Muguruza descose a Badosa

Antes de que empezara el partido, mientras se hac¨ªan la foto antes del partido a la altura de la red, Badosa sonre¨ªa y Muguruza mostraba un semblante serio. Una hora y media despu¨¦s, fue lo contrario porque Garbi?e se llev¨® el encuentro sin paliativos, finalista de la Copa de Maestras.

Sali¨® como una fiera Garbi?e Muguruza a la pista, concienciada de que no quer¨ªa estirar los puntos sino que deb¨ªa tener la iniciativa. Primeros servicios ajustados y derechazos profundos y agresivos. Un tenis bien plano que incomod¨® a Badosa sobremanera, pues le cost¨® horrores entrar en juego porque no pudo imponer su ley y porque los nervios tambi¨¦n le jugaron una mala pasada. As¨ª, le bast¨® a Muguruza con romper un servicio en el primer set y mantener su saque para imponerse en el primer set. Poco pudo decir Badosa, que jugaba a lo que dictaba su rival y que en las pocas ocasiones que disfrutaba de la iniciativa se le encog¨ªa el brazo. El primer set acab¨® con un rotundo 6-3 para Garbi?e.

¡°?No estoy, no estoy!¡±, se gritaba Badosa al sentarse en su silla, ya con un set en contra al tiempo que se pegaba una bofetada en la cabeza. Desde la esquina, su cuerpo t¨¦cnico le animaba, pues le queda partido. Pero, realmente, Badosa no estaba¡­ Parec¨ªa que le pod¨ªa la presi¨®n, tambi¨¦n el tenis de una Muguruza que no se sali¨® ni un ¨¢pice de su tenis-cicl¨®n. Otra rotura del servicio, otro derechazo, otro rev¨¦s profundo, otro servicio con fuego¡­ ¡°?No me puedo mover!¡±, vociferaba de nuevo Badosa, tampoco la cabeza... Porque con 2-0 disfrut¨® de tres bolas de break y no acab¨® por festejar ninguna. Aguant¨® la embestida moment¨¢nea Garbi?e y puso tierra de por medio. Tanta, que ya no volvi¨® a ver amenazado su triunfo. Uno que explic¨® que Garbi?e agresiva y atinada tiene pocas rivales que le aguanten. Bien lo sufri¨® Badosa. 6-3 en el segundo set y clasificada para la final de la Copa de Maestras, hito que alcanz¨® Arancha S¨¢nchez Vicario en 1993, entonces derrotada por Steffi Graf.

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