Cristiano marca dos goles en el glorioso regreso a Old Trafford
En¨¦rgico como en sus mejores d¨ªas, el portugu¨¦s anota el 1-0 y el 2-1 y encauza la victoria del Manchester frente al Newcastle (4-1) ante un estadio abarrotado de hinchas enloquecidos con su ¨ªdolo
Cristiano Ronaldo arranc¨® el tel¨®n de su segundo advenimiento en Old Trafford con el mismo entusiasmo con el que se present¨® en ese mismo escenario hace 18 a?os, en una lejana tarde de agosto de 2003 para debutar ante el Bolton de Sam Allardyce con un 4-0. Los m¨¢s de 70.000 aficionados api?ados en el estadio de M¨¢nchester este s¨¢bado descubrieron que las cosas no han cambiado tanto, a pesar del tiempo, la depresi¨®n deportiva y la pandemia. Allardyce estaba en la grada, otra vez, y por supuesto Alex Ferguson, y el elusivo propietario Avram Glazer, y algunas estrellas de la industria del espect¨¢culo, y el aire de la tarde norte?a se cargaba de la electricidad sobrenatural que inspiran las ilusiones perfectas. La magia del retorno al pa¨ªs del pasado, obra de un futbolista que si por algo se distingue es por su regularidad en el empe?o.
Hay jugadores impredecibles. Son los menos valiosos. Los que llenan estadios son de la estirpe de Cristiano. A sus 36 a?os, cada una de sus acciones escogida al azar sirve para definirlo. Jam¨¢s se traiciona. Es siempre fiel a su arquetipo. En cada gesto, en la tensi¨®n de cada apoyo, en la energ¨ªa angustiosa que invierte en su af¨¢n desesperado por librarse de la marca y buscar el gol al m¨¢s m¨ªnimo indicio de debilidad en la oposici¨®n. As¨ª fue en su segundo debut con el Manchester.
Todos lo comprobaron en esa jugada atropellada que no parec¨ªa conducir a nada cuando la primera mitad se agotaba con un 0-0 en el minuto 46 y el Newcastle se amontonaba en su ¨¢rea sin liberar medio metro. Incrustado entre los centrales, Cristiano pidi¨® la pelota. Levant¨® el brazo y se?al¨® su posici¨®n a Greenwood, que conduc¨ªa por la derecha del ataque. Grenwood lo ignor¨®. Como es zurdo, le vino mejor pegarle fuerte al primer palo. Cristiano tambi¨¦n ignor¨® este detalle. Lejos de desanimarse porque su compa?ero le negase la entrega, dio un paso hacia atr¨¢s y tres hacia adelante. Desorientados sus marcadores, se hizo con un hueco precioso. Por si acaso, se qued¨® libre. Apost¨® a que algo pod¨ªa suceder. Sucedi¨®. Woodman, el portero, no bloc¨®. El bal¨®n se le escap¨® de entre los guantes y al insaciable siete de 2003, reconvertido en nueve en 2021, le bast¨® un toque para celebrar su regreso a lo grande. Se?al¨® el cielo con sus dos ¨ªndices y se fue al c¨®rner a ensayar su ritual y a recibir los abrazos de sus compa?eros en medio del frenes¨ª de la multitud en el paroxismo de la emisi¨®n de aerosoles de baba. Como si la pandemia nunca hubiera sido m¨¢s real que un gol.
¡°Cristiano se ha convertiodo en un gran goleador¡±, ponder¨® Ole Gunnar Solskjaer, su entrenador, al concluir la velada. ¡°Ha hecho un muy buen partido, conectando bien con el mediocampo, cayendo a banda y acudiendo al ¨¢rea cuando tiene que acudir¡±.
?nico hombre dispensado de las tareas de presi¨®n en el United, el reci¨¦n llegado emple¨® toda su atenci¨®n en evaluar el partido, medir a los rivales y ubicarse en las zonas menos vigiladas del campo contrario. Por detr¨¢s, su equipo avanz¨® con dificultades. Si Bruno Fernandes y Paul Pogba piensan y proyectan a la velocidad de los superconductores, su compa?¨ªa todav¨ªa no ha descubierto la aleaci¨®n del cobre y el esta?o. Matic, Greenwood, Sancho y Shaw tend¨ªan a empastar las maniobras frente a un Newcastle absolutamente parapetado atr¨¢s, con una l¨ªnea de cinco y otra de cuatro. All¨ª donde se exig¨ªa rapidez en la toma de decisiones, el United se frenaba.
Aventura de Almir¨®n
A partir de esta f¨®rmula arcaica, el Newcastle gener¨® problemas inesperados al cuadro local. Los concret¨® con una conducci¨®n brillante de Almir¨®n para gestionar un contragolpe que remat¨® Manquillo pasados los 50 minutos. El empate result¨® ef¨ªmero. Se deshizo con otro contragolpe. Lo apunt¨® Pogba habilitando r¨¢pido a Shaw, y el lateral lanz¨® a Cristiano. Con espacios para correr y la defensa descolocada, solo tuvo que medirse a Hayden. Lo limpi¨® con una bicicleta march¨¢ndose por la izquierda, y antes de que el portero pudiera reaccionar, seg¨²n pisaba el ¨¢rea, solt¨® el zurdazo al primer palo. Superado por la tensi¨®n del momento, Woodman se dej¨® burlar. El 2-1 puso en pie a Old Trafford, tremolante de tantas camisetas al viento, de tantos saltos, de tanta felicidad despu¨¦s de tanta penuria. Quienes digan que Inglaterra es el pa¨ªs de la flema no vieron en el debut de Cristiano.
Resuelto el problema fundamental, abatido el Newcastle, roto el partido, Bruno Fernandes y Jesse Lingard completaron una goleada (4-1) hist¨®rica. El s¨¢bado 11 de septiembre de 2021, Cristiano, el viejo Cristiano de ayer y siempre, inici¨® en el ocaso de su carrera la improbable epopeya de devolver al Manchester United a la senda de la gloria perdida. Nervioso como siempre, ¨¦l abandon¨® el campo apretando los pu?os. M¨¢s inquieto que feliz. M¨¢s obsesionado por el futuro que por el presente despu¨¦s de 20 a?os de frenes¨ª.
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