El Reino Unido se queda sin ver a Cristiano Ronaldo por televisi¨®n por una ley de 1960

Los ingleses exigen al resto del mundo que tolere sus rarezas ¡ªconducir por la izquierda¡ª como deliciosas excentricidades a las que no piensan renunciar. Salvo que descubran que esas rarezas juegan en su contra. Entonces clamar¨¢n, como ha hecho esta semana el comentarista deportivo Jason Burt, del The Daily Telegraph, que resulta intolerable que ¡°los aficionados brit¨¢nicos sean tratados como ciudadanos de segunda clase¡±. El Reino Unido, junto a Corea del Norte, Cuba, Afganist¨¢n y Turkmenist¨¢n, ser¨¢ uno de los pocos pa¨ªses que el pr¨®ximo s¨¢bado no podr¨¢ ver el regreso de Cristiano Ronaldo, la megaestrella del f¨²tbol, a la Premier League con el Manchester United despu¨¦s de 12 a?os. Se estrenar¨¢ el pr¨®ximo s¨¢bado a las tres de la tarde (cuatro, hora peninsular espa?ola) en Old Trafford. El portugu¨¦s regresa al equipo en el que comenz¨® su mete¨®rica carrera y el primer encuentro lo disputar¨¢ contra el Newcastle.

Por mucho que truenen algunos periodistas y aficionados ¡ªotros defienden la regla contra viento y marea¡ª, el partido m¨¢s esperado de los ¨²ltimos a?os estar¨¢ vetado (al menos, en directo) para los telespectadores ingleses. Se aplicar¨¢ a rajatabla la regla del blackout (apag¨®n). En la d¨¦cada de los sesenta, Bob Lord, el presidente del Burnley, un club hist¨®rico que fue de los primeros en convertirse en profesional, convenci¨® al resto de directivos de que los partidos televisados de los s¨¢bados perjudicar¨ªan a los equipos peque?os. Ser¨ªa muy dif¨ªcil, les explic¨®, convencer a los aficionados de que acudieran a apoyar a su equipo local si en ese momento se retransmit¨ªa, por ejemplo, un Manchester United-Liverpool. Y las finanzas de esos clubes se ver¨ªan claramente perjudicadas.

Desde entonces, ning¨²n partido de la Premier o de la Football League se retransmite desde las 14.45 a las 17.15 hora inglesa. Ni encuentros ingleses, ni de ninguna otra parte. De hecho, Sky Sports retransmite LaLiga, y tarda 15 minutos en conectar cuando el encuentro transmitido comienza a las cinco de la tarde.

El Manchester United-Newcastle del s¨¢bado, la reaparici¨®n de Ronaldo, estaba programado para las tres de la tarde, y no ha habido tiempo, ni voluntad, de reasignar el horario. As¨ª que los aficionados, o los pubs, respetuosos de la ley y el orden, se quedar¨¢n sin ver en directo por televisi¨®n la reaparici¨®n de la leyenda portuguesa. Tendr¨¢n que esperar a verlo en diferido, en el programa Match of The Day, en la BBC. O escuchar la retransmisi¨®n a trav¨¦s de la radio. La BBC ya ha anunciado que piensa dedicar cobertura especial al encuentro.

Es evidente que ser¨¢n miles las personas, en su mayor¨ªa j¨®venes, que se las ingeniar¨¢n para poder ver por internet la retransmisi¨®n de un encuentro del que van a poder disfrutar el resto de Europa, Am¨¦rica y Asia. Aunque la UEFA acab¨® incorporando esta regla a sus estatutos (art¨ªculo 48), solo Inglaterra ha usado esa prerrogativa de bloquear las retransmisiones deportivas durante dos horas y media. Ninguna otra competici¨®n europea ha echado mano de una pr¨¢ctica que, por muy buena intenci¨®n que tenga, no ha demostrado en absoluto su eficacia. Los seguidores de clubes locales tienen normalmente una pasi¨®n que escapa a cualquier l¨®gica, y dif¨ªcilmente van a dejar de ir al campo por mucho que Ronaldo vuelva a pisar Old Trafford.

A pesar de todo el entusiasmo y atenci¨®n provocados por la reaparici¨®n de Ronaldo en la Premier, la direcci¨®n del Manchester United no ha querido pelear un cambio de horario del encuentro. Hubiera importunado a muchos aficionados que ten¨ªan su s¨¢bado preparado de antemano, molestado a otros equipos y, sobre todo, habr¨ªa abierto la puerta a la primera excepci¨®n de una tradici¨®n. Y eso, en Inglaterra, no lo logra ni Cristiano Ronaldo.

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