Anna Cruz: ¡°Me hizo la vida imposible¡±
La jugadora internacional relata su experiencia con Lucas Mondelo como entrenador, los ¡°m¨¦todos obsesivos¡± y la ¡°persecuci¨®n¡± que la llevaron a abandonar la selecci¨®n en enero
El primer aldabonazo de que algo grave suced¨ªa en la selecci¨®n femenina de baloncesto lo dio Anna Cruz el 11 de enero. Ese d¨ªa, la jugadora barcelonesa, de 34 a?os, campeona de la WNBA en 2015 y 158 veces internacional (ocho medallas), anunci¨® su adi¨®s al equipo con un contundente comunicado cargado de reproches velados al entrenador, Lucas Mondelo, sin citarlo, pero sin dejar dudas. ¡°A la familia no se la trata as¨ª¡±, explic¨® en su texto de despedida. ¡°Antes de que todo lo vivido se vuelva amargo, prefiero separar nuestros caminos. Yo tambi¨¦n tengo poder, el poder de decidir para qui¨¦n trabajo y para qui¨¦n no. Ha hecho mucho da?o a gente que m¨¢s de una vez le ha sacado las casta?as del fuego¡±, se?al¨® en su carta. Cruz hab¨ªa sido la art¨ªfice de las dos canastas m¨¢s providenciales de este ciclo ganador ¡ªen los cuartos del Europeo de 2015 y de los Juegos de R¨ªo 2016, ante Montenegro y Turqu¨ªa respectivamente¡ª, claves para hilvanar la secuencia de las siete medallas consecutivas entre 2013 y 2019.
Antes de esa marcha de Cruz se hab¨ªa producido la retirada, entonces temporal, de Marta Xargay; y despu¨¦s, en mayo, lleg¨® la renuncia de Laura Nicholls. Las tres jugadoras, junto con Astou Ndour, m¨¢s importantes en la conquista del oro en 2019, el ¨²ltimo p¨®ster glorioso de esta era. El domingo, Marta Xargay revel¨® haber sufrido bulimia en el tramo final de su carrera a consecuencia del trato del ya exseleccionador. Ahora es Anna Cruz la que relata su testimonio a EL PA?S.
¡°Cuesta mucho llegar a la ¨¦lite y es muy duro tenerlo que dejar porque una persona te hace la vida imposible¡±, explica la alero barcelonesa. ¡°Lo haces para salvar tu salud. Su maltrato psicol¨®gico continuado me gener¨® estr¨¦s, ansiedad, depresi¨®n¡ me llev¨® a abandonar la selecci¨®n y a vivir un proceso muy dif¨ªcil¡±.
Al igual que Xargay, Anna Cruz tambi¨¦n coincidi¨® con Mondelo en el equipo ruso del Kursk, en este caso en la temporada 2016-2017, dos cursos antes que Xargay. Y, ya entonces, lo que vivi¨® le permite refrendar el testimonio de su compa?era. ¡°Utilizaba lo del peso como estrategia de presi¨®n y acoso, no de control m¨¦dico. Sus aspavientos detr¨¢s de la b¨¢scula eran de escarnio p¨²blico. Como si mis compa?eras rusas no le entendieran. Ha hundido a muchas jugadoras. A m¨ª no me pill¨® por ah¨ª, pero me fue minando por otras v¨ªas¡±, contin¨²a en su relato. Con el tiempo, Cruz y Xargay comprobaron c¨®mo aquellos contratos en Rusia fueron utilizados por el entrenador como una deuda moral sobre ellas ¡ª¡±Marta fue mi opci¨®n personal para que me acompa?ara en la aventura en Kursk¡±, dijo Mondelo en su r¨¦plica¡ª y para focalizar sus ¡°m¨¦todos obsesivos y persecuci¨®n¡± tambi¨¦n en la selecci¨®n.
La presi¨®n acumulada por el anfitrionaje en el Mundial de 2018 en Tenerife; el desgaste f¨ªsico y mental con el que el equipo lleg¨® al Europeo de 2019 y el exceso de atribuciones creciente del seleccionador, fiscalizando la vida privada de las jugadoras y estableciendo focos de conflicto constantes, quebraron definitivamente el grupo. ¡°La exigencia del deporte de ¨¦lite no se puede llevar por delante el resto de valores. No todo vale para ganar y ganar no lo puede justificar todo. Se tiene que normalizar el decir basta, no el tragar siempre. No vale todo¡±, prosigue Cruz. ¡°Ojal¨¢ ninguna compa?era tenga que volver a vivir nunca este trato. Nos encanta competir y pasamos por alto cosas intolerables. Las medallas y los t¨ªtulos no tienen que salir tan caros¡±, suma en su relato.
