El jubileo de Roglic
Tercera Vuelta consecutiva para el esloveno, de 31 a?os, que se impone tambi¨¦n en la ¨²ltima contrarreloj. Enric Mas y Jack Haig le acompa?an en el podio
Fundido f¨ªsica y mentalmente, se despide del ciclismo a los 31 a?os reci¨¦n cumplidos Fabio Aru, sardo ¨¢gil y vivaz cuando m¨¢s joven a¨²n, a los 25, le gan¨® una Vuelta a Tom Dumoulin. Sus zapatillas est¨¢n rotuladas con el jovial That¡¯s all folks!, esto es todo, amigos, y el mismo tipo de letra de c¨®mic, que cerraba los dibujos animados de Porky y Bugs Bunny.
La plaza del Obradoiro es el final del camino de Aru y de la Vuelta del 21, la tercera consecutiva que, como Tony Rominger hace 30 a?os, gana Primoz Roglic, de la misma edad que Aru, y m¨¢s sabio cada d¨ªa que pasa, y m¨¢s joven, y se gana el jubileo corriendo si no como un ni?o casi como un car¨¢cter de dibujos animados, a veces alocado, acelerado, siempre fantasioso, nunca calculador.
Miembro m¨¢s veterano de los llamados nuevos del ciclismo, la generaci¨®n que naci¨® rozando el cambio de siglo ¡ªla de Evenepoel, Egan, Van Aert, Pogacar, Van der Poel¡¡ª, ¨¦l est¨¢ filos¨®ficamente un paso por delante. La fantas¨ªa cobra cada vez m¨¢s importancia en su estilo que incluso la victoria. Y pese a ello, el campe¨®n ol¨ªmpico contrarreloj es el n¨²mero uno del ranking mundial. El ciclismo can¨®nico, en el que se qued¨® anclada Espa?a hace d¨¦cadas, se bate en retirada.
Roglic ni siquiera fue calculador, ni regul¨® las fuerzas con una salida at¨®mica, ni mir¨® el reloj ni las referencias, solo movi¨® r¨ªtmicamente los lomos de su espalda inm¨®vil y plana para ganar una contrarreloj dur¨ªsima, de las de 45 de media pese a sus kil¨®metros de descensos vertiginosos, en la que su mente juguetona, quiz¨¢s aburrida de que la carretera fuera un t¨²nel entre vallas publicitarias, le inclin¨® a tomar un desv¨ªo a Santiago en una curva en la que no hab¨ªa vallas. Entre Padr¨®n, picantes y saltarinas las piedras de las calles del inicio, y Santiago, solo la levanta del sill¨ªn para devorar, goloso, repechos dur¨ªsimos.
Corre tan r¨¢pido, pese a todo, pese a odiar el concepto gesti¨®n del esfuerzo, tan en boga, que exceptuando a los siete que le siguen en la clasificaci¨®n, habr¨ªa doblado a todos. Enric Mas termin¨® noveno, una gran contrarreloj del escalador mallorqu¨ªn, y se llev¨® el inmerecido castigo a su orgullo de verse superado por el esloveno lanzado al esprint, partido dos minutos m¨¢s tarde, en las ¨²ltimas curvas sobre las piedras compostelanas, una foto dolorosa. A Roglic le esperan en la plaza sus compa?eros del Jumbo, que le abrazan, una Estrella de Galicia bien fr¨ªa, o dos, la m¨²sica de unas gaitas sopladas por gaiteras y gaiteros de negro luto riguroso, y una larga sesi¨®n en el podio montado en la plaza entre hinchables de feria de pueblo y sombrillas de terraza de chiringuito playero junto a las piedras venerables de la catedral. Fue su cuarta victoria de etapa en una Vuelta que comenz¨® igual, visti¨¦ndose de rojo tras otra contrarreloj junto a otra catedral de 800 a?os, la de Burgos, s¨ªntoma, se?al y signo del dominio que vendr¨ªa.
