Grandeza responsable
Pau, correcto y educado, ha sido un modelo jugando y hablando, compitiendo y respetando, ganando y perdiendo
?ltima parada, el Liceo. Pod¨ªa no parecer el lugar m¨¢s id¨®neo para que un deportista cruce la l¨ªnea que separa la pista de la grada o los despachos, pero trat¨¢ndose de Pau, tiene sentido. No s¨®lo por su simbolismo, al tratarse de un gran amante de la ¨®pera, sino porque al fin y al cabo, m¨¢s que un jugador de baloncesto ha sido un artista, un talento portentoso, una voz poderosa que alcanz¨® cotas no antes logradas. A sus cualidades se le uni¨® la fortuna de coincidir generacionalmente con unos cuantos jugadores estupendos que complementaron a la perfecci¨®n sus innumerables virtudes y terminaron conformando no s¨®lo un equipo, sino un estilo de hacer las cosas que ha causado admiraci¨®n durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
A estas alturas del partido, cuando Pau disfruta de sus primeras horas oficiales como exjugador, resulta harto complicado decir algo que no haya sido dicho antes. Desde su irrupci¨®n en la Copa del Rey de 2001 llevamos dos d¨¦cadas glosando su figura, loando su talento, dejando al diccionario sin adjetivos para calificar y cualificar tanta haza?a individual y colectiva. Momentos como el Mundial de Jap¨®n, sus dos anillos con los Lakers, las dos finales ol¨ªmpicas donde se gan¨® perdiendo, esa noche inolvidable ante Francia en 2015 o el salto inicial con su hermano Marc en el All Star de Brooklyn forman parte de la memoria colectiva y son revisados una y otra vez pues supusieron cumbres deportivas inimaginables poco tiempo atr¨¢s.
En el caso de Pau el halago y reconocimiento no se han limitado a sus enormes capacidades deportivas, sino que tambi¨¦n se han adentrado una y otra vez en la vertiente personal, en cuestiones que van m¨¢s all¨¢ de lo t¨¦cnico y t¨¢ctico y se centra en ideas, actitudes y comportamientos. Sobra decir que por ah¨ª ha salido siempre igual de bien parado. Pau ha sido un modelo jugando y hablando, compitiendo y respetando, ganando y perdiendo. Tan correcto y educado que en alg¨²n momento hasta se ha podido echar en falta alguna incorrecci¨®n, un charco pisado, una salida del tiesto, un detalle de ego¨ªsmo, de imperfecci¨®n. No hay noticias de ninguno, y si los ha tenido, no nos hemos enterado.
Sus logros explican muchas cosas del personaje, pero si alguien tiene menos tiempo para dedicarse a entender por qu¨¦ Pau es quien es y ha logrado lo que ha logrado, igual le bastar¨ªa con analizar la fase crepuscular de su carrera. A lo largo de m¨¢s de tres a?os Pau pele¨® por volver a sentirse jugador hasta casi m¨¢s all¨¢ de lo recomendable, demostrado una vez m¨¢s tenacidad, constancia, positivismo y resistencia ante la adversidad para no desfallecer en su objetivo de retornar a las canchas para una ¨²ltima cabalgada.
Una vez que su pie le respondi¨® suficientemente, pudo demostrar lo que ya sab¨ªamos y quiz¨¢s dud¨¢bamos que ser¨ªa capaz de hacernos recordar. En unos pocos partidos, comprobamos con alegr¨ªa que segu¨ªa siendo condenadamente bueno, que casi sin querer se le ca¨ªan de las manos puntos y rebotes, que incluso con 41 a?os y los l¨®gicos efectos que provoca una ausencia tan larga, en ese jugador entrado en canas y que corr¨ªa al lado de chavales que podr¨ªan ser sus hijos, reconoc¨ªas al Pau de siempre. Una vez m¨¢s, el secreto estaba en un gran talento al servicio de una cabeza muy bien amueblada.
Conseguido su ¨²ltimo objetivo, colgar las botas en la pista y no en una consulta m¨¦dica, Pau Gasol abandona definitivamente el parqu¨¦. En su comparecencia dej¨® una ¨²ltima perla. La grandeza trae consigo una gran responsabilidad. Hasta en esta importante asignatura, su nota ha sido sobresaliente.
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