Ca¨®tico Bar?a
El conjunto azulgrana empata ante el Granada en el minuto 90 un mal partido que acaba con Piqu¨¦ y el salvador Araujo como arietes
El Granada ha hecho la vida imposible a Koeman como entrenador del Bar?a. Jam¨¢s hab¨ªa ganado el equipo nazar¨ª en el Camp Nou hasta que el 29 de abril impidi¨® que los azulgrana alcanzaran el liderato y remontaran 12 puntos en la Liga: 1-2. Aquella derrota puso al t¨¦cnico en el punto de mira del presidente Laporta. La continuidad de Koeman queda m¨¢s cuestionada que nunca despu¨¦s de que su equipo volviera a tropezar con el Granada en un partido dise?ado para la recuperaci¨®n barcelonista despu¨¦s de la tormenta del martes en la Champions. El 1-1 delata la miseria azulgrana y el partido resume el desquiciamiento de Koeman.
El abatimiento fue tan rotundo que la hinchada solo se quej¨® cuando pusieron a todo volumen el himno del Bar?a. La afici¨®n prefiri¨® aplaudir entonces al coloso Ara¨²jo. El uruguayo evit¨® a ¨²ltima hora la derrota del Bar?a y dej¨® al equipo y al club en tierra de nadie, pendiente de que pase algo sin que se sepa qu¨¦ cosa, metido en una sala de espera que aguarda a Laporta. Nadie sabe ahora mismo qu¨¦ puede hacer el presidente ni qu¨¦ ser¨¢ del superado Koeman.
Asustado ante el Bayern, el Bar?a sali¨® muy valiente contra el Granada. Koeman aline¨® a varios j¨®venes, especialmente en la defensa, cuya media de edad apenas superaba los 20 a?os, sobre todo por la ausencia de Piqu¨¦ y la presencia de Balde, sustituto del lesionado Alba. Quiso quedar bien el entrenador, no se sabe muy bien si con el presidente o con la cr¨ªtica, acosado como se siente desde el palco y una parte del campo, as¨ª como de la tribuna de prensa, y al minuto y medio el equipo ya hab¨ªa encajado un gol despu¨¦s de un centro de Escudero cabeceado por Duarte.
Aunque el error parti¨® de Dest, nadie se?al¨® a los juveniles sino a los veteranos por la pasividad de De Jong y la vista de Ter Stegen. A la pitada de un sector de la grada, le siguieron los c¨¢nticos en favor del Bar?a mientras una pancarta se desplegaba con las letras For?a Koeman. El t¨¦cnico no parece tener un plan ni una formaci¨®n estable sino que junta a los futbolistas en busca de un punto de inflexi¨®n mientras la confrontaci¨®n y la desorientaci¨®n son manifiestas en el Camp Nou. Juega el Bar?a dos partidos, contra el rival y frente a s¨ª mismo, falto de juego y de futbolistas, expuesto a cualquier contrariedad, como fue el gol del central Duarte.
El tanto agrand¨® a la zaga del Granada y empeque?eci¨® a la ofensiva del Bar?a. A los azulgrana les faltaba desequilibrio, colectivo e individual, porque no hab¨ªa l¨ªnea de pase para asociarse ni regate para superar la tupida defensa de ayudas de Robert Moreno, t¨¦cnico catal¨¢n, socio cul¨¦ y buen conocedor del vestuario del Bar?a. Tampoco Coutinho y De Jong se animaban con el remate de media distancia y solo percut¨ªa Dest.
El Bar?a no llegaba al ¨¢rea ni siquiera por atropello hasta que apareci¨® Araujo. A bal¨®n parado, el central se arrim¨® antes del descanso con un cabezazo que encendi¨® al Camp Nou. La r¨¦plica de Maximiano fue tan extraordinaria como el remate del charr¨²a, el mejor del Bar?a. Mingueza se apunt¨® al arrebato y por unos momentos pareci¨® que ceder¨ªa el Granada. No se achant¨® el portero para frustraci¨®n de un equipo azulgrana que no encontraba la manera de dar ritmo al partido, enfadado por las interrupciones y p¨¦rdidas de tiempo del adversario, solo afilado por el margen izquierdo con Mach¨ªs.
El escenario era tan descorazonador que se impon¨ªan cambios profundos en el Bar?a. La cuerda siempre se rompe por el mismo sitio: Sergi Roberto dej¨® su sitio a Luuk de Jong mientras Demir y Memphis se abr¨ªan a los costados y Frenkie de Jong y Busquets formaban un doble pivote en un 4-2-3-1. Aunque la consigna era poner centros para que rematara el ariete, el gol no llegaba para desespero de la hinchada porque no hab¨ªa m¨¢s se?al ofensiva que la bravura de Araujo. El delicado Coutinho tom¨® el camino del vestuario y entr¨® en escena Gavi.
No hab¨ªa ni opci¨®n de chutar ante el desbarajuste del Bar?a. El desespero de Koeman lleg¨® hasta tal punto que acab¨® por recurrir a Piqu¨¦ y al in¨¦dito Riqui Puig. El volante no sum¨® sino que la noticia fue que Piqu¨¦ se situ¨® de segundo delantero centro junto a Luuk de Jong. Una imagen que pareci¨® una claudicaci¨®n m¨¢s que una declaraci¨®n de intenciones en un equipo como el Bar?a. El ¨²nico que marc¨® por insistencia fue Araujo. Un tanto que permite seguir especulando con el futuro a corto plazo despu¨¦s de fracasar ante un rival que suma tres puntos en la Liga. El Granada, est¨¦ donde est¨¦ en la tabla, es un martirio para Koeman.
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