PSG - Real Madrid, la batalla del siglo XXI
Adem¨¢s de las numerosas tramas deportivas, el cruce entre el equipo franc¨¦s y el espa?ol supone el combate m¨¢s ic¨®nico de la actual industria del f¨²tbol: el club-Estado y el viejo arist¨®crata enzarzados en un agrio enfrentamiento
El primer entrenador que fich¨® el PSG baj¨® la propiedad de Qatar para ascender a la ¨¦lite europea fue Carlo Ancelotti, que lleg¨® a Par¨ªs a finales de 2011. Y lo primero que advirti¨® el italiano en el Parque de los Pr¨ªncipes fue la falta de organizaci¨®n. Nada que ver con sus experiencias previas en el Milan, Chelsea y Juventus. ¡°No parec¨ªa tener ambiciones de superclub internacional¡±, escribi¨® en 2016 en su libro Liderazgo tranquilo. ¡°Sal¨ªamos a jugar fuera y el jueves el administrador del equipo nos preguntaba si el s¨¢bado ¨ªbamos a cenar pollo o salm¨®n. ¡®?C¨®mo! ?Me preguntas esto el jueves? ?Es que no est¨¢ ya previsto?¡¯. Ni siquiera ten¨ªa un restaurante. Los jugadores llegaban al entrenamiento media hora antes y se iban al terminar¡±, detallaba con sorpresa el t¨¦cnico.
Ha transcurrido una d¨¦cada de aquello y el palmar¨¦s continental del conjunto parisino sigue siendo igual de pobre (la Recopa del 96) pese a los 1.400 millones invertidos en contrataciones (compensados con solo 455 en ventas), pero eso no le impide presentarse este martes en la ida de los octavos de Champions contra el Real Madrid (21.00, Movistar Liga de Campeones) como gran protagonista de uno de los duelos m¨¢s simb¨®licos, si no el que m¨¢s, de la industria actual del f¨²tbol: ¨¦l, como el mejor ejemplo de los denominados clubes-Estado, enganchado al infinito m¨²sculo financiero de un r¨¦gimen absolutista del Golfo P¨¦rsico, contra el representante m¨¢s aquilatado de la vieja Europa.
Dos modelos que reflejan la nueva batalla geopol¨ªtica de este deporte que, en el caso de PSG y Madrid, se recrudece por el agrio enfrentamiento que llevan manteniendo ambos en el ¨²ltimo a?o, cabeza con cabeza como dos machos alfa. El conflicto de fondo de la Superliga los situ¨® en orillas opuestas ¡ªlos blancos al frente de la rebeli¨®n y el club franc¨¦s del lado de la UEFA¡ª y el intento de la entidad espa?ola de fichar a Kylian Mbapp¨¦ el pasado verano revent¨® todas las costuras de la diplomacia. La amistad mutua que pregonaron durante a?os dio paso a las hostilidades. El desaf¨ªo entre el nuevo rico y el viejo arist¨®crata.
El caso Mbapp¨¦ y la Superliga tensan las relaciones entre ambas entidades
En lo puramente deportivo, la eliminatoria concentra multitud de tramas, subtramas e interrogantes: Benzema y Neymar (el brasile?o sin jugar desde el 28 de noviembre) entrando in extremis en ambas convocatorias (¡°siempre voy a forzar por mi equipo, pero sin tomar riesgos, porque, si no, me quedo en Madrid¡±, advirti¨® este lunes el galo antes de la ¨²ltima prueba), la posible vuelta de Sergio Ramos al Bernab¨¦u como rival (es baja en la ida), Mbapp¨¦ ante su hipot¨¦tico futuro club, Messi con otra camiseta contra los blancos, Ancelotti frente a uno de sus antiguos equipos, Achraf, Di Mar¨ªa y Navas de nuevo contra el Madrid¡ Una larga lista de se?uelos futbol¨ªsticos en un cruce que supone la culminaci¨®n a meses de guerra en los despachos entre el PSG y el Madrid que, pase lo que pase en el campo, no se detendr¨¢. Sobre todo, mientras el futuro de Mbapp¨¦ no se aclare. Este martes, a las 13.00 en los Campos El¨ªseos, los presidentes, Nasser Al-Khela?fi y Florentino P¨¦rez, deber¨ªan verse en las caras en una comida despu¨¦s de que el PSG suspendiera la tradicional cena de la previa.
Benzema y Neymar entran ¡®in extremis¡¯ en las listas, algo que no logra Ramos
El choque directo se desat¨® en la ¨²ltima semana del mercado veraniego de fichajes. La inusual maniobra del club merengue de publicitar a los cuatro vientos la oferta de 160 millones al equipo parisino por el delantero galo provoc¨® una airada respuesta desde la capital francesa. Su director deportivo, Leonardo de Ara¨²jo, acus¨® a los dirigentes madridistas de mantener un comportamiento ¡°irrespetuoso, ilegal e inaceptable¡±.
Fueron siete d¨ªas de gran tensi¨®n, alimentada por la propaganda, en los que ambas entidades exhibieron todo su m¨²sculo porque era una cuesti¨®n de poder e imagen. En Valbebebas pusieron encima de la mesa 200 millones (hasta ah¨ª subi¨® la propuesta) en plena pandemia por un jugador que quedaba libre para negociar en cuatro meses. Y desde Qatar contravinieron una de las reglas m¨¢s elementales hasta la aparici¨®n de los clubes-Estado: sacar la mayor tajada posible por un jugador que ha rechazado todos los intentos de renovaci¨®n y que, si no cambia de opini¨®n, se ir¨¢ gratis en unos meses. Dos gallos frente a frente desplegando al contrario y al mundo todo su plumaje.
El PSG hizo de su negativa a vender una cuesti¨®n de honor, Mbapp¨¦ sigui¨® en Par¨ªs y el enfrentamiento baj¨® inevitablemente de volumen. Pero no desapareci¨®. Durante los meses siguientes las pullas en ambas direcciones han resultado habituales. Al-Khela?fi continu¨® criticando las maniobras del Madrid para atraerse al atacante, con referencias incluso a Ancelotti y Benzema, y despreci¨® la Superliga, el gran proyecto de Florentino P¨¦rez, al asegurar que est¨¢ ¡°motivado por intereses personales¡±.
Desde la Castellana, el mandatario blanco no necesit¨® citar al PSG en la ¨²ltima asamblea de compromisarios para lanzarle varias andanadas. ¡°Existe una creciente proliferaci¨®n de situaciones inaceptables en la que clubes reciben apoyo financiero indiscriminado, ya sea de Estados o no, pr¨¢ctica impropia de la UE que adultera la competici¨®n y aboca al f¨²tbol a la ruina¡±, afirm¨® en plena defensa de la Superliga y del juego limpio financiero, cuyo incumplimiento ha sobrevolado en varias ocasiones la cabeza del PSG pese a acabar siempre bien parado de los ex¨¢menes de la UEFA. La semana pasada, L¡¯Equipe public¨® que el gasto en fichas del equipo franc¨¦s ascend¨ªa a 629 millones, el 37% de la Ligue 1.
Y ahora, despu¨¦s de meses de reproches en los despachos, llega la cita en el terreno de juego. La repetici¨®n del sorteo de octavos de Champions por un in¨¦dito fallo con las bolas depar¨® el cruce m¨¢s ic¨®nico de los nuevos tiempos en la burbuja del f¨²tbol. El objetivo ¨²ltimo del PSG, levantar la orejona, pasa este a?o por derribar a su n¨¦mesis, el representante de esa vieja Europa con el que se las tiene tiesas hace un a?o a cuenta de la Superliga y de Mbapp¨¦.
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