Nos van a ver volver, aunque el Depor nunca se fue
El equipo penar¨¢ otra vez por Primera RFEF, una ca¨®tica competici¨®n que apesta a corrupci¨®n. Y, pese a eso, parece haber tomado el camino de ser un club con alma

Se repite con orgullo y esperanza una frase en A Coru?a desde que el Depor cay¨® a Segunda B (ahora Primera RFEF) hace dos temporadas: ¡®Nos van a ver volver¡¯. Estoy convencido de que as¨ª va a ser, de que el Depor volver¨¢ a los cielos, pero que lo ver¨¢ quien se haya dejado de fijar, porque el Depor, ir, nunca se fue.
Nunca se fue si atendemos a lo que es estar en el f¨²tbol. Esto es: que le importes a alguien. En A Coru?a, en concreto y como m¨ªnimo, el Depor le importa a 20.000 personas, que son los socios que esta temporada (recordemos, en la tercera categor¨ªa del f¨²tbol) ha tenido el club. Esos que dejaron de fijarse tampoco habr¨¢n visto el ranking de asistencia a los estadios que cada semana se pod¨ªa consultar: Riazor, siendo estadio de Primera RFEF, sol¨ªa figurar en este listado en s¨¦ptima, sexta o incluso quinta posici¨®n, solo por detr¨¢s de los colosos. Hubo partidos que dobl¨® en asistencia a su vecino del sur, el Celta de Primera.
El s¨¢bado Riazor se llen¨® (35.000 espectadores) y la hinchada blanca y azul demostr¨® (otra vez) que no tiene que volver de ninguna parte. El Depor est¨¢ vivo y A Coru?a se forja en un cada vez m¨¢s reducido grupo de ciudades a las que les importa su equipo y no los gigantes desbocados. Y eso que el asunto se complica cada vez m¨¢s: si antes hab¨ªa que competir con que los chavales de una ciudad no se hicieran del Madrid o del Bar?a, los ni?os y ni?as de la nueva hornada son ahora del Madrid, del Bar?a, del City o del PSG con la misma intensidad, ya que tienen id¨¦ntico acceso a la informaci¨®n, partidos y camisetas de cualquier de estos equipos. Perd¨®n, id¨¦ntica no: mucho m¨¢s sencilla que de cualquier otro equipo de La Liga. En el caso del Depor el asunto tiene m¨¢s m¨¦rito si cabe: llevamos zampando disgustos m¨¢s de una d¨¦cada. Hay aficionados j¨®venes del Depor que solo han recibido palos durante toda su vida.
?C¨®mo es posible entonces esta lealtad? ?Tanta pasi¨®n por un equipo que lleva diez a?os sin dar nada a cambio? La penitencia del Depor est¨¢ siendo un calvario directamente proporcional a la desmedida alegr¨ªa que la anterior generaci¨®n pudo vivir: t¨ªtulos, remontadas de Champions y estrellas mundiales han mutado en descensos, deudas, maltrato institucional y hundimiento a Segunda B. ?C¨®mo 20.000 socios entonces?
Me da la sensaci¨®n de que el tema de la pertenencia, de la identidad y del orgullo de lo propio (esos t¨¦rminos tan grimosos si los sacamos del contexto del f¨²tbol, que al fin y al cabo es un juego) tiene mucho de relevante. En A Coru?a lo que genera orgullo, o que enche o peito, es ser del Depor. Incluso ni?os de 6 a?os que viven fascinados con el Liverpool o el Bayern saben que la camiseta que deben llevar por la calle es la blanca y azul. Hay toda una generaci¨®n de padres velando por perpetuar el sinsentido. Y m¨¢s les vale responder a los herederos. Los ni?os en A Coru?a veneran a Haaland o a Mbapp¨¦ en la intimidad. Pero gritar, llorar y animar lo hacen con Berganti?os o Mackay. Por la cuenta que les trae.
A Coru?a, sin embargo, no est¨¢ a salvo. Es muy complicado competir contra la maquinaria del f¨²tbol-show si tu equipo local no te da algo, aunque sea un poquito, a cambio. El Depor lo sabe y desde hace un par de a?os trabaja en una direcci¨®n clara, apostando por la cantera, con una filosof¨ªa de club clara, con discurso pausado y mirada a largo plazo. Los aficionados lo han entendido y saben que en el camino est¨¢ la felicidad, no en metas ya inalcanzables. El orgullo, la fiesta, la alegr¨ªa est¨¢ en ser del Depor. En Riazor se canta ¡®ser de los que ganan es muy f¨¢cil, ser del Deportivo nos parece mejor¡¯. Puede que ah¨ª est¨¦ la clave.
El s¨¢bado fue otro ejemplo. A Coru?a fue una vez m¨¢s una fiesta. Y, una vez m¨¢s, un disgusto lleg¨® de vuelta. Este directo al top 3 de mazazos. Tremendo. El Depor penar¨¢ otra vez m¨¢s por Primera RFEF, una ca¨®tica competici¨®n que apesta a corrupci¨®n e intereses. Y pese a eso, el Depor parece haber comprendido y tomado el camino de ser un club con alma e identidad. Tal vez sea esta la f¨®rmula para que esa generaci¨®n a la que le tiran camisetas de Lewandowski a la cabeza siga pidiendo a los Reyes Magos la blanquiazul. Nunca nos fuimos ni nunca nos iremos. Pero, los que no han estado atentos, esos s¨ª, nos van a ver volver.
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