Mariano Garc¨ªa, medalla de oro en 800 en el Mundial de Belgrado de pista cubierta
El atleta murciano logra la primera medalla para la delegaci¨®n espa?ola en una final en la que ?lvaro de Arriba roz¨® el podio al terminar cuarto


Suena a todo trapo el toreador de Carmen, la de Bizet, y Mariano Garc¨ªa, empapado de sudor, se contagia del ambiente y capta el mensaje, y cuando el presentador del Mundial le pregunta en el centro de la pista c¨®mo se encuentra, el chaval de 24 a?os de Cuevas de Reyllo, junto a Fuente el ?lamo, Campo de Cartagena, Murcia, que es campe¨®n del mundo desde hace menos de un minuto, responde gritando: ¡°?Me encuentro de puta madre! He dejado todo lo que ten¨ªa en la pista¡±, y levanta la rodilla derecha y Mariano Garc¨ªa, un nombre y un apellido tan espa?oles que en Belgrado les encanta pronunciarlo marcando las erres una y otra vez, hace como que arranca la moto, y se r¨ªe. Nunca querr¨¢ aparentar lo que no es. Aire fresco en el mundo de las apariencias.
En febrero conquist¨® Nueva York; en marzo, el mundo.
Y todo lo despreocupado y sencillo que pueda parecer, todo lo distra¨ªdo que se le ve fuera de la pista, o, incluso dentro de ella, cuando, delante del cono de salida, calle cinco, largos minutos antes de la pistola, no sabe c¨®mo distraerse, como alguien que espera aburrido en la cola del pan y no para quieto, es pura fachada. Ve moverse la c¨¢mara que les enfoca cuando se les presenta al p¨²blico y se transforma. La carrera empieza entonces. Mariano Garc¨ªa es otro. Es un killer. Su cargador est¨¢ lleno de balas. Pone cara de malo, cruza los ojos, hace la moto, entra en su zona. Pobres de los que se pongan en su camino. Vuelve a ser el ni?o flacucho que empez¨® a correr por miedo a que le mordiera un perro que le persegu¨ªa todos los d¨ªas por las calles de su pueblo; el jovencito que se entrenaba, siempre con otro entrenador joven, Gabriel Lorente, en una pista imposible de Cartagena.
Corre que se las pela, y con m¨¦todo. Sale fr¨ªo y quir¨²rgico, y as¨ª corre, hablando consigo mismo, dice. Deja pasar a todos en tropel delante como quien deja pasar una fila de camiones en la autopista y se pone el ¨²ltimo, tranquilo, sin que nadie le moleste. Es fiel a su lema: cada carrera es un mundo, no se puede ir con t¨¢cticas predefinidas, hay que saber qu¨¦ hacer en cada momento seg¨²n te veas y los veas. Nunca ha salido as¨ª, sin meterse en la pelea, y as¨ª sigue hasta la curva del 250 cuando empieza adelantar tranquilo a los camiones por su derecha. Salvo un peque?o roce en la curva con el norteamericano Harris, el m¨¢s peligroso de los rivales, que resuelve con un peque?o aceler¨®n -¡±casi me manda a la calle tres, el cabrito¡±, cuenta, ¡°as¨ª que me he dicho, le acelero y ven a pelearte conmigo delante, si te atreves¡±-, llega en el 400 (50,75s) sin problemas junto al sueco Kramer a espaldas del gigantesco canadiense Marco Arop, el tr¨¢iler que abre la marcha y le protege. Le acosa en el 500, pasa en su rebufo el 600, el toque de campana (1m 18,26s), y salta a su yugular entrando en la ¨²ltima curva. Entonces ya lucha de verdad. Entra en la ¨²ltima recta el primero, en la nuca, el aliento del jovenc¨ªsimo keniano Noah Kibet, de 17 a?os, y en el coraz¨®n la decisi¨®n de no dejarse adelantar. Resiste. Gana. 1m 46,20s.
Es su cuarta victoria de la temporada iniciada en Staten Island, la isla del ferry de Nueva York en la que consigue la mejor marca mundial del a?o, 1m 45,12s, que nadie ha superado. Ha derrotado a todos. Y aunque a todos sus entrenadores les advert¨ªan, cuidado con Mariano Garc¨ªa, que cuando arranca si le dejas unos metros no le vuelves a ver, como aquel perro de su pueblo, a todos les sorprend¨ªa hace tres a?os, cuando en el Europeo de pista cubierta de Glasgow empez¨® a hacer la moto y todos se re¨ªan. Ya no se r¨ªen. Admiran. Ninguno puede apelar al desconocimiento para justificar su derrota. Cuarto termina el otro espa?ol, el salmantino ?lvaro de Arriba (1m 46,58s), que se queda a siete cent¨¦simas del bronce del norteamericano Bryce Hoppel.
El keniano, de plata, se convierte en el m¨¢s joven medallista de la historia de los mundiales en pista cubierta. Garc¨ªa, de oro, es el tercer atleta espa?ol, todos hombres, que gana una medalla de oro en un Mundial en pista cubierta tras las victorias de Colom¨¢n Trabado en el 800m de Par¨ªs 1985 y la del pesista Manolo Mart¨ªnez en Birmingham 2003. En el rey de su mundo. Ya no puede seguir diciendo lo que dec¨ªa cuando le presentaban junto a los otros j¨®venes espa?oles, tan brillantes, de su generaci¨®n de ochocentistas. ¡°Mucho hablar de m¨ª, pero yo tengo nada. Los dem¨¢s ya han ganado algo. Yo, no¡±, dec¨ªa, y miraba a Adri¨¢n Ben, finalista ol¨ªmpico y mundial al aire libre; Sa¨²l Ord¨®?ez, plusmarquista nacional y medallista de bronce mundial indoor; y ?lvaro de Arriba, campe¨®n de Europa de pista cubierta.
Pero, ya campe¨®n del mundo, ha cambiado el discurso. ¡°Soy campe¨®n del mundo, un logro que en mi pueblo [2.063 habitantes] poca gente puede tener, creo que ninguno¡¡±, dice. ¡°Pero yo no pienso en las estad¨ªsticas. Solo pienso en mejorar e ir cada d¨ªa un poco mejor¡±.
Puedes seguir a EL PA?S DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
