La fabulosa leyenda de ¡®Little¡¯ Karim
Muere el porteador de altura de Pakist¨¢n que llev¨® sobre sus hombros un ala delta de 17 kilos a la cima de un ¡®ochomil¡¯
Ciertos gestos alteran para siempre una vida. Suelen ser arrebatos de ingenio o movimientos dictados por la desesperaci¨®n y la necesidad. En 1978, Abdul Karim, nacido en Hush¨¦, una aldea paquistan¨ª a los pies de las monta?as del Karakoram, necesita ser contratado como porteador de una expedici¨®n dirigida por Chris Bonington. Pero cuando el sir le echa un ojo, lo descarta de inmediato: demasiado peque?o. Abdul Karim mide un metro y cincuenta cent¨ªmetros, pero sus reflejos alcanzan una talla inaudita. As¨ª que introduce su cabeza entre las piernas de Bonington, de metro y ochenta cent¨ªmetros de estatura, lo levanta y sale corriendo girando aqu¨ª y all¨¢ sin perder la sonrisa y en medio del alborozo general. Contratado. Otra versi¨®n de la misma historia asevera que Karim cogi¨® en brazos a Bonington.
Un a?o despu¨¦s, Francia organiza su ¨²ltima gran expedici¨®n nacional, con toneladas de material, 14 alpinistas y la necesidad de contratar a millar y medio de porteadores para medirse tambi¨¦n al K2. Nadie rechaza ya a Abdul Karim, pero el jefe de la expedici¨®n, Bernard Mellet, se hace un l¨ªo porque entre sus porteadores de confianza figuran tres con el mismo nombre: Abdul Karim. Como cada uno es de una talla, los distingue como Big, Medium y Little. Este ¨²ltimo pasar¨¢ 28 d¨ªas por encima de los 6.700 metros, acarreando cargas hasta los 8.200 metros sin usar ox¨ªgeno artificial: nace en ese momento la leyenda del porteador m¨¢s fuerte que no se cansar¨¢ de exhibir una sonrisa genuina camino de los cinco ochomiles del Karakoram: K2, Broad Peak, Gasherbrum I y II y Nanga Parbat.
Solo med¨ªa 1,50 metros, pero su fortaleza era extraordinaria
El pasado 3 de abril, el peque?o Karim falleci¨® tras soportar una larga enfermedad. Como es habitual, no solo no sab¨ªa el d¨ªa en que naci¨®, sino el a?o. Aseguran que estaba cerca de cumplir 70. ¡°Se podr¨ªa decir que ha muerto tan pobre como vino al mundo pese a haber trabajado para infinidad de expediciones occidentales¡±, asegura Alberto I?urrategi, cuya fundaci¨®n F¨¦lix Baltist¨¢n opera milagros en el ¨¢rea de Baltist¨¢n, como tambi¨¦n lo hace la fundaci¨®n Sarabastall. Hace dos a?os, Hanif, hijo de Little Karim, pidi¨® ayuda al gobierno de su pa¨ªs y a la comunidad internacional de alpinistas para recaudar fondos que pagasen sus gastos de hospitalizaci¨®n. Hanif lleg¨® a subastar la camiseta que Cristiano Ronaldo regal¨® a su padre, en 2018, durante una visita a Espa?a. Todo esfuerzo resulto en vano.
En 1983, el alpinista y escritor bilba¨ªno Juanjo Sansebasti¨¢n conoci¨® a Little Karim, enrolado como porteador de altura para acometer la ruta japonesa de la cara oeste del K2: ¡°En esa ¨¦poca, todav¨ªa us¨¢bamos ox¨ªgeno artificial, aunque Antonio Trabado ya dec¨ªa que no era necesario, y llev¨¢bamos mucho material, as¨ª que contratamos a siete porteadores de altura de los cuales cinco no serv¨ªan. En cambio, Rozzi Al¨ª y, especialmente, Little Karim, resultaron excepcionales¡±, recuerda. Fue el inicio de una amistad en may¨²sculas y de igual a igual. ¡°Karim nos enamor¨® por su personalidad, su calidez, su alegr¨ªa, su bondad, su lealtad¡ y cuando, en las expediciones que siguieron, dejamos de necesitar porteadores de altura, lo seguimos contratando porque dese¨¢bamos su compa?¨ªa. Le he visto cargar con su mismo peso a sus espaldas y con vol¨²menes que cuadruplicaban el suyo. Su fuerza era inaudita¡±, enfatiza.
Un collar de billetes
En 1986, la leyenda de Little Karim se dispara. El genial alpinista franc¨¦s Jean Marc Boivin decide volar en ala delta desde la cima del Gasherbrum II (8.035 metros). El aparato pesa 17 kilos y, recogido en un ¨²nico bulto, tiene cinco metros de envergadura. Para los que se pregunten qui¨¦n pudo subir semejante artefacto hasta la cima, la respuesta pasa por los hombros de Little Karim, en una estampa que remite a cierta crucifixi¨®n. Existe una filmaci¨®n en la que se ve c¨®mo Karim alcanza un campo de altura cantando en franc¨¦s Alouette, alouette. De regreso, el resto de porteadores, tan orgullosos de su haza?a, le ofrecieron un d¨ªa de su salario, uniendo con un cordel los billetes y colg¨¢ndoselos del cuello como si fuese el m¨¢s lujoso de los collares. Karim les regal¨® un baile a modo de saludo.
Pese a sus muchas expediciones, muri¨® tan pobre como naci¨®
En 1984, Reinhold Messner y Hans Kammerlander tambi¨¦n lo contrataron para firmar su traves¨ªa de los Gasherbrum: su extraordinaria fuerza f¨ªsica y mental no conoc¨ªa imitadores. ¡°Si la esencia del Karakoram pudiera guardarse en un ser humano, ese ser¨ªa Karim¡±, escribe Juanjo Sansebasti¨¢n. Y abunda: ¡°No he ca¨ªdo en la hipocres¨ªa de asegurar que todos los porteadores de altura, ya sean de Pakist¨¢n o de Nepal, son seres buenos y maravillosos. Siempre he tenido claro que mi relaci¨®n con ellos era comercial: les pagamos por hacer un trabajo f¨ªsico dur¨ªsimo y peligroso a sabiendas de que ese dinero que ganan jam¨¢s lo producir¨ªan con su econom¨ªa de subsistencia. No me hice amigo de Little Karim porque fuese porteador, sino porque fue una persona maravillosa con la que deseaba estar. No fue una amistad que naci¨® desde la supuesta superioridad occidental. Simplemente, no entend¨ªamos el Karakoram sin ¨¦l¡±.
Karim le sorprendi¨® hasta el final de sus d¨ªas: ¡°Siendo musulm¨¢n, creyente, practicante y miembro de una sociedad donde la mujer siempre ha estado a la sombra, me sorprendi¨® muy gratamente que Karim luchase y pidiese ayuda a Sebasti¨¢n ?lvaro para que sus tres nietas (Amina, Sudiqa y Mariom) se formasen como porteadoras y alpinistas, para que siguiesen sus pasos. No pidi¨® ayuda para sus nietos varones. Algo est¨¢ cambiando en esa zona del planeta y es que en m¨¢s de 35 a?os de expediciones y viajes a esa zona, no he tenido apenas contacto con mujeres. Ver el gesto de Karim fue emocionante¡±.
Seguramente fue el segundo gesto m¨¢s determinante en la vida del peque?o porteador: un arrebato que puede haber cambiado para siempre las vidas de sus nietas.
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