Mohamed Salah, vengador rico y solitario
El egipcio proclama que busca reparaci¨®n tras su amarga final de 2018, antesala de una mejora salarial que lo convirti¨® en el jugador mejor pagado y en el menos querido de la plantilla del Liverpool
Mohamed Salah, Mo para los amigos, sali¨® el viernes del vestuario del Stade de France acompa?ado por el m¨¢s joven de sus compa?eros, Harvey Elliott, camino del ¨²ltimo entrenamiento del Liverpool antes de la final de la Champions. Iba sonriente, como quien se embarca en un crucero por el Caribe, pero a pesar de estar rodeado de colegas casi se comunicaba exclusivamente con Elliott, que con sus 19 a?os lo observaba admirado. Alejado del jolgorio del grupo, que mayormente lo ignor¨®, el egipcio vivi¨® la pr¨¢ctica tranquilamente instalado en su burbuja. Suele ser habitual con los profesionales del f¨²tbol que gozan del privilegio de ahorrar energ¨ªa a costa de las piernas del pr¨®jimo. El aislamiento se completa cuando ¡ªadem¨¢s¡ª las prerrogativas que le concede el entrenador en la cancha a cambio de gol se complementan con el mejor salario de la plantilla.
¡°Es tiempo de revancha¡±, repite Salah desde que el Liverpool elimin¨® al Villarreal en las semifinales y la encrucijada del torneo le enfrent¨® al Madrid en otra final. ¡°Es hora de ajustar cuentas¡±, dijo en La Cer¨¢mica, en un mensaje que desde entonces ha reproducido en tres apariciones p¨²blicas sin que sus compa?eros lo secundaran en el sentimiento. ¡°La final de 2018 fue el momento m¨¢s duro de mi carrera; salir en el minuto 30 de un partido as¨ª es lo peor que le puede pasar a un jugador. Cuando me enter¨¦ de que hab¨ªamos perdido estaba en el hospital. No hab¨ªa ni tele¡±.
Los signos que codifican el f¨²tbol rara vez son expl¨ªcitos. Este s¨¢bado, Salah se reencuentra con el rinc¨®n m¨¢s negro, pero tambi¨¦n el m¨¢s brillante de su trayectoria profesional. Enfrentarse al Madrid en otra final de Champions le devuelve a la noche amarga de Kiev, cuando Sergio Ramos le disloc¨® el hombro, oblig¨¢ndolo a abandonar el campo con el 0-0 en el marcador de un partido que el Liverpool perder¨ªa 3-1, exactamente en la v¨ªspera de la renegociaci¨®n contractual que elev¨® su sueldo de dos a 14 millones netos por temporada, seg¨²n informan fuentes pr¨®ximas a la sociedad. El mayor salto en la escala salarial en la historia red.
J¨¹rgen Klopp, el entrenador, todav¨ªa se arrepiente de lo que considera un movimiento precipitado. Porque cuando el club se dej¨® arrastrar por la fascinaci¨®n de las cifras ¡ªlos 32 goles de Salah en la Premier en la temporada 17/18¡ª incurri¨® en el agravio comparativo de Firmino y Man¨¦, cuyo despliegue f¨ªsico y su comprensi¨®n del juego colectivo ni estaban al alcance de Salah ni eran irrelevantes para su brillo individual. Firmino y Man¨¦, que con sus asistencias y su sacrificio en la presi¨®n hab¨ªan hecho posible la riqueza del falso extremo, siguieron cobrando dos millones de euros netos. Para indignaci¨®n de los capitanes y de la mayor¨ªa de los jugadores, que ya observaban a Salah como al ¨²nico protegido de los rigores f¨ªsicos que impone el t¨¦cnico.
Declive goleador
Desde la final de Kiev, el Liverpool gan¨® en experiencia y recursos t¨¦cnicos pero, parad¨®jicamente, la uni¨®n que hab¨ªa precedido al grupo hasta el verano de 2018 no se fortaleci¨®. Solo la inteligencia emocional de Klopp pudo reconducir la situaci¨®n hasta la conquista de la Champions en 2019. Las fisuras, sin embargo, siguieron ah¨ª, ocultas bajo la escayola. Cuando Klopp quiso solucionarlo poniendo en el mercado a Salah, en 2021, ni un solo club en Europa puj¨® por rebajar el precio de salida de 120 millones de euros. Al contrario, las ofertas fueron en direcci¨®n a Man¨¦. La ¨²ltima, del Bayern, puede dejar al Liverpool sin su verdadero motor del ataque.
¡°Lo que le hizo Ramos a Salah fue una obra maestra¡±, se?al¨® Giorgio Chiellini, el m¨¢s sabio de los marcadores de la ¨²ltima d¨¦cada; ¡°era consciente de que cayendo as¨ª, en nueve de cada 10 veces, rompes el brazo a tu rival¡±.
Los ligamentos de Salah se curaron. Su esplendor finalizador no volvi¨® a los mismos niveles. Pas¨® de meter 44 goles en la temporada que culmin¨® en Kiev, a meter sucesivamente 27, 23, 31 y 31 este curso. Quiz¨¢s, porque debi¨® buscarse la vida un poco m¨¢s solo. La estad¨ªstica indica que sus colegas lo asistieron menos. En Par¨ªs le queda la amistad de Elliott, la felicidad de su excelente posici¨®n, y, seg¨²n sus propias palabras, la sed de venganza.
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