La eternidad de Falcao deslumbra (de nuevo) a Colombia
El delantero vuelve a entusiasmar a sus paisanos con sus goles en el Rayo Vallecano, donde ha encontrado de nuevo su h¨¢bitat
El taxista lleva la radio a tope. La ciudad de Bogot¨¢ y sus edificios de ladrillos rojos pasan a toda velocidad a trav¨¦s de la ventanilla.
¡ªGol, hijueputa. Como ese man no hay dos.
Grita, y soba la medallita de una virgen que lleva en el salpicadero. Radamel Falcao Garc¨ªa vuelve este a?o a exaltar a sus paisanos. A sus 35 a?os su carrera parec¨ªa en un declive natural, propio de la edad. Sin embargo, en Madrid, donde en su d¨ªa gole¨® con la camiseta del Atl¨¦tico, el colombiano se ha vuelto a reencontrar con la porter¨ªa contraria. Marca con el Rayo Vallecano cada 67 minutos (5 en 334), por lo que suyo es el mejor promedio del torneo liguero, por encima de Ansu Fati, Benzema o Luis Su¨¢rez.
Adolfo, El Tren, Valencia, otro nueve colombiano que jug¨® en el Atl¨¦tico aunque 20 a?os antes, no hab¨ªa visto un partido del Rayo en su vida, salvo cuando se enfrentaba al Barcelona o al Real Madrid. Ahora no se pierde uno. Cree que ha sido el encuentro feliz entre dos partes que no sab¨ªan que se iban a compenetrar tan bien. ¡°El Rayo juega mucho en campo contrario, permite que Radamel se meta en el ¨¢rea, espere centros. Sobre todo en casa, salen a ganar, nunca a defender, y ese sistema le favorece. Le viene de maravilla¡±, explica Valencia por tel¨¦fono desde su hacienda en Cali, donde ojea a j¨®venes talentos.
La Falcaoman¨ªa se ha desatado de nuevo en Colombia, una naci¨®n que venera a sus deportistas exitosos como peque?os dioses. Turqu¨ªa, a donde fue a parar despu¨¦s de jugar en el M¨®naco, parec¨ªa su etapa final. No es que all¨ª no hiciera goles, los hizo, aunque pocos porque las lesiones le persiguieron con sa?a. Se le daba por muerto, pero Radamel Falcao ha resucitado. Hay murales en su honor en Ciudad Bolivar, un barrio popular de Bogot¨¢, o su cara ocupa una tienda familiar en la reserva Kewsx Yu Kiwe, un paraje monta?oso en el departamento del Cauca, donde los j¨®venes ind¨ªgenas sintonizan los partidos de su selecci¨®n.
¡°Ha ca¨ªdo de pie¡±, resume el director general del Rayo, Luis Y¨¢nez. El club ha tenido que contratar a un director de marketing, un cargo que permanec¨ªa vacante, debido al tir¨®n de Falcao. Las camisetas del club est¨¢n agotadas y se ha pedido un buen n¨²mero de ellas a China de cara a la campa?a de Navidad. El 3 de Falcao es el favorito de los clientes. Marcas y empresas latinoamericanas, especialmente de Colombia, han contactado con los directivos del equipo para publicitarse de alguna manera en Vallecas. Las gradas de su estadio se han llenado de turistas colombianos vestidos de amarillo. El equipo madrile?o ejecut¨® este lunes la renovaci¨®n autom¨¢tica por un a?o m¨¢s dado su buen rendimiento, a pesar de que est¨¢ de baja para las pr¨®ximas tres semanas.
La verdad es que Falcao siempre vuelve. ¡°Tiene esa capacidad¡±, asegura Abel Aguilar, un centrocampista de su generaci¨®n, ya retirado, que jug¨®, entre otros, en el Deportivo de La Coru?a. ¡°Es sin¨®nimo de trabajo, de constancia, ha sabido darle vuelta a situaciones complicadas con esfuerzo y disciplina. Eso no se logra f¨¢cilmente, es un trabajo mental de mucho tiempo, que las dificultades ayudan a fortalecer¡±, valora.
En el Rayo lleva el 3 en homenaje a su padre, Radamel Garc¨ªa, un defensa de los duros. Falcao tambi¨¦n lo es, prototipo de delantero que no se achica, de esa generaci¨®n de atacantes que ha venido a cobrarles venganza a los defensas. Aguilar lo recuerda en la selecci¨®n regional de Bogot¨¢, de los 12 a los 15 a?os, donde ya destacaba por su potencia de piernas, su coordinaci¨®n o la t¨¦cnica para saltar. ¡°Desde siempre ha sido un goleador. F¨ªsicamente estaba a otro nivel, trabajaba todos los d¨ªas, y esa huella que tiene desde muy ni?o le ha ayudado a recuperarse de las lesiones¡±.
