?ltimas noches con Marcelo
El lateral, punzante ante Osasuna, vive a los 33 a?os sus meses finales en el Madrid despu¨¦s de tres cursos de desplome
En la est¨¦ril acometida final contra el muro de Osasuna (0-0), el Madrid encontr¨® un viejo recurso que una mayor¨ªa ya cre¨ªa extinguido: Marcelo. No le sirvi¨® para atrapar la victoria, pero por un rato el brasile?o se quit¨® de encima tres a?os, los que lleva de pronunciada ca¨ªda de rendimiento y protagonismo. Liberado de obligaciones defensivas ante la renuncia de los navarros a estirarse, el lateral reactiv¨® su ventilador de toda la vida para tratar de abrir v¨ªas en una selva tan poblada como la rojilla. Lo que tantas veces hizo en sus d¨ªas de gloria agitando desde atr¨¢s y que se fue perdiendo sin remedio en un equipo blanco que sufre especialmente con este tipo de encuentros tan cerrados. El mi¨¦rcoles, al menos, ayud¨® a mover el ¨¢rbol. En 21 minutos en el campo, amenaz¨® seriamente la fachada impenetrable que mont¨® Jagoba Arrasate, dio el doble de pases buenos que Hazard en el mismo tiempo (20-10) y puso cuatro centros al ¨¢rea, el segundo que m¨¢s junto a Vinicius.
A sus 33 a?os y con el brazalete de capit¨¢n, Marcelo vive sus ¨²ltimas noches en la Liga. Salvo giro de los acontecimientos, dejar¨¢ el Bernab¨¦u al terminar la temporada, cuando concluya su contrato. Habr¨¢n sido 16 campa?as y con su adi¨®s se acabar¨¢, hasta nuevo aviso, un cuarto de siglo de aires brasile?os en el lateral izquierdo del Madrid entre Roberto Carlos y ¨¦l, que ya figura en el d¨¦cimo puesto con m¨¢s partidos en la historia del club.
¡°Obviamente, no es el jugador m¨¢s feliz del mundo, pero nunca ha perdido su gen competitivo¡±, comentan fuentes con acceso al vestuario de Valdebebas sobre su creciente p¨¦rdida de peso en los ¨²ltimos cursos. ¡°Sabe que a¨²n puede aportar cosas. Es consciente de los nuevos tiempos y de que el f¨²tbol es cada vez m¨¢s de los atletas y menos de los jugones, y mucho menos cuando eres lateral. En esa posici¨®n no hay hueco para el romanticismo. Sabe que no va a ser un pilar del Madrid, pero se sigue preparando para momentos en los que podr¨ªa ser, incluso, decisivo¡±, a?aden.
Su desplome ha resultado tan acusado y prolongado desde 2018 que la duda en los ¨²ltimos meses ha sido si el brasile?o deber¨ªa ser el segundo o el tercer lateral izquierdo por detr¨¢s de Miguel Guti¨¦rrez, una de las esperanzas de la cantera. Zidane ya ejecut¨® el sorpasso al final de la pasada campa?a y en esta, la primera vez que Carlo Ancelotti tuvo que elegir, contra el Celta, el dedo apunt¨® al joven. Sin embargo, la ternura que todav¨ªa sufre atr¨¢s el castillista y los problemas defensivos globales le han hecho perder el paso en este momento frente a la veteran¨ªa de Marcelo, que tampoco es un carcelero de atacantes y que viene de perderse 10 de las 11 primeras citas.
Entrenador personal
El debate por la titularidad hace tiempo que qued¨® resuelto en favor de Mendy. Lo hizo Zidane y tambi¨¦n Ancelotti ha dejado claro que el franc¨¦s es la opci¨®n prioritaria. Tras medio a?o en la enfermer¨ªa, hab¨ªa prisa por recuperarlo y hace una semana regres¨® directamente al once en Kiev sin ninguna estaci¨®n intermedia que le diera minutos de rodaje. Igual que en la derecha con Carvajal, titular contra Osasuna casi a las primeras de cambio despu¨¦s de m¨¢s de un mes parado. En ausencia de Mendy, el italiano no dej¨® de parchear ese flanco con Nacho, Alaba, Miguel y Camavinga, e incluso desdecirse, cuando volvi¨® a poner ah¨ª al austriaco en Cornell¨¤ tras asegurar que solo lo ve¨ªa de central. Se?al evidente de los desajustes defensivos. Si el f¨ªsico de Mendy no vuelve a quebrarse, el papel que le espera a Marcelo ser¨¢, en el mejor de los casos, cumplir las funciones de aguador y desatascador en noches como la de este mi¨¦rcoles.
Como le ocurri¨® a Isco, nadie de la vieja guardia llev¨® peor el cambi¨® de era que se abri¨® en el Madrid en 2018 tras las salidas de Cristiano y Zidane. El desplome del brasile?o ha resultado abrumador porque a sus conocidas carencias en la zaga se sum¨® una p¨¦rdida de influencia en ataque, su gran hecho diferencial. Su alma an¨¢rquica e indetectable para agrietar las defensas m¨¢s p¨¦treas se fue diluyendo y la balanza de su f¨²tbol empez¨® a dar negativo.
Solari fue el primero que lo mand¨® al banquillo en beneficio de Reguil¨®n, luego Zizou lo protegi¨® en perjuicio del hoy jugador del Tottenham, pero la ca¨ªda de Marcelo ya no tuvo soluci¨®n. Tampoco con el entrenador personal que contrat¨® hace un a?o. En su descenso, una comparaci¨®n le acompa?¨® de forma letal: con Mendy de titular el Madrid gana m¨¢s (65%-55%) y pierde la mitad (12%-25%) que con ¨¦l. Su marginaci¨®n lleg¨® a su m¨¢xima cota cuando en primavera ZZ ya no lo quiso ver como lateral y lo redujo a mero recurso en la posici¨®n de carrilero, siempre protegido por tres centrales.
Pese a este desmoronamiento a una edad a¨²n de plenitud en estos tiempos de longevidad, penalizado por un f¨ªsico que perdi¨® finura, ni ¨¦l se march¨® ni el club le empuj¨® a irse. Hasta junio son las ¨²ltimas noches con Marcelo.
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