La ¡®banana mec¨¢nica¡¯ 3.0 al asalto del Tour de Francia: El Jumbo de Roglic, Van Aert y Vingegaard
El conjunto neerland¨¦s se inspira en t¨¦cnicas empresariales de creaci¨®n de liderazgo y cultura de equipo para combinar los egos y aspiraciones de sus tres estrellas y derrotar a Pogacar
Wout van Aert y todos los jumbos duermen el lunes arrullados por su mar, el mar del Norte, junto a los acantilados blancos de Calais, rozando B¨¦lgica, sus vientos, sus olores, moules et frites y dunas. Anticipa goloso la etapa del mi¨¦rcoles, el d¨ªa D de su Tour, el pav¨¦s de la Roubaix. Y cuando le preguntan que si sus ansias privadas, sus ganas de pelearse hasta el agotamiento, con Mathieu van der Poel, su Rival, reventando al pelot¨®n, no pondr¨¢n en peligro el gran deseo de su equipo, del colectivo, la victoria final en el Tour con Primoz Roglic o Jonas Vingegaard, el belga responde seguro: ¡°No hay peligro. Hemos trabajado para combinar las ambiciones de todos¡±.
El l¨ªder del Tour no habla por hablar, por salir del paso, sino que repite, buen alumno, el credo de su equipo, que busca la cuadratura del c¨ªrculo.
Y remacha su director, Merijn Zeeman, que vivi¨® la frustraci¨®n de 2020, cuando toda la estrategia colectiva en torno a Roglic se vino abajo en la ¨²ltima contrarreloj individual, y el optimismo de 2021, cuando la desolaci¨®n por la ca¨ªda de Roglic se super¨® con la revelaci¨®n de Vingegaard: ¡°Jonas y Primoz pueden derrotar a cualquiera, pero haci¨¦ndolo con un equipo fuerte, la posibilidad es mayor¡±.
As¨ª crece el tercer intento de la banana mec¨¢nica para asaltar el Tour: Jumbo 3.0.
La llamada cultura de equipo es un concepto de geometr¨ªa variable que siempre parte de un deseo individual. Hab¨ªa dictaduras ¡ªel Bianchi de Coppi, el Saint Rapha?l de Anquetil, el Faema de Van Looy y luego de Merckx, el Renault de Hinault antes de Fignon, el Banesto de Indurain, el US Postal de Armstrong...¡ª que se consideraban el mayor ejemplo posible de esp¨ªritu colectivo, de sacrificio com¨²n por una sola causa: ocho o nueve corredores que se olvidaban de s¨ª mismos, que no daban ni una pedalada en provecho propio, y ay si lo hac¨ªan, para dedicarle todo su sudor a las aspiraciones de su l¨ªder. Otras ¡ªel Kas de Langarica, el Ti-Raleigh de Peter Post, el Ariostea de Ferretti, el Quick Step de Lef¨¦v¨¨re¡ª, en los que el dictador no era el mejor de sus corredores, sino el propio director, que lograba convencer a un pu?ado de figuras de que la fuerza del colectivo es mayor que la de la suma de las individualidades. Y algunas, como el Sky-Ineos de Wiggins-Froome-Thomas-Bernal, o el Movistar de la tricefalia Valverde-Nairo-Landa, que generan la que creen tormenta perfecta, rivalidad interna, y cruzan los dedos esperando que la carretera todo arregle con su famosa frase: la carrera pone a cada uno en su sitio.
El UAE de Tadej Pogacar bebe de la primera l¨ªnea, la de los grandes campeones; el Jumbo de las tres estrellas, Roglic, Van Aert, Vingegaard, no se reclama heredero de ninguna de las tres, sino creador de su propia filosof¨ªa.
No hay departamento de marketing de gran empresa que para justificar su patrocinio de un equipo ciclista no insista ante su junta en los valores del ciclismo, el trabajo en equipo, el esp¨ªritu de sacrificio, el esfuerzo com¨²n, y sus ejecutivos reciben cursos en los que los directores de los equipos deportivos ense?an sus estrategias.
Como equipo neerland¨¦s que es, el Jumbo quiz¨¢ busque recrear la perfecci¨®n del juego colectivo, es decir, la naranja mec¨¢nica de Cruyff, Kovacs, Michels, el Ajax, el f¨²tbol total, la fantas¨ªa como elemento clave del equipo en el que todos val¨ªan para todo. Para ello, para construir su banana mec¨¢nica con los ocho ciclistas del Tour, Zeeman, el ide¨®logo del equipo da la vuelta a la rutina: no ser¨¢ su equipo quien inspire a las empresas, sino la viceversa, ser¨¢ en las compa?¨ªas, en los m¨¦todos de combinaci¨®n de liderazgo y trabajo en equipo de las empresas, donde encuentre la f¨®rmula para que no amargue la mezcla de egos y objetivos de tres personas tan diferentes como Roglic, Vingegaard y Van Aert.
¡°Uso mucho el m¨¦todo Agile, muchas reuniones, mucho di¨¢logo entre todos, mucho orden y asunci¨®n de responsabilidades, especialmente para crear ownership [en Agile: que todos asuman la completa responsabilidad del objetivo, que el equipo sea el due?o de la soluci¨®n. El owner perfecto es el equipo] dentro del equipo¡±, dice Zeeman, que dirige una organizaci¨®n de unas 200 personas. ¡°Creamos objetivos comunes con todos los corredores. No hay objetivos individuales, solo objetivos de equipo: el maillot amarillo y el maillot verde. Intentamos motivar a todos para alcanzar los objetivos del equipo. Creo en el trabajo en equipo, en el que todos asuman la responsabilidad de nuestras acciones¡±.
Los campeones de ahora, y no solo los del Jumbo, compiten poco y se entrenan mucho. Pero no lo hacen como los de antes, cada uno en su casa con sus amigos o con sus vecinos, sino sobre todo en largas concentraciones colectivas en altura, en Sierra Nevada, en Tignes, donde entrenan el f¨ªsico y las relaciones. Fisi¨®logos y charlas, construcci¨®n del esp¨ªritu. ¡°Creemos en la