Luka Doncic necesita ayuda y los Sixers un milagro en las semifinales de conferencia
Dallas cae ante Phoenix pese a la en¨¦sima locura del esloveno y Miami vence con autoridad a Philadelphia, todav¨ªa sin Embiid. Ambas eliminatorias, 2-0
Nadar, nadar, nadar. Seguir nadando. Nadar contra viento, fr¨ªo y mareas adversas. Nadar cuando las brazadas parecen agotarse. Nadar todav¨ªa cuando las fuerzas flaquean. Y sin una gota de energ¨ªa por exprimir, dejar de nadar cuando ya se ve la orilla. Otro d¨ªa m¨¢s. La sensaci¨®n que desprende Luka Doncic como l¨ªder absoluto de los Dallas Mavericks es una frustraci¨®n inabarcable. Un poder superlativo el suyo que, individual, no da para aguantarle el baile al, probablemente, mejor equipo de baloncesto del mundo: los Phoenix Suns, que esta madrugada vencieron a Dallas (129-109) y sellaron el 2-0 en la eliminatoria.
Doncic no puede solo. Parece manido, s¨ª, pero es tan obvio como cierto. El propio Jason Kidd, tras la segunda derrota consecutiva en Arizona, lament¨® la poca compa?¨ªa del esloveno en ataque: ¡°Tenemos que involucrar a otros jugadores para ayudarle. No puede estar solo ¨¦l. Hay que protegerlo¡±.
El esloveno, en cambio, no encuentra motivos para presumir de partido. Si no gana, no le sirve de nada, tal y como ha dicho siempre ante los medios. Tras el segundo partido ante Phoenix, en el que volvi¨® a sobresalir (35 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes), el exmadridista fue duro consigo mismo: ¡°Tengo que mejorar en defensa. No hay m¨¢s¡±.
Una tarea pendiente, s¨ª, pero tambi¨¦n a nivel colectivo. Los Suns, que no han bajado del 50% de acierto en el tiro durante estos play offs, consumaron anoche su obra definitiva: 75,7% de efectividad real ante el aro, r¨¦cord hist¨®rico de la franquicia. Una avalancha dif¨ªcil de esquivar.
Dallas lo hizo durante m¨¢s de tres cuartos, aguantando la distancia e incluso tomando t¨ªmidas ventajas en varios tramos del encuentro. Pero en el ¨²ltimo acto, ah¨ª donde los Mavericks siempre sacan un extra de combustible, Phoenix asom¨® el rodillo y con un Chris Paul excelso (28 puntos, con un 69% de tino) elev¨® la diferencia a 26 puntos en apenas un chasquido.
Cruel para Dallas, que hab¨ªa conseguido corregir el d¨¦ficit en el rebote del primer partido y minimizar la ventaja de cent¨ªmetros de los Suns.
Lo cierto es que los de Monty Williams, que ahora viajan a Texas para defender su ventaja en la serie (2-0), parecen invencibles cuando todo encaja. Y el m¨¦rito es que eso sucede muy a menudo. M¨¢s a¨²n contra los Mavericks, a los que parecen adaptarse a la perfecci¨®n.
Anoche, cuando Doncic miraba a su alrededor, solo sent¨ªa el aliento de los rivales. Camisetas negras y un ruido ensordecedor. Detr¨¢s, a lo lejos, esperando temblorosos, sus compa?eros, que siguen sin dar el paso. Brunson (9 puntos), que sobresali¨® en la primera ronda ante Utah, cuando el esloveno estaba lesionado, no termina de encontrarse con un defensor grande sobre ¨¦l. Dinwiddie, que sorprendi¨® a todos por su rendimiento inmediato tras fichar por Dallas, parece una sombra de lo que fue hace pocas semanas.
Con todo, la sensaci¨®n es que Dallas necesita trabajar m¨¢s fuera de la pista que dentro. En las oficinas de la franquicia solo se debe pensar en una labor: agrupar ¡ªm¨¢s¡ª talento alrededor de Doncic. La serie ante Phoenix deber¨ªa ser la prueba definitiva, si es que no era evidente. Ver el partido una y otra vez. En bucle. Y pensar. Eso o esperar a que lo haga Doncic, que pese haber jurado amor eterno a los Mavericks en m¨¢s de una ocasi¨®n, no ser¨ªa la primera estrella que pide el traspaso tras un paso en balde hacia el anillo.
Los Sixers necesitan un milagro
En el otro partido de la noche, disputado horas antes a casi 4.000 kil¨®metros de Phoenix, los Miami Heat aprovecharon su ventaja de campo ante los Sixers y, con un juego colectivo envidiable, certificaron el 2-0 en la serie.
Liderados por Adebayo, incansable en defensa ¡ªda igual contra qui¨¦n¡ª, y por los puntos de Tyler Herro desde el banquillo, los de Spoelstra aplastaron a Philadelphia con la segunda unidad: los suplentes de los Heat anotaron 52 puntos y los de los Sixers, solo 19.
Con la vuelta de Embiid todav¨ªa en el aire tras su lesi¨®n en el ojo derecho, los de Florida van camino de barrer la serie. Todo, a pesar de los esfuerzos tit¨¢nicos de Tyrese Maxey, que a sus 21 a?os sigue demostrando grandes dotes como anotador en los d¨ªas se?alados: anoche, 34 puntos.
Inservibles, eso s¨ª. Sobre todo si la falta de Embiid no se suple, como era de esperar hace unos meses, con un James Harden m¨ªnimamente capaz de asemejarse a lo que fue en Houston. El base californiano, que sum¨® 20 tantos esta madrugada, promedia menos puntos, rebotes, robos, tapones, tiros y acierto en el lanzamiento que en su ¡ªbreve¡ª etapa en los Brooklyn Nets, donde sali¨® de malas maneras en febrero.
La eliminatoria viaja ahora a Philadelphia, donde los de Doc Rivers, como los Mavericks en Dallas, est¨¢n obligados a vencer al menos un partido si no quieren que su participaci¨®n en los play offs termine antes de tiempo.
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