En esa ¨¦poca, Pacho Maturana, entrenador de Colombia en el Mundial del 94, era director de desarrollo de la selecci¨®n. Le ech¨® pronto el ojo. Conoci¨® el talante del padre, lo que le dio seguridad de que el muchacho iba a llegar a la ¨¦lite. ¡°El pap¨¢ le trazaba el camino, siempre se ha dicho que la primera escuela en el f¨²tbol es el hogar, y ¨¦l siempre tuvo una magn¨ªfica escuela. De la gente buena uno espera todo lo mejor y no es gratuita, ha sido buen esposo, buen hijo, buen hermano, buen deportista¡±, se deshace en elogios Maturana.
El Tigre, sencillamente, replica en Vallecas lo que ha hecho a lo largo de su trayectoria: triturar r¨¦cords. Se trata del m¨¢ximo anotador hist¨®rico de la selecci¨®n Colombia con 35 goles y es, por mucho, el colombiano con m¨¢s anotaciones en el f¨²tbol europeo: supera los 300 tantos en clubes (70 de ellos en el Atl¨¦tico). No est¨¢ lejos de los 346 goles que hizo V¨ªctor Hugo Aristiz¨¢bal, el colombiano que m¨¢s ha marcado en el f¨²tbol profesional. En competiciones europeas no le ha ido peor. Es el m¨¢ximo anotador hist¨®rico de la Liga Europa, con 30 goles, una competici¨®n que gan¨® con el Oporto y con el Atl¨¦tico. En un solo partido le hizo cuatro al Villarreal, una marca que nadie ha mejorado por ahora.
Cuando se enfrent¨® al Rayo, el Cacho Coudet, el entrenador del Celta, revel¨® que existi¨® la posibilidad de que Falcao jugase este a?o con ellos, aunque no ten¨ªan fichas libres. ¡°Se estar¨¢n tirando de los pelos. Nosotros nos llevamos el gato al agua¡±, se alegra Y¨¢?ez, el director general rayista. La opci¨®n de contratarle surgi¨® en los ¨²ltimos d¨ªas del mercado, cuando Radamel le pregunt¨® a Mario Su¨¢rez, excompa?ero suyo en el Atleti, si habr¨ªa un hueco para ¨¦l en el equipo del barrio obrero de Madrid, un lugar opuesto a lo que signific¨® en su d¨ªa M¨®naco, su destino tras dejar el Atl¨¦tico.
Molestias musculares
¡±No nos lo cre¨ªamos, pens¨¢bamos que se iba a torcer a ¨²ltima hora¡±, recuerda Y¨¢?ez. Pero el colombiano rescindi¨® el acuerdo en Turqu¨ªa y puso rumbo a Madrid, una ciudad de la que est¨¢ enamorado. Su estado f¨ªsico generaba dudas, sobre todo despu¨¦s de aquella aparatosa lesi¨®n que le dej¨® fuera del Mundial de Brasil. Desde entonces las molestias musculares han sido frecuentes. ¡°Algunos pensaban que ven¨ªa de vacaciones, a jubilarse, pero se equivocaban¡±, a?ade, y describe al delantero como el antidivo. Desde el principio se comport¨® con absoluta normalidad con el resto de sus compa?eros, muchos de ellos jugadores de Segunda Divisi¨®n que iniciaban una aventura en la ¨¦lite.
El directivo del Rayo narra su trayectoria en Vallecas en tono m¨ªtico, como si fuera una f¨¢bula. Un d¨ªa jug¨® un ratito y marc¨®. ?Casualidad? Sali¨® al siguiente partido y volvi¨® a anotar. En San Mam¨¦s le se?al¨® al lanzador de una falta d¨®nde deb¨ªa poner exactamente el bal¨®n. Con sus manos dibuj¨® un recuadro. Beb¨¦ le puso la bola ah¨ª y ¨¦l meti¨® la cabeza. As¨ª hasta los cinco goles que lleva en el campeonato. En Colombia los taxistas siguen por la radio sus partidos sabiendo que en cualquier momento se hace el milagro, como su cabezazo al Real Madrid en el Santiago Bernab¨¦u cuando solo llevaba unos minutos en el campo. Falcao parece eterno.
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