El Oviedo celebr¨® por una confusi¨®n el pase al ¡®playoff¡¯ de ascenso a Primera

¡°Fueron tres segundillos colmados de felicidad¡±, resumi¨® el entrenador del Real Oviedo cuando ya todo se hab¨ªa tranquilizado. Cuco Ziganda siempre fue un hombre cauto y en medio de un estadio en el que se transpiraba el nerviosismo trat¨® de mantener la cabeza fr¨ªa. S¨®lo el golaverage apart¨® a su equipo de jugar el playoff de ascenso a Primera. Necesitaba un gol del Burgos al Girona para que la victoria que acababa de conseguir ante el Ibiza tuviese verdadero valor, pero el tanto no lleg¨®. Y eso que el Carlos Tartiere lo cant¨® hasta en dos ocasiones. Fue todo una falsa alarma, un cruel anticl¨ªmax.

El Oviedo no juega en Primera desde hace 21 a?os. Entre medias sufri¨® un descenso administrativo, pas¨® por Tercera Divisi¨®n, cay¨® en dolorosas promociones de ascenso para salir de ese pozo y sorte¨® una desaparici¨®n para la que hasta desde el propio ayuntamiento de la ciudad promov¨ªa un sucesor. En el entorno del club hace mucho que late el orgullo por el equipo, pero tambi¨¦n la necesidad y la frustraci¨®n. Una excelente segunda vuelta le hab¨ªa dejado con el playoff de ascenso a Primera a tiro, pero tres jornadas sin ganar condenaron al Oviedo no s¨®lo a ganar en la ¨²ltima jornada, sino tambi¨¦n a depender de resultados en campos ajenos para culminar ese primer objetivo. Mal asunto.

La tarde no pintaba bien. Uno de los estadios de los que estaban pendientes m¨¢s de 20.000 seguidores en el Tartiere estaba a 30 kil¨®metros. Un tropiezo de Las Palmas en el campo del Sporting les favorecer¨ªa. Pero pronto dejaron los carbayones de mirar hacia el vecino: a la media hora de partido, Jonathan Viera decant¨® el partido al embocar un penalti. El tanto fue celebrado por un amplio sector de la grada de El Molin¨®n, que incluso recrimin¨® al ¨¢rbitro que anulase un segundo gol del equipo canario. Al Oviedo le restaba, con todo, una bala consistente en que el Girona cayese en casa del Burgos, que nada se jugaba.

Lo que ocurri¨® en los instantes finales de la temporada en el Tartiere lo defini¨® Ziganda: ¡°Fue surrealista¡±. Tambi¨¦n fue el compendio de la fuerza que pueden tener motores como la ilusi¨®n, la voluntad y la ansiedad. El Oviedo marc¨® en el minuto 95 el tanto de la victoria, un penalti que emboc¨® Borja Bast¨®n, una celebraci¨®n con sordina que acab¨® por desatarse segundos despu¨¦s cuando el Ibiza iba a sacar de centro. El estadio estall¨® en j¨²bilo y el propio Bast¨®n fue uno de los que alz¨® los brazos. Pensaba que hab¨ªa marcado el Burgos. Fue una falsa alarma. El juego sigui¨® unos 15 segundos m¨¢s hasta que el ¨¢rbitro decret¨® el final del partido.

En ese momento ning¨²n jugador del Oviedo acudi¨® a saludar al colegiado o a los futbolistas rivales, unos miraron hacia el banquillo, otros al grader¨ªo en b¨²squeda de noticias. Al poco se hizo, sobre el propio c¨¦sped, un corrillo en torno a un tel¨¦fono m¨®vil cerca del banquillo local. Y de pronto estall¨® el j¨²bilo. Desde un sector de la bancada empez¨® a correr la voz de que el Burgos hab¨ªa marcado. El delantero Pombo, que estaba cerca de all¨ª, alz¨® los brazos y el grupo de futbolistas azules se disemin¨® mientras corr¨ªa a celebrar una noticia que nunca existi¨®. En Burgos hac¨ªa medio minuto que el partido hab¨ªa acabado sin goles.

Una gota gener¨® un maremoto. Con el paso de los minutos aparecieron memes e incluso una grabaci¨®n de una narraci¨®n radiof¨®nica a la que algunos identifican como el origen del rebumbio. ¡°Gol del Burgos. El Oviedo a playoff. Te lo dije. Gol del Burgos que va a meter al Oviedo en playoff. La gente se est¨¢ enterando. Confirmamos el gol del Burgos¡±, narr¨® literalmente Luis Eduardo Garc¨ªa, un locutor de radio que estaba en El Molin¨®n, no en Oviedo ni en El Plant¨ªo, donde no es que todo hubiese acabado, sino que adem¨¢s en los ¨²ltimos minutos de partido nadie se hab¨ªa acercado a porter¨ªa.

No est¨¢ confirmado que el tsunami empezase con esa fabulaci¨®n, pero en todo caso Ziganda no atendi¨® a rumores. ¡°No celebr¨¦ nada porque no las ten¨ªa todas conmigo¡±, revel¨®. En una de las cabinas radiof¨®nicas del Tartiere, la de Onda Cero, Chisco Garc¨ªa explica lo que ocurri¨® en aquel momento que transit¨® entre la perplejidad y el entusiasmo. ¡°La gente se gir¨® para preguntarnos y les dijimos que no hab¨ªa nada, pero la verdad es que la explosi¨®n de j¨²bilo me hizo hasta dudar y nos acababan de narrar desde Burgos que el partido hab¨ªa acabado sin goles¡±.

Para entonces, una decena de jugadores del Oviedo ya se abrazaban alborozados ante uno de los fondos del estadio. Matheus Ai¨¢s, uno de los que hab¨ªa salido a la carrera con los brazos al cielo, recobr¨® el resuello y tom¨® un smartphone para confirmar el gol que nunca existi¨®. La alegr¨ªa colectiva ya se hab¨ªa congelado. En la ¨¦poca de la sobreinformaci¨®n resulta m¨¢s sencillo que nunca esparcir un bulo. El Oviedo jugar¨¢ un a?o m¨¢s en Segunda Divisi¨®n y Ziganda quiso encontrar algo positivo en el chasco: ¡°Que nos acordemos de ese momento para ser capaces de pelearlo con m¨¢s fuerza la pr¨®xima temporada¡±.

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