Alcanzar los l¨ªmites
A su lado, en el podio, contagiados quiz¨¢s de su alegr¨ªa, el habitualmente m¨¢s serio Enric Mas, segundo por segunda vez en su vida, y acaba de cumplir 26 a?os, y el australiano Jack Haig, que, tras reventar la cabeza de Superman en Galicia, lider¨® finalmente al equipo m¨¢s colectivo, e inagotable fuente de energ¨ªa, el Bahrein que perdi¨® a Mikel Landa y, como en el Giro, gan¨® a Damiano Caruso, ganador en Velefique, y al maillot blanco de mejor joven Gino M?der, el ciclista del siglo, indiferente al pasado, chico de presente que cuando gan¨® una etapa dura en el pasado Giro declar¨®, para pasmo de la stampa, ?sacrilegio!, que lo sent¨ªa, que no ten¨ªa ni idea de qui¨¦n era Gino Bartali, cuyo patron¨ªmico le deb¨ªan de haber puesto sus padres por su afici¨®n al ciclismo, seguramente. Y terminada la pel¨ªcula no dice esto es todo, amigos: es un paso m¨¢s en su camino de perfecci¨®n.
¡°No gan¨¦ el Tour de 2020 [aquel que le birl¨® su compatriota Tadej Pogacar en la ¨²ltima contrarreloj] porque me pas¨¦ de calculador¡±, dec¨ªa en enero Roglic, quien semanas despu¨¦s de ese Tour gan¨® la Lieja y su segunda Vuelta. ¡°No me frustr¨® para nada no ganar. Para m¨ª, lo mejor de la vida, es la preparaci¨®n, la b¨²squeda constante de mejorar, de alcanzar mis l¨ªmites. El camino es lo que me gusta, no la meta¡±.
La Vuelta del 21 ha sido su camino, claro. La ha recorrido, sus seis grandes r¨ªos y sus valles y monta?as, del Duero al Mi?o y entre medias el Ebro, el Tajo, el Guadalquivir y el Guadiana, y sus afluentes, como se recorren los jardines del renacimiento, un cuadrado perfecto, de ¨¢ngulos rectos que entre sus rectas, en su interior, es un laberinto que ¨¦l recorre siguiendo un interminable hilo, y se acelera o se frena seg¨²n su humor, seg¨²n su antojo, sin privarse del placer de pedalear libre, m¨¢s fuerte a veces que su deseo de victoria, como habla Mats Wilander cuando habla de Carlos Alcaraz.
Se lanza y se cae hacia Rinc¨®n de la Victoria, cuando su equipo, inteligentemente, le deja la carga del rojo a los belgas del noruego Odd Eiking, se marca un paso a dos con Enric Mas en Valdepe?as de Ja¨¦n, se va de lejos, innecesariamente siempre, con Egan Bernal, con ¨¦l y Pogacar la gran trilog¨ªa de dominadores de las grandes Vueltas, hacia Lagos, y gana as¨ª, con estilo, una Vuelta que podr¨ªa haber ganado sencillamente con las dos contrarreloj. Y as¨ª gana con 4m 42s sobre el segundo, la mayor diferencia desde 1997 (m¨¢s de cinco minutos de Z¨¹lle a Escart¨ªn). Y el segundo, Mas, dice: ¡°?Voy a mejorar!¡±.
El r¨¦cord negativo del ciclismo espa?ol: ni una etapa ganada
Por primera vez desde hace 25 a?os, desde, precisamente, la despedida de Miguel Indurain al pie de Lagos, se cierra la Vuelta sin ni un triunfo de etapa de un ciclista espa?ol. M¨¢s a¨²n: por primera vez desde que hay Giro, Tour y Vuelta, se cierra el a?o sin ninguna victoria de etapa de un espa?ol en ninguna de las tres grandes.
En la clasificaci¨®n de la monta?a, tradicional refugio y objetivo del ciclismo nacional, solo hay un espa?ol, Mas, octavo, entre los 15 primeros. En la de j¨®venes, nacidos despu¨¦s del 31 de diciembre de 1995, solo uno, Gotzon Mart¨ªn, de 25 a?os, entre los 20 primeros. Es noveno de la clasificaci¨®n del maillot blanco, a casi dos horas de su ganador, el suizo Gino M?der.
Solo el segundo puesto de Enric Mas
Aparte de la pelea de Mas, y m¨¢s all¨¢ de la falta de victorias, el ciclismo espa?ol no ha tenido ning¨²n peso en la carrera: han sido gregarios cansados, la voluntad de destacar del veterano David de la Cruz (el segundo espa?ol en la general, s¨¦ptimo), que busca equipo; la cierta solidez del joven que crece Juan Pedro L¨®pez (13? en la general de su segunda Vuelta), modestos como ?scar Cabedo (19?) con voluntad de mejorar y tres equipos de segunda divisi¨®n, Euskaltel, Burgos, Caja Rural, combativos que han garantizado las fugas los d¨ªas tontos y de los que saldr¨¢n los ciclistas de ma?ana. Y Aranburu, el talento que se cay¨®.
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