Tiger Woods: ¡°Casi pierdo una pierna, ya no puedo volver a la cima¡±
El ganador de 15 grandes, de 45 a?os, cuenta que quiere jugar de nuevo al golf, pero admite que despu¨¦s del accidente de tr¨¢fico ya no ser¨¢ el campe¨®n que fue
El mito ha hablado. Por primera vez desde que el 23 de febrero se destrozara la pierna derecha en un accidente de tr¨¢fico, Tiger Woods reflexiona en p¨²blico sobre sus opciones de volver a jugar al golf. Lo hace a pecho descubierto. Sin ocultar una herida que le duele tanto en el cuerpo como en el alma. El ganador de 15 grandes lo admite. Nunca m¨¢s volver¨¢ a ser el que fue. Cerca de cumplir 46 a?os, despu¨¦s de haber pasado por cinco operaciones de espalda y cinco de rodilla, la terrible fractura de tibia y peron¨¦ que sufri¨® al estrellar su veh¨ªculo en las afueras de Los ?ngeles, cuando conduc¨ªa a 140 kil¨®metros por hora en un tramo de 70, le ha puesto ante el espejo. Sus tiempos de gran competidor se han acabado. ¡°Es realista decir que volver¨¦ a jugar alg¨²n d¨ªa en el circuito americano, pero nunca m¨¢s a tiempo completo. Escoger¨¦ algunos torneos al a?o y competir¨¦, como hizo Ben Hogan. Me entreno sabiendo eso y as¨ª es como voy a tener que jugar a partir de ahora. Es una realidad lamentable, pero es mi realidad. Lo acepto¡±, dice en una entrevista en v¨ªdeo de 37 minutos con Golf Digest. Pocas horas despu¨¦s, compareci¨® este martes en rueda de prensa antes del torneo Hero World Challenge, que patrocina su Fundaci¨®n.
Tiger reaparece vestido de Nike, en el gimnasio de su casa en Florida, mientras su perro corretea entre las pesas. Ante la c¨¢mara, la leyenda es humana: ¡°Ya no necesito jugar contra los mejores del mundo para tener una gran vida. Despu¨¦s de mi ¨²ltima operaci¨®n de espalda tuve que escalar otra vez el Everest, ten¨ªa que hacerlo y lo hice, pero esta vez ya no tengo el cuerpo para hacerlo, lo asumo. Todav¨ªa puedo jugar al golf, y si mi pierna est¨¢ bien, hacer clic en un torneo. Pero no puedo volver a subir a la monta?a, ya no puedo llegar hasta la cima¡±.
La confesi¨®n es dura. Cruda. Es la primera vez en una carrera que comenz¨® profesionalmente hace 25 a?os (debut¨® en agosto de 1996) en que Tiger Woods no habla de ganar, de ser el mejor, de los 18 grandes de Jack Nicklaus. Ya no hay hambre de gloria en sus palabras. Solo la felicidad por volver a caminar y la esperanza de, alguna vez, no se sabe cu¨¢ndo, regresar a un campo de golf. ¡°Me queda much¨ªsimo. Ni siquiera estoy a mitad de camino. Tengo que recuperar a¨²n mucho m¨²sculo y actividad nerviosa en la pierna. Pero he sido operado cinco veces de la espalda. La pierna se fortalece, pero la espalda puede decir ¡®aqu¨ª estoy yo¡¯. Es un camino dif¨ªcil. Hay mucho que esperar, mucho trabajo duro que hacer, ser paciente. Cuando entro en el gimnasio y me pongo en marcha, quiero ir, ir, ir. As¨ª es como he ganado tantos torneos. Pero todo el mundo me recuerda: ?a qu¨¦ precio? Antes del accidente ya llevaba 10 operaciones. He empujado para ganar todo lo que he podido. Por ganar, hac¨ªa lo que fuera. Y eso ha tenido un coste¡±.
Making progress pic.twitter.com/sVQkxEHJmq
— Tiger Woods (@TigerWoods) November 21, 2021
En los sue?os de Tiger podr¨ªa aparecer el pr¨®ximo Masters de Augusta, o el especial Open Brit¨¢nico que en 2022 cumplir¨¢ su 150? edici¨®n y se disputar¨¢ en la cuna de Saint Andrews. La realidad hoy es otra. Tiger lo reconoce cuando recuerda su miedo a perder la pierna por culpa del accidente. ¡°Estuve al 50% de perderla, muy cerca de salir del hospital caminando con una sola pierna¡±, admite en Golf Digest. Cuando se despert¨® de la operaci¨®n, le asalt¨® otro temor. ¡°Quer¨ªa ver que ten¨ªa mis manos. Y le ped¨ª a Erica (su pareja) y Rob (McNamara, amigo) que me lanzaran cosas para ver si las pod¨ªa coger¡±, cuenta. En rueda de prensa, sonriente despu¨¦s de tanto tiempo, a?ade: ¡°Tengo suerte de estar vivo y de no haber perdido la pierna. Esa opci¨®n estuvo sobre la mesa. Alguien de arriba me estaba ayudando¡±.
Llegaron entonces tres meses en una cama de hospital instalada en su casa, luego la silla de ruedas, las muletas y ahora el poder caminar de nuevo y ver jugar a su hijo Charlie, de 12 a?os. ¡°Estaba atrapado en casa, ?y no me di cuenta de lo grande que era hasta que tuve que ir en muletas! Ahora puedo salir y a veces me tumbo en el c¨¦sped y estoy una hora solo por estar ah¨ª. Estoy feliz de ir al patio trasero y estar a solas, sin nadie hablando, ni m¨²sica ni nada. Solo escucho el canto de los p¨¢jaros¡±.
De mito a padre
Tiger es el padre de Charlie. El chico es hoy quien juega. Woods observa. El list¨®n est¨¢ muy alto y la exigencia, como su padre, Earl, hizo con ¨¦l, puede ser devastadora. El campe¨®n as¨ª lo cuenta, pero tambi¨¦n explica c¨®mo quiere que su hijo se comporte en un campo. ¡°Fui a los torneos de golf para verle jugar, y observ¨¦ algunas de los marcadores que hac¨ªa y me dije: ¡®?C¨®mo demonios haces tarjetas tan altas?¡¯. Vi que estaba jugando muy bien, pero de repente ten¨ªa un mal hoyo, perd¨ªa los nervios, su temperamento le llevaba a otro golpe malo y a otro¡ Le dije: ¡®Hijo, no me importa lo que te enfades. Por lo que a m¨ª respecta, te puede estallar la cabeza, siempre y cuando te comprometas al cien por cien con el siguiente golpe. Eso es lo ¨²nico que importa. Ese pr¨®ximo tiro deber¨ªa ser el m¨¢s importante de tu vida. Deber¨ªa ser m¨¢s importante que respirar. Cuando entiendas ese concepto, creo que mejorar¨¢s¡¯. Y a medida que pasaban las rondas durante el verano, ha mejorado mucho¡±.
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