Media hora de respiraci¨®n contenida en Vila-real
La localidad castellonense so?¨®, con el 2-0 al descanso, que la remontada era posible y que su equipo acceder¨ªa a la final de la Champions
Todo el pueblo de Vila-real (Castell¨®n, 50.000 habitantes) contuvo anoche la respiraci¨®n durante poco m¨¢s de media hora, el tiempo que dur¨® el empate. Las calles desiertas, las terrazas de los bares con televisi¨®n llenas, los corazones encogidos y muchas ventanas con luz chisporroteando una retransmisi¨®n deportiva, la m¨¢s importante para la ciudad. La contenci¨®n no pudo frenar algunos gritos de euforia, de ¨¢nimo. Pero la ilusi¨®n dur¨® poco m¨¢s all¨¢ del descanso. A los 16 minutos de la segunda parte, cuando la esperanza de una remontada hist¨®rica se manten¨ªa viva, lleg¨® el primer gol del Liverpool y el j¨²bilo dio paso a los nervios y, despu¨¦s, con el segundo y el tercero, al desconsuelo, a las manos en la cabeza, al taparse los ojos. Pero con una afici¨®n acostumbrada a reponerse, a superarse, la afici¨®n del Villarreal no abandon¨® este martes a su equipo.
En el bar El oso no se movi¨® nadie. ¡°Nos lo merec¨ªamos¡±, lamentaban unos mientras otros coreaban el ¡°c¨®mo no te voy a querer¡±, que ha caracterizado en los ¨²ltimos tiempos a la afici¨®n del equipo que ahora dirige Emery. En La Creu, aficionados de m¨¢s edad, cruzaban sus chaquetas y apretaban sus mand¨ªbulas sin abrir la boca.
Del campo apenas sali¨® nadie pero, antes de que acabara el partido, las calles comenzaron a llenarse de vilarrealenses que decidieron ausentarse de la derrota y pasear a sus perros. Tambi¨¦n las familias, con ni?os en brazos, algunos dormidos y todos de amarillo, comenzaron la vuelta a sus casas. Con caras de tristeza, pero no de decepci¨®n. ¡°Una l¨¢stima¡±, acertaban a decir. ¡°Ha sido bonito¡±, trataba de consolar y reconvertir la derrota en logro una mujer de la mano de su hijo. La contenci¨®n se volvi¨® en un silencio triste. Ninguno se despoj¨® de sus bufandas amarillas y azules. Nadie lanz¨® ni un reproche a los jugadores.
En todo el meritorio trayecto que el Villarreal ha completado en Primera nunca ha dejado de contar con una afici¨®n que ha hecho que el campo, en el que caben casi la mitad de sus habitantes, se quedara peque?o. Anoche, tan cerca de tocar la gloria, y pese a la derrota, lleg¨® el orgullo. El orgullo y ¡°la ilusi¨®n de todo un pueblo, industrial y labrador¡±, porque el Villarreal, igual que dice su himno ¡°es un club que a todos pregona la fuerza de la afici¨®n¡±.
Tras coronarse como campe¨®n de Europa hace ahora poco menos de un a?o, los groguets han vivido estos d¨ªas con el convencimiento de la remontada, de poder llegar a la final de la Champions. La semana pasada colapsaron la comisar¨ªa para sacarse pasaportes y poder viajar al Reino Unido a ver el partido de ida y anoche, pese a todo, lanzaron un peque?o castillo de fuegos artificiales para recordar que son una afici¨®n que no abandona a su equipo.
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