Anita ?lvarez, la nadadora que se desmay¨® en el agua: ¡°Sent¨ª que todo se volvi¨® negro. No recuerdo nada m¨¢s¡±

¡°Ha sido un a?o largo¡±, dice Anita ?lvarez (Nueva York, 1996), sentada en un sill¨®n en su hotel de Budapest, en la margen derecha del Danubio, a unos cientos de metros de la piscina donde el mi¨¦rcoles se hundi¨® desmayada tras concluir su rutina en la final del solo libre, en un incidente que la convirti¨® en personaje de reclamo de Good Morning America, y dem¨¢s programas de la televisi¨®n de Estados Unidos. ¡°Me fractur¨¦ el pie en febrero, me oper¨¦ en marzo, y volv¨ª a competir en mayo porque estaba resuelta a participar en estos Mundiales...¡±, dice. En sus ojos negros brilla una tormenta de ingenuidad, miedo, coraje y orgullo.

Pregunta. ?C¨®mo empez¨®?

Respuesta. Mi madre fue nadadora de sincronizada universitaria y fue mi primera entrenadora. Crec¨ª vi¨¦ndola entrenar y me pas¨¦ los primeros a?os de mi vida imitando todo lo que hac¨ªan los mayores en la piscina. Con el tiempo comenc¨¦ a nadar en el programa de mi club, en Buffalo, un pueblo del Estado de Nueva York donde todo est¨¢ muy a mano. En mi familia hay una gran cultura ol¨ªmpica. Mi abuelo materno fue ¨¢rbitro de hockey hielo en unos Juegos de Invierno.

P. ?Cree que la gente es consciente del esfuerzo que hacen las nadadoras de sincronizada?

R. Como en cualquier deporte, forzamos nuestro cuerpo hacia el l¨ªmite y a veces lo traspasamos un poquito. La gente no se da cuenta porque se punt¨²a una imagen de armon¨ªa y felicidad. Sonre¨ªmos con maquillaje. Esas peque?as cosas esconden lo tremendamente exigente que es esto. Cuando acaban los entrenamientos sentimos que nos morimos. No nos podemos ni mover. La gente no imagina lo frecuentes que son estos desfallecimientos. Yo he atra¨ªdo mucho la atenci¨®n porque me ha ocurrido en unos Mundiales. Pero en este deporte todos los d¨ªas se desvanecen nadadoras. Esto no me ocurre solo a m¨ª.

P. ?Se dio cuenta de que estaba llegando a su l¨ªmite?

R. No. Solo sent¨ª que estaba dejando todo en la piscina. En la ¨²ltima figura, donde tengo que despedirme levantando un brazo, me recuerdo pensando: ¡°?Empuja ese brazo! ?No abandones ahora! ?Dalo todo hasta el ¨²ltimo segundo!¡±. En el pasado he sentido que me desvanec¨ªa. Esta vez creo que estaba muy conectada mentalmente, tan metida en mi papel, viviendo el momento tan intensamente, que estaba realmente disfrutando de mi actuaci¨®n. Segu¨ª, segu¨ª, segu¨ª¡­ A veces no sientes dolor hasta que paras. Es como el atletismo. Me gusta correr. A veces est¨¢s corriendo y en el instante que paras es cuando sientes el golpe. En esta rutina me encontraba genial, tan cansada como siempre pero disfrutando. Y cuando sent¨ª que por fin pod¨ªa permitirme relajarme fue cuando todo se volvi¨® negro. No recuerdo nada m¨¢s.

P. ?Qu¨¦ pens¨® cuando vio las fotos del rescate de Andrea Fuentes?

R. Al principio me chocaron. No esperaba que se publicara algo as¨ª. Pero despu¨¦s me lo tom¨¦ con calma. No quise verlo con pesimismo. Ahora pienso que las fotos son hermosas de alguna manera. Verme ah¨ª abajo en el agua, tan en paz, tan en silencio, y ver a Andrea bajando con su brazo extendido intentando alcanzarme, como una superhero¨ªna¡­ A veces el lugar m¨¢s pac¨ªfico de la Tierra est¨¢ bajo el agua: cuando te sientas en el fondo de la piscina en silencio. Sientes que no pesas, est¨¢s contigo misma. Me encanta. A veces necesito ese momento. Y en las fotos parece todo muy natural, aunque coger a una persona del fondo de una piscina y levantarla hacia la superficie es muy dif¨ªcil. Sobre todo cuando te sumerges a tres metros de profundidad con tus ropas de calle para levantar un peso muerto. ?Esta ma?ana Andrea dijo que ten¨ªa lumbago!

P. ?Quiere nadar otra vez?

R. Descans¨¦ mucho, toda la noche y todo el d¨ªa. Siento mi cuerpo totalmente normal. Es algo que ya me ha ocurrido. Descansas y al d¨ªa siguiente vuelves al agua. Tienes que hacerlo as¨ª para no cargar tu cabeza de miedo. Los m¨¦dicos me han revisado. Siento que mi cuerpo puede gestionarlo y est¨¢ todo en mi mente. Quiero terminar esta competici¨®n, que ha sido la mejor de Estados Unidos en mucho tiempo. Estoy muy contenta con mi solo, y ahora no quiero faltar al compromiso con mi equipo en la final del libre. Quiero acabar con la cabeza alta. Quiero que mis compa?eras sientan que pueden confiar en m¨ª y esto nos haga m¨¢s fuertes.

P. ?Qu¨¦ aprende de Andrea?

R. De ni?a la segu¨ªamos cuando ella nadaba, y cuando supimos que nos entrenar¨ªa nos flip¨®. No nos ha decepcionado ni como entrenadora ni como persona. Ella no solo quiere que tengamos ¨¦xito como deportistas. Quiere que seamos mejores seres humanos.

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