diera relevos, pero el asturiano dijo que no, todo fue in¨²til. ¡°Me tragaba todo el aire, sufr¨ªa como un perro¡±, dijo, pero segu¨ªa ah¨ª. Bagot era m¨¢s r¨¢pido que el ciclista del Teka, as¨ª que ¨¦ste decidi¨® ahorrar todas las fuerzas posibles. Cuando bajo la pancarta del ¨²ltimo kil¨®metro Sarrapio arranc¨®, Bagot neutraliz¨® el intento, pero s¨®lo era un amago. A 300 metros lleg¨® el arre¨®n definitivo, y entonces el franc¨¦s ya no tuvo nada que hacer. Visiblemente enfadado, cedi¨® y gan¨® el asturiano. Cuando se le acercaron los periodistas sentenci¨®: ¡°Hay d¨ªas en los que se te aparece la Virgen¡±. El pelot¨®n lleg¨® a menos de tres minutos y Bagot no se visti¨® de amarillo. Al d¨ªa siguiente, sus amigos quisieron pegar a Sarrapio.

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