El relato imbatible del Bar?a
Ante las Champions del Real Madrid, el Barcelona antepone a las figuras del f¨²tbol en la gala del Bal¨®n de Oro
La ¨²ltima edici¨®n del Bal¨®n de Oro ha autentificado el relato singular del Bar?a. El v¨ªnculo de los ganadores, y, por tanto, de Leo Messi y Alexia Putellas, es el club azulgrana, el ¨²nico en el f¨²tbol espa?ol que cuenta con dos vencedores nacionales del m¨¢ximo galard¨®n continental si se recuerda que el triunfador en 1960 fue Luis Su¨¢rez. El centrocampista gallego fue traspasado al Inter por necesidades econ¨®micas de la misma manera que Messi recal¨® en verano en el PSG despu¨¦s de que se declarara la quiebra en el Camp Nou.
Aunque la conquista de la Copa Am¨¦rica fue decisiva para que Messi alcanzara el trofeo por s¨¦ptima vez, sus 38 goles con la zamarra azulgrana resultaron determinantes para ser coronado el lunes en Par¨ªs en una re?ida votaci¨®n con Robert Lewandowski, la estrella del Bayern. Nadie discuti¨® el ¨¦xito de Putellas y su querencia por el Bar?a, la entidad que m¨¢s ha profesionalizado y sentido ha dado el f¨²tbol femenino, hasta el punto de que antepuso el juego y el estilo a la marca cuando descart¨® el fichaje de Megan Rapinoe.
No se trataba de comprar a un icono del f¨²tbol y del feminismo sino de apostar por una cultura barcelonista que ha metabolizado, como el mejor de los equipos azulgrana masculinos, el cruyffismo, una apuesta liderada por Markel Zubizarreta, el hijo de Zubi. Nadie representa mejor al Barcelona que Putellas, una centrocampista que sale retratada en su infancia con Xavi, hoy t¨¦cnico del Camp Nou. Xavi form¨® parte tambi¨¦n de aquel c¨¦lebre tr¨ªo del Bal¨®n de Oro de 2010 junto con Andr¨¦s Iniesta y Messi, el delantero que m¨¢s literatura genera sobre la figura del falso 9.
Messi es el punto final de la narrativa azulgrana m¨¢s elogiosa, la misma que hoy se intenta reescribir a partir de Xavi, mientras que Alexia ser¨ªa el inicio de la historia que se dispone a escribir el Bar?a. Y es que el relato azulgrana es nominalmente dif¨ªcil de batir si se tiene en cuenta que los jugadores m¨¢s revolucionarios han tenido alguna relaci¨®n con el equipo a excepci¨®n de Pel¨¦. Maradona, Cruyff, Messi y Di St¨¦fano, antes de que el Bar?a se negara a compartirlo con el Madrid, han estado unidos con el Camp Nou.
A falta de Di St¨¦fano, Kubala simboliz¨® la perfecci¨®n el juego t¨¦cnico y quieto; Cruyff le dio vuelo como as volador; Maradona ense?¨® que el f¨²tbol tiene mucho que ver con el tango y, por tanto, que era tan importante acelerar como frenar, por no decir regatear; y Messi expres¨® la s¨ªntesis de sus antecesores y la evoluci¨®n de Ronaldo, Romario y Ronaldinho. Hay pocos escaparates que permitan advertir mejor la evoluci¨®n del f¨²tbol que el del Barcelona. El relato azulgrana es dif¨ªcil de batir desde el Bal¨®n de Oro.
Y, sin embargo, al Barcelona le ha costado presumir de sus figuras, hasta el punto de que incluso ha renegado o al menos marc¨® distancias respecto a algunas que no quiso asumir, como por ejemplo la de Maradona. Ha preferido librar una competici¨®n perdida con el Madrid en la Champions. La Copa de Europa siempre se ha asociado al Bernab¨¦u. El madridismo puede tolerar la p¨¦rdida de la Liga. No acepta, en cambio, la eliminaci¨®n europea, y menos cuando el protagonista es el Barcelona, como ocurri¨® en 2011, cuando reinaba Jos¨¦ Mourinho, el ant¨ªdoto contra Pep Guardiola.
Al barcelonismo le ha cegado la quimera por reducir la diferencia de Champions con respecto al Madrid en tiempos de Messi: 13 a 5. Una pugna imposible que le ha llevado al equ¨ªvoco y tambi¨¦n a ningunear trofeos ¨²nicos que simbolizan su condici¨®n de club social, integrador y m¨¢ximo exponente de Catalu?a. Las Copas de Ferias de los a?os sesenta son tan relevantes como la Recopa de Basilea de 1979. Ninguna ha merecido, sin embargo, el trato de trofeo mayor, sino que la extinci¨®n de la competici¨®n supuso tambi¨¦n su desaparici¨®n pr¨¢cticamente del palmar¨¦s del Barcelona.
La actitud azulgrana contrast¨® con la del Madrid, que pas¨® de puntillas por la gala parisina, representado por Emilio Butrague?o. La mejor manera de ningunear el ¨¦xito rival, agrandado por parte barcelonista con el premio concedido a Pedri como el mejor joven, es no compareciendo con el nominano Karim Benzema. Florentino P¨¦rez, al fin y la cabo, ya fue ovacionado por sus socios cuando vendi¨® la Superliga como evoluci¨®n de la Champions, antepuso el Madrid a la UEFA y explic¨® que el relato no lo vende bien ni Movistar.
Par¨ªs invitaba a una fiesta azulgrana por Messi, por Alexia y por Luis Su¨¢rez Miramontes y, sin embargo, el Bar?a tampoco supo cuadrar un relato colectivo porque no logra expresar su nexo actual con Messi ni con Luis Su¨¢rez. Ya no est¨¢ Cruyff, Guardiola vive en M¨¢nchester y muri¨® Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n. As¨ª se explica que el barcelonismo viva pendiente de la voz de Xavi y de Laporta.
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