Sin estilo, no hay Bar?a
La falta de una idea de juego y de liderazgo abocan al equipo azulgrana a recurrir a una Masia en obras para sobrevivir a una situaci¨®n deportiva y econ¨®mica cr¨ªtica
Arruinado el club, que cerr¨® la temporada 2020-2021 con unas p¨¦rdidas de 481 millones y ha pasado en dos a?os de un presupuesto de mil millones al pr¨®ximo de 765, y empobrecido el equipo, que se estren¨® en la Champions con un 0-3 ante el Bayern, al aficionado del Bar?a no le queda m¨¢s remedio que activar la memoria y evocar a La Masia. La cantera se presenta como el ¨²nico recurso para sobrevivir en el Camp Nou.
Ya pas¨® en etapas igualmente delicadas, como en los ¨²ltimos a?os de Johan Cruyff (1994-1996), cuando alumbr¨® la Quinta de Lo Pelat. Aquella generaci¨®n no alcanz¨® la cima y el entrenador fue despedido de mala manera despu¨¦s de su desencuentro con el presidente Josep Llu¨ªs N¨²?ez. Al t¨¦cnico del Dream Team se le acus¨® de fr¨ªvolo y de tener un ataque de estilo propio del Bar?a.
La diferencia con la situaci¨®n actual es que la descapitalizaci¨®n futbol¨ªstica ha sido tan progresiva que ya no se sabe a qu¨¦ se remite y a qu¨¦ juega el equipo, falto de referencia y de identidad, y necesitado de liderazgo, despu¨¦s del distanciamiento entre el preparador, Ronald Koeman, y el presidente, Joan Laporta. Ni siquiera se habla de una promoci¨®n de jugadores espec¨ªfica sino de solistas que han destacado ya en los equipos inferiores del Barcelona.
La tarea de captaci¨®n y formaci¨®n no ha seguido una l¨ªnea regular sino que vari¨® por la influencia de los que apostaban por evolucionar el estilo con j¨®venes de perfil m¨¢s f¨ªsico como Ilaix Moriba, traspasado al Leipzig por no aceptar los t¨¦rminos de renovaci¨®n ofrecidos, despu¨¦s de ser uno de los mayores exponentes de la etapa de Pep Segura como responsable del f¨²tbol del Bar?a. Ilaix se fue y se fich¨® a Demir.
Aunque tengan edades similares y hayan compartido la misma camiseta, no se sabe c¨®mo mezclar¨¢n Nico, Gavi y Balde con Ansu Fati y Mingueza a la espera de saber el futuro de Riqui Puig y Collado porque el solfeo futbol¨ªstico de La Masia ha variado en funci¨®n de la mirada del presidente: Laporta no ve el f¨²tbol igual que Bartomeu y Sandro Rosell. El presidente intenta volver a los or¨ªgenes despu¨¦s de recuperar como jefe de la cantera a Alexanco, el capit¨¢n del equipo de Cruyff.
Alexanco se ha reencontrado con Mateo Alemany, director de f¨²tbol, despu¨¦s de que su relaci¨®n no prosperara en Valencia. Al secretario t¨¦cnico, Ramon Planes, tampoco se le recuerdan v¨ªnculos con el Dream Team. El cruyffismo se concentra hoy sobre todo en Laporta porque Jordi Cruyff no quiere entrenar sino buscar jugadores y Koeman, el autor del gol de Wembley, no sintoniza con la idea de un presidente que en su primera etapa tuvo como secretario t¨¦cnico a Txiki Begiristain
Txiki fue decisivo para sostener a Rijkaard en 2003 cuando todav¨ªa viv¨ªa Cruyff. Al presidente le cuesta ahora aguantar a Koeman. No tiene dinero para el finiquito ni para un sustituto y se qued¨® sin un t¨¦cnico puente despu¨¦s de prescindir de Garc¨ªa Pimienta, exentrenador del Bar?a B. Guardiola y Luis Enrique entrenaron en el Miniestadi antes de alcanzar el Camp Nou y en el banquillo se sentaron tambi¨¦n en su d¨ªa Laureano Ruiz y Charly Rexach.
El papel de Koeman
Los entrenadores han sido decisivos en el Bar?a por m¨¢s que haya contado con jugadores como Kubala, Cruyff, Maradona y Messi. El mejor fue Guardiola y Luis Enrique dio continuidad al triunfo cuando junt¨® a Messi-Luis Su¨¢rez y Neymar. El tridente, sin embargo, confundi¨® a los rectores azulgrana, que empezaron por buscar un sustituto de Neymar y acabaron por resumir el equipo en Messi. El ecosistema se impuso a la cultura de equipo y de club y la desorientaci¨®n se extendi¨® por el Camp Nou.
¡°Aunque ganaba por el peso de las individualidades¡±, opina ?ngel Cappa, t¨¦cnico que conoce bien LaLiga, ¡°el Bar?a sufre desde hace tiempo una p¨¦rdida de estilo y de forma porque el equipo se resinti¨® de la p¨¦rdida de poder institucional; ante el Bayern perdi¨® la grandeza, lo peor que le pod¨ªa pasar. Y la grandeza se recupera con el juego¡±. ¡°La culpa no es de Koeman ni de los jugadores¡±, a?ade, ¡°los veteranos deben sostener la identidad¡±.
¡°El t¨¦cnico est¨¢ en una posici¨®n de indefensi¨®n total¡±, coincide Gustavo Poyet, entrenador hasta hace poco de la Universidad Cat¨®lica: ¡°El estilo era Xavi, Iniesta, Busquets¡Pero cambi¨® para adaptarse a las necesidades individuales y obtener un rendimiento inmediato. El jugador que va al Bar?a ya no es por sus caracter¨ªsticas sino porque ocupa una determinada posici¨®n; en el mejor equipo los once jugaban a lo mismo¡±.
El t¨¦cnico ya no dispone de jugadores con los que protegerse porque los veteranos no pueden solos y los j¨®venes necesitan poso, tiempo y una buena administraci¨®n por parte de Koeman. No alcanza con haber sido miembro del Dream Team para sentarse en el banquillo sino que antes se precisa tener una idea del juego que se pretende y despu¨¦s dar con el mejor ejecutor, figura que algunos analistas identifican con Xavi. Laporta se resist¨ªa a negociar con el que fue capit¨¢n del equipo en el que la cantera fue garant¨ªa de triunfo del Bar?a. Ya no se descarta que hablen despu¨¦s de que se haya sabido por un documental holand¨¦s lo que le dijo Koeman al presidente cuando en junio supo que le buscaban un recambio: ¡°Arr¨¦glalo si no me quieres¡±.
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