El Villarreal da el golpe en Tur¨ªn
El equipo de Emery sobrevive al inicial aluvi¨®n de remates para dormir luego a la Juventus y firmar una goleada que clasifica al tercer conjunto espa?ol para cuartos (0-3)
El Villarreal jug¨® a que no pasara nada. Hizo como esos reptiles que fingen inmovilismo para no alarmar a sus presas. Por momentos, hasta pareci¨® una piedra en el desierto. No era un mineral. Era Gerard Moreno, que entr¨® en la segunda parte y rompi¨® el velo del partido con un pase a Coquelin que desemboc¨® en el penalti definitivo. ¡°Con el penalti colapsamos¡±, dijo De Ligt. A la salida de un c¨®rner, Pau Torres liquid¨® una eliminatoria que la Juventus pudo clausurar en la primera parte y acab¨® perdiendo en los ¨²ltimos minutos despu¨¦s de sumirse en una especie de estado sopor¨ªfero inducido por el exceso de calma y la falta de imaginaci¨®n.
¡°?La Liga est¨¢ ah¨ª!¡±, celebr¨® Gerard Moreno tras verificar la clasificaci¨®n para cuartos de la Champions de los tres clubes espa?oles que permanec¨ªan en el torneo. Es la tercera vez en la historia que el Villarreal alcanza esta cota.
La magnitud del golpe se insinu¨® desde los proleg¨®menos. La plana mayor de la Juventus con el presidente Andrea Agnelli al frente de un pelot¨®n que inclu¨ªa a Maurizio Arrivabene, el administrador delegado, Federico Cherubini, el director de f¨²tbol, y Pavel Nedved, el vicepresidente, salt¨® al c¨¦sped para asistir al calentamiento del equipo mientras la multitud llenaba las gradas del estadio encendida de un sentimiento de reafirmaci¨®n tribal. El ritual puso de relieve la gravedad del momento para un club que, ya pr¨¢cticamente fuera de la carrera por el t¨ªtulo liguero, se concentra en la Champions para recuperar el prestigio y el dinero perdido en la pandemia. Cuando el ¨¢rbitro pita el arranque del partido las camisetas rayadas se lanzaron a la porter¨ªa de Rulli en manada.
Sin mucho orden, sin demasiada organizaci¨®n, Locatelli y Arthur orientaban las jugadas hacia fuera, y Cuadrado y Rabiot centraban a discreci¨®n. La sospecha de Allegri no tard¨® en verificarse. Cada bal¨®n que vol¨® sobre el ¨¢rea del equipo espa?ol fue una bola de fuego. Morata cabece¨® el primero en el segundo palo y Rulli par¨® a bocajarro; Vlahovic pill¨® el segundo y de un taconazo a punto estuvo de dejar a Morata solo ante la red. Fue el comienzo de una lluvia lenta. Igual de lenta que el planteamiento de Emery, que orden¨® a sus futbolistas jugar un partido ¡°largo¡±, sin aceleraci¨®n, pausado por ataques que se estiran hasta el l¨ªmite de lo inocuo.
Son tantas y tan cargadas de enigmas las pausas que reinan cada vez que el Villarreal tiene la pelota que da la impresi¨®n de que algunos jugadores comienzan a paralizarse. Al segundo pase de Parejo a Rulli el p¨²blico comprendi¨® que estaba premeditado. La hinchada se exasper¨®. El bal¨®n rod¨® al ritmo del Valium. La cadencia solo parec¨ªa armonizar con los biorritmos de Parejo y con la coyuntura del demorado Lo Celso. Sufri¨® Trigueros en el discurrir sincopado de los ataques, y sufri¨® su c¨®mplice, Danjuma, tirando desmarques el¨¦ctricos que se hundieron en la nada. Cuando recibi¨® la pelota lo hizo sin ventajas de ninguna clase, pero a ¨¦l le dio igual. Encar¨® a Cuadrado, que es un atleta, y se le escap¨® como si Cuadrado tuviese artrosis. Encar¨® a Danilo, que es otro atleta, y se le escurri¨® como si Danilo padeciera alg¨²n tipo de invalidez. Danjuma hizo lo que se propuso con la defensa de la Juventus metida en caja. Envi¨® tres balones al coraz¨®n del ¨¢rea pero sus compa?eros no le siguieron.
La Juventus solo se agrand¨® cuando contragolpe¨® y la pelota le lleg¨® a Vlahovic, como cuando Morata lo habilit¨® y midi¨® a Pau Torres antes que lo encimara. El serbio tir¨® desde fuera del ¨¢rea y la pelota fue un ob¨²s. Rulli despej¨® otra vez pero la acci¨®n devolvi¨® ¨¢nimos a la Juventus. Al calor de la muchedumbre, el equipo volvi¨® a colgar centros y donde parec¨ªa que el remate ser¨ªa imposible Vlahovic se sac¨® un tirazo. Sin ¨¢ngulo, cerrado por Albiol, sin m¨¢s que un golpe de tobillo. Esta vez la pelota peg¨® en el travesa?o.
La segunda parte ofreci¨® un espect¨¢culo desconcertante. Se dir¨ªa que los jugadores de la Juventus estaban bajo los efectos del opi¨¢ceo que les suministr¨® su oponente. No se trata de cansancio. Al contrario. La frescura f¨ªsica era total. Se trata de una forma extremada de prudencia. Cuando avanzaban con el bal¨®n controlado lo giraban sin m¨¢s efecto que el estacionamiento de todos los jugadores en zonas confortables de marca y circulaci¨®n. Ca¨ªan los centros sobre el ¨¢rea de Rulli pero esta vez Albiol, Capoue y Pau parec¨ªan haberse ensamblado con sus oponentes hasta contrarrestarse mutuamente. Cada vez que el Villarreal reanudaba el ataque Emery gesticulaba en la banda pidiendo calma con las palmas hacia bajo. Como dijo Lo Celso el martes: ¡°Tranquilidad¡±.
¡°Posesiones largas¡±
Si hubiera sido por la tranquilidad el f¨²tbol ser¨ªa tan popular como el ping-pong. Pero a los entrenadores les fascina la idea porque se relaciona con la ausencia de errores en el mundo imaginario que pueblan de fantasmas cada vez que desarrollan t¨¢cticas tan perfectas como as¨¦pticas. La realidad suele desmentir estas construcciones. A Emery le sali¨® que ni pintada. La Juventus pudo meterle tres en los primeros 20 minutos pero acab¨® tranquilizada primero y presa de un error despu¨¦s, cuando cerca del minuto 80 Rugani le hizo penalti a Coquelin, que lo sorprendi¨® desde atr¨¢s a pase de Gerard Moreno. El VAR no permiti¨® subterfugios arbitrales. Tampoco en el penalti que cerr¨® el partido con el 0-3 de Danjuma en los ¨²ltimos instantes de la noche, mientras Agnelli contemplaba la escena fumando en el palco.
¡°Ten¨ªamos que hacer un partido de posesiones muy largas y ellos lo han permitido esper¨¢ndonos muy atr¨¢s¡±, reflexion¨® Pau Torres, tras la haza?a. ¡°En la primera parte Jero [Rulli] ha salvado la eliminatoria. Luego el equipo ha dado una mejor versi¨®n con Gerard. Al final hemos tenido un poquito de suerte¡±.
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