Estadio grande, ande o no ande

Mudarse de estadio o remozarlo de arriba a abajo puede ser cuesti¨®n de vida o muerte. Hay ejemplos de todo tipo. En la Liga, el Athletic ha construido un San Mam¨¦s de nueva planta y el Atl¨¦tico de Madrid se ha trasladado al Metropolitano sin inmutarse: el Athletic sigue presumiendo m¨¢s de hinchada que de palmar¨¦s y el Atl¨¦tico hasta gana la Liga. En sentido contrario, el nuevo estadio del Valencia lleva 15 a?os en el limbo. El Espanyol, entre Pinto y Valdemoro, pas¨® primero del c¨¦ntrico Sarri¨¤ al aislamiento en Montju?c y luego al extrarradio de Barcelona, donde, por cierto, parece feliz.

Los dos grandes del f¨²tbol espa?ol han elegido v¨ªas opuestas. El Real Madrid ya no compra tantos gal¨¢cticos (o sea: ahorra para el nuevo Bernab¨¦u) y ha tenido el golpe de suerte de que el exilio en Valdebebas coincidiera con los estadios vac¨ªos por la covid. El Barcelona, en cambio, desperdici¨® en salarios y en fichajes absurdos los a?os de vacas gordas y planea ahora doblar su endeudamiento (otros 1.500 millones de euros) para la renovaci¨®n de un Camp Nou tan fotog¨¦nico como siempre pero tan en la ruina como el club. Si se aprueban esos planes, el Bar?a puede llegar a tener una deuda cercana al 400% de sus ingresos anuales. Por poner un ejemplo, la deuda p¨²blica de Espa?a, pandemia mediante, es del 122% del PIB...

Las mudanzas han deparado suerte desigual tambi¨¦n en la Premier. El Arsenal vive un estancamiento perenne desde que en 2006 abandon¨® Highbury por el Emirates. El Tottenham tiene el estadio m¨¢s moderno de la Premier pero su futuro inmediato parece tan triste como el de sus rivales del Norte de Londres. La paradoja es el West Ham, cuyos seguidores se enlutaron por Upton Park pero este a?o son el equipo de moda en el remozado estadio Ol¨ªmpico de Londres, donde en noviembre mordi¨® el polvo el Liverpool y este fin de semana le ha tocado al Chelsea, que el s¨¢bado lleg¨® como l¨ªder y hoy es tercero.

La incertidumbre marca a otro equipo londinense, el Chelsea. Tras a?os de vacilaciones, el club decidi¨® por fin transformar Stamford Bridge (40.834 asientos) en un nuevo estadio para 60.000 espectadores. Pero lleg¨® una crisis pol¨ªtica entre Reino Unido y Rusia. Y el Gobierno brit¨¢nico, que hasta entonces solo ten¨ªa parabienes para los oligarcas rusos, descubri¨® de repente que su dinero ol¨ªa a podrido. Y a Roman Abramovich, el due?o del Chelsea, le neg¨® la renovaci¨®n del permiso de residencia. ?l, que ahora entra y sale del pa¨ªs con pasaporte israel¨ª en lugar de ruso, paraliz¨® de inmediato los planes de un nuevo estadio.

Tambi¨¦n atraviesa problemas pol¨ªticos el plan del Everton de cerrar el vetusto Goodison Park (39.414 asientos) y construir un nuevo estadio de casi 53.000 localidades en el muelle de Bramley-Moore. El club ha decidido seguir adelante con el proyecto a pesar de que la Unesco lo cit¨® como una de las razones para retirar a Liverpool su condici¨®n de ciudad Patrimonio de la Humanidad.

La construcci¨®n de nuevos estadios o la remodelaci¨®n de los actuales no tiene solo como objetivo aumentar su capacidad, sino tener m¨¢s palcos privados que ofrecen una rentabilidad muy superior a la venta de entradas o abonos. Los palcos los alquilan millonarios, pero sobre todo empresas que quieren agasajar a invitados a los que impresionar con la experiencia no solo de ver un partido de f¨²tbol desde un lugar privilegiado, sino de comer, beber y hablar de negocios o de la vida.

El Liverpool ya ha empezado las obras para aumentar las 53.395 localidades de Anfield a 60.000. Los Wolves quieren ampliar Molineux de 31.700 a 50.000. El Crystal Palace tiene permiso para que Selhurst Park crezca de 25.486 a 34.000. El Aston Villa ya puede transformar Villa Park de 42.785 a 50.000. El Leeds United tiene planes para ampliar Elland Road de 37.890 a 55.000. El City, en cambio, ha pospuesto su proyecto de expandir Etihad de 55.000 a 61.000 espectadores.

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