De colores se pinta la primavera
Pensaba en algo fr¨ªvolo como las camisetas del cl¨¢sico durante el homenaje del Sevilla a Juan Carlos Unzu¨¦, que representa tan bien la simple y poderosa humanidad. Sin colores
Ten¨ªa yo la intenci¨®n de, aprovechando que la Liga se detiene, poder hablarles de cosas un poco m¨¢s fr¨ªvolas que las habituales, no porque las de cada semana sean un tratado de psicosociolog¨ªa, pero estos parones permiten poner el ojo en alguna frivolidad de nuestro mundo del f¨²tbol. Y me hab¨ªa quedado con esa imagen inicial del cl¨¢sico con un equipo vestido de negro y otro de amarillo, cada uno de ellos identificables con Real Madrid y FC Barcelona por sus escudos¡ y nada m¨¢s. Tal vez esas cuatro barras rojas podr¨ªan acercar a los amarillos a la imagen de Catalu?a y punto. Pensaba en esas cuestiones coloridas cuando me salt¨® una alerta que me dec¨ªa que Boca Juniors iba a cambiar su cl¨¢sico azul con banda amarilla por una camiseta completamente amarilla para enfrentarse a River Plate, otro cl¨¢sico entre los grandes del mundo del f¨²tbol.
Las razones de Real Madrid y Bar?a ya las conoc¨ªa y ten¨ªan que ver con esa avidez del marketing para convertir cada evento en una experiencia excepcional y asociarla a esa nueva camiseta y todo junto en mayores ventas en las tiendas f¨ªsicas y virtuales. Pero desde Buenos Aires llegaba una argumentaci¨®n m¨¢s definitiva, indiscutible, indestructible ya que era el criterio de un mago-cham¨¢n-m¨¦dium que primero hab¨ªa liberado de las malas energ¨ªas el vestuario de Boca para finalmente sugerir el cambio al amarillo para romper con las malas influencias que quedaron en el aire y en los esp¨ªritus despu¨¦s de la final de Libertadores perdida en Madrid. Me dir¨¢n que no es una sugerencia definitiva, de esas que si no las haces y pierdes te vas a arrepentir de por vida y si las haces y tambi¨¦n pierdes pues ya es lo que ten¨ªas antes. Por tanto, riesgo cero. Bueno, cero, cero tampoco porque supone ver en esa formaci¨®n inicial a tu equipo de siempre, ese que secularmente has identificado con unos colores, con una forma de mirar y de ver, con un uniforme que permit¨ªa discernir en el combate a los m¨ªos de los otros y que en este caso esa presencia de una camiseta de banda roja es la que finalmente ubica que all¨ª se estaba disputando un cl¨¢sico. O un nuevo cl¨¢sico. O un cl¨¢sico de Nueva Era. No lo s¨¦ pero seguro que un sabio marketiniano de nueva era sabr¨¢ ponerle el nombre adecuado para que la m¨¢quina siga rodando y contando monedas.
Pensaba en todo eso y en c¨®mo dos camisetas amarillas hab¨ªan acabado por vestir los ¨¦xitos, un punto inesperados, un mucho revitalizadores, cuando desde siempre se ha considerado el amarillo como un color con cierto aroma negativo. De ese aroma que hubiera llevado al difunto Luis Aragon¨¦s a negarse a ese tipo de experimento, ya lo dijera el marketing o el cham¨¢n, que para gesti¨®n de las energ¨ªas ya est¨¢n ¨¦l y solo ¨¦l. Y de c¨®mo ese color era catalogado de imposible para nuestros porteros mientras que los alemanes no paraban de ganar t¨ªtulos vestidos de esa guisa ¡ª?a ver si ah¨ª estaba toda la cuesti¨®n de pasar de cuartos y eso de los penaltis?¡ª.
En todo eso pensaba en el palco del Ram¨®n S¨¢nchez Pizju¨¢n mientras esper¨¢bamos a Juan Carlos Unzu¨¦, a quien el Sevilla homenajeaba con su Dorsal de Leyenda. All¨ª, rodeado de muchos exporteros, o solo de porteros, ya que esa condici¨®n creo que no se pierde nunca, en un club marcado desde esa posici¨®n; no en vano el Sevilla es el ¨²nico equipo que conozco en la ¨¦lite del f¨²tbol con un entrenador y un director deportivo que han defendido la porter¨ªa y que han visto el partido desde esa ¨²ltima l¨ªnea, o primera del ataque seg¨²n se mire el campo. All¨ª est¨¢bamos todos para homenajear al Unzu¨¦ portero, deportista y colgarnos de su sonrisa y de la alegr¨ªa de los ojos de ese ejemplo que hace que cada d¨ªa sea un feliz descubrimiento y que relativiza todas nuestras inquietudes. Un homenaje al que el Arrebato le puso m¨²sica y canci¨®n y nos permiti¨® echar m¨¢s de una l¨¢grima a todos esos tipos duros que ayer vest¨ªan el 1. Y aquello no era de marketing ni de nada artificial. Aquello iba de eso que Juan Carlos representa tan bien que es la simple y poderosa humanidad. Sin colores.
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