El Barcelona gana y gana
En otra noche hist¨®rica en el Camp Nou, con otro r¨¦cord mundial de asistencia, el cuadro azulgrana deja casi resuelto el pase a la final al golear al Wolfsburgo
Los goles viajan del Johan Cruyff al Camp Nou, de Espa?a a Europa, con el mismo sello, consecuencia de un juego tan paciente como intenso, tan suave como agresivo, siempre ganador. Al Barcelona le da lo mismo la Liga Iberdrola que la Champions. No se intimida ni ante un hist¨®rico como el Wolfsburgo, l¨ªder de la Bundesliga, presente en nueve de las ¨²ltimas 12 semifinales de la Copa de Europa. El equipo de Jonatan Gir¨¢ldez sac¨® a relucir su invicto de la temporada (40 partidos) para mandar a la lona al gigante alem¨¢n (5-1). Otra noche hist¨®rica para Barcelona, en el campo y tambi¨¦n en las gradas: 91.648 espectadores, que borr¨® el r¨¦cord mundial de p¨²blico del partido de cuartos ante el Real Madrid.
El reloj marcaba los 10 minutos cuando Schult cogi¨® el bal¨®n de la red y convoc¨®, de urgencia, a todas sus compa?eras a pasos del c¨ªrculo central. Estaba grogui el Wolfsburgo y la portera gritaba para despertarlas, sobrepasadas en lo an¨ªmico, y esencialmente en lo futbol¨ªstico. El Barcelona, por entonces, ya sumaba seis remates, cuatro a porter¨ªa y en el marcador resaltaba el 2-0. Aitana no fall¨® en el cara a cara ante Schult el gran pase de Rolf?. Tampoco Graham Hansen en su modus operandi: velocidad para leer espacios, frialdad para definir.
Pero el Barcelona no solo estaba dispuesto a mostrar los dientes en ataque. Paredes celebr¨® como un gol cuando se estir¨® para tapar el remate de Roord que ten¨ªa como destino la porter¨ªa de Sandra Pa?os. La fiereza de las azulgrana contrastaba con la pasividad del Wolfsburgo. Tocadas antes de aterrizar en la capital catalana, cuando se cay¨® del once su l¨ªder, Oberdof. El Bar?a, en cambio, hab¨ªa recuperado in extremis a Guijarro, br¨²jula del juego, imposible de descifrar por las alemanas. Desesperado, el t¨¦cnico del cuadro alem¨¢n, Tonny Stroot, volvi¨® a reunir a sus jugadoras mientras los m¨¦dicos atend¨ªan a Hendrich. La charla esta vez parec¨ªa m¨¢s efectiva. Respir¨® el Wolfsburgo, lejos de su porter¨ªa, aunque sin posibilidades para volver a inquietar a Pa?os.
Fue solo un espejismo. El Bar?a volvi¨® a acelerar y el Wolfsburgo no pod¨ªa decir ni p¨ªo. A las alemanas no les funcionaba la presi¨®n, ni las transiciones, ni nada. El Barcelona es un equipo entrenado para no caer en la relajaci¨®n. Y nadie representa mejor esa ambici¨®n que Alexia. La capitana activ¨® a las azulgrana y encontr¨® en la banda a Marta Torrej¨®n, que nunca parece tener prisa. No la tiene cuando le toca defender a las extremos m¨¢s punzantes ni cuando se manda al ataque. Se tom¨® su tiempo para esperar a Hermoso. Y la 10, cada d¨ªa m¨¢s cerca de la medular, no se olvida de su idilio con el gol. Entonces, ya con la goleada en el bolsillo, Alexia puso su nombre en el marcador.
La superioridad del Barcelona era total. Huth no encontraba el cuero y no encontraba la manera de encontrar la velocidad de Popp y J¨®nsd¨®ttir. Mucho menos, el poder goleador de Wassmuth. S¨ªmbolo de otra victoria azulgrana: la t¨¢ctica. Sorprendi¨® Gir¨¢ldez en la pizarra cuando coloc¨® a Crnogorcevic de extremo y dej¨® a Rolf? en el lateral. Un enroque en el ala izquierda que le funcion¨® a la perfecci¨®n. La suiza fue tan h¨¢bil para leer los espacios como lo fue la sueca para abrir el campo. En la banda estaba la talentosa e incasable Hansen. El Wolfsburgo, condenado a tener el ojo en el retrovisor, se olvid¨® de atacar.
Su idea pas¨® entonces por acumular m¨¢s piernas en la medular, aunque perdieran peso en ataque. No quer¨ªa dejar sentenciada la eliminatoria en el Camp Nou. Le funcion¨® la estrategia. Al Bar?a le escaseaba la gasolina y la alemana Roord mand¨® una se?al de alerta. El 4-1 fue lo que necesit¨® Alexia para volver a poner las cosas en su lugar. Un nuevo gol, esta vez de penalti, para dejar pr¨¢cticamente sentenciado el pase a la final, que ser¨ªa la tercera en cuatro a?os para el Bar?a.
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