Wimbledon, el aroma brit¨¢nico de la tradici¨®n

Wimbledon es una parada diferente en el calendario. Esa m¨ªstica que lo envuelve nos atrae desde que empezamos en este deporte. El aroma brit¨¢nico, el respeto a la tradici¨®n, el mimo por el detalle son aspectos que lo convierten en algo ¨²nico para todos. Llegar a competir en sus pistas supone haber consolidado una carrera en el circuito, haberte ganado un privilegio como hay pocos en la competici¨®n profesional.

La temporada de hierba es muy corta en nuestro deporte. Apenas unas semanas en un calendario de once meses la convierten en un elemento dif¨ªcil de controlar. Nuestro calendario obliga a preparar este tramo del a?o a contrarreloj, sin el margen de adaptaci¨®n del resto de superficies. Si a eso le sumamos que es el suelo con m¨¢s desaf¨ªos para el jugador, solamente los m¨¢s h¨¢biles son capaces de triunfar en sus manos.

La hierba dificulta algo m¨¢s la movilidad, la pelota va m¨¢s r¨¢pido y a menor altura de lo habitual. Con el paso de los d¨ªas, adem¨¢s, las pistas se van desgastando, la superficie es irregular y los botes inesperados son frecuentes en los partidos. Nunca te encuentras una pista igual que la dejaste, y eso no sucede en ninguna otra superficie. Hay que tener un extra de concentraci¨®n. A veces, ni siquiera eso es suficiente.

Adem¨¢s, Wimbledon mantiene un c¨®digo de vestimenta estricto. Los tenistas debemos competir con prendas blancas, sin admisi¨®n de colores de ning¨²n tipo en la indumentaria. M¨¢s all¨¢ de peque?os logotipos de la propia prenda, pues quedan prohibidos los patrocinadores, debemos regirnos por esta norma. Esta es tan firme que, hace apenas unos a?os, hubo jugadores que tuvieron que cambiar sus zapatillas por tener color en las suelas del calzado. Ni siquiera ese detalle es admitido.

Este a?o han cambiado algunas cosas. Una de las principales tradiciones consist¨ªa en mantener intacta la Centre Court hasta el inicio del torneo. Un a?o de mimo para tener la pista como una alfombra. En 2022, por primera vez han permitido sesiones de pr¨¢cticas sobre el c¨¦sped m¨¢s venerado: el de la pista central del All England Club. En a?os previos han ocurrido resbalones en los primeros partidos y no ten¨ªa demasiado sentido. Las condiciones eran diferentes a las de las canchas exteriores, m¨¢s desgastadas al inicio de la competici¨®n al permitirse los entrenamientos en los d¨ªas previos al torneo. Es un cambio correcto.

Otra de las grandes banderas del torneo es reservar la inauguraci¨®n de la pista central para el vigente campe¨®n masculino. El defensor del t¨ªtulo sabe que, independientemente de su rival, ser¨¢ el primer tenista que juegue el primer lunes en la Centre Court. Es una tradici¨®n con un peso enorme, pero creo que tambi¨¦n deber¨ªan permitir a la vigente campeona gozar de ese honor en alguna edici¨®n. Es algo simb¨®lico, pero con un mensaje subyacente importante en estos tiempos.

La tecnolog¨ªa ha permitido un cambio destacado. Algo que diferenciaba a Wimbledon del resto de Grand Slam era la jornada de descanso en el domingo de la primera semana. Conocido como Middle Sunday, era un d¨ªa que permit¨ªa respirar al c¨¦sped, recuperar en cierto modo las pistas y clausurar el club. No se permit¨ªa la entrada de p¨²blico, ni siquiera los entrenamientos en sus instalaciones. Es algo que solo ha cancelado el torneo en casos extremos de lluvia e ingente retraso de partidos.

Un torneo que cuida cada detalle, haciendo sentir a cada jugador tan importante como a cualquier otro, donde el campe¨®n individual comparte gala con el j¨²nior, es la cima del tenis profesional.

Wimbledon siempre ser¨¢ un evento tradicional con peque?os ajustes adaptados a los tiempos. Por encima de todo, uno de los grandes eventos deportivos mundiales. Elegante, distinguido, sin perder nunca un aroma popular. Si tienen la oportunidad, vayan a conocerlo.

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