Parad¨®jicamente, alcanzar ¨¦xitos en estos a?os supuso para muchas jugadoras perpetuar una condena. ¡°Al principio de este recorrido ¨¦ramos un grupo muy unido, tambi¨¦n contra ¨¦l, porque todas lo sufr¨ªamos. Nos hac¨ªamos fuertes entre nosotras. Pero con el tiempo, ¨¦l consolid¨® esa necesidad de conflicto que tiene para desarrollar su mando y comenz¨® a fomentar la competencia insana dentro del equipo¡±, detalla Cruz. ¡°Exponerse a obedecer a alguien que te hace la vida imposible es dur¨ªsimo mentalmente¡±, a?ade. ¡°Si no r¨ªes las gracias pasas a llevar la etiqueta de problem¨¢tica. Esto no deja de ser un trabajo y esas pr¨¢cticas son de acoso laboral¡±.
Tras la pandemia, la primera concentraci¨®n preparatoria para este verano, en noviembre del a?o pasado, se convirti¨® en un trauma para varias jugadoras, entre ellas Cruz. Fue su ¨²ltima aparici¨®n con la selecci¨®n. Como remate, un amistoso televisado con el equipo dividido con camisetas rojas y blancas, partido en cuerpo y alma. ¡°Necesit¨¦ ayuda psicol¨®gica para superar el p¨¢nico a ir a entrenar esos d¨ªas¡±, recuerda.
Cruz ven¨ªa de una operaci¨®n de rodilla meses atr¨¢s y, lejos de encontrar respaldo para alcanzar su m¨¢ximo competitivo, se encontr¨® con una persecuci¨®n. El tuit de respaldo a Xargay tras su retirada, criticando otro del seleccionador de apoyo a su compa?era ¡ª¡±podr¨ªamos haber tratado mejor a la persona cuando la ten¨ªamos al lado, en lugar de intentar ser un bienqueda p¨²blicamente¡±¡ª, coloc¨® a Cruz en el disparadero de Mondelo. ¡°Las faltas de respeto, personales y profesionales, que sufr¨ª en aquella concentraci¨®n fueron dur¨ªsimas. Pasaba de hacerme el vac¨ªo a la descalificaci¨®n delante de todos. El abuso de poder se convirti¨® en humillaci¨®n. Tuve que defenderme hasta de cuestiones de mi vida privada. Los ataques de ansiedad que sufr¨ª aquellos d¨ªas me llevaron a decir basta. No pod¨ªa aguantar m¨¢s toda esa mierda¡±, completa Cruz. Varias compa?eras definen lo que vivi¨® aquellos d¨ªas como un caso claro de mobbing.
En el a?o y medio siguiente al oro de 2019, Xargay, Cruz y Nicholls no aguantaron m¨¢s y se marcharon sin poder cerrar su ciclo en la selecci¨®n sobre la pista. En julio, Espa?a cay¨® en cuartos del Eurobasket frente a Serbia y, hace unos d¨ªas, en la misma ronda de los Juegos ante Francia. ¡°No pude ni poner la tele. Me hac¨ªa da?o verlas. No estamos ah¨ª por motivos extradeportivos. Son muchos a?os y muchas cosas que hemos vivido juntas. Muchos momentos bonitos y dif¨ªciles¡¡±, cierra Cruz.
Un amistoso convertido en un trauma
La selecci¨®n femenina de baloncesto se reuni¨® en noviembre pasado en L¡¯Alquer¨ªa de Valencia para poner la primera piedra en la preparaci¨®n para el doble reto que iba a afrontar este verano: el Europeo de Valencia y los Juegos de Tokio de forma consecutiva, con solo 25 d¨ªas de margen entre una y otra cita. La concentraci¨®n se cerr¨® con un amistoso in¨¦dito, televisado por Teledeporte, con las jugadoras de la selecci¨®n divididas en dos equipos, rojo y blanco.
En el equipo rojo, dirigido por Lucas Mondelo, formaron Laia Palau, Cristina Ouvi?a, Alba Torrens, Astou Ndour, Laura Gil, Laura Quevedo, Andrea Vilar¨®, Maite Cazorla y Raquel Carrera. En el conjunto blanco, entrenado por Madel¨¦n Urieta, ayudante de Mondelo, estaban Silvia Dom¨ªnguez, Queralt Casas, Anna Cruz, Mar¨ªa Ara¨²jo, Laura Nicholls, Leo Rodr¨ªguez (3), Bel¨¦n Arrojo, Nogaye Lo, Paula Ginzo y Aina Ayuso.
El resultado fue un marcador de 73-36, igual de escandaloso que el despliegue de Mondelo desde la banda, seg¨²n cuentan varias jugadoras presentes. La estudiada descompensaci¨®n de los equipos y los comentarios y descalificaciones del entonces seleccionador contra algunas jugadoras convirtieron el amistoso en un trauma, en un movimiento m¨¢s en las estrategias de Mondelo con su grupo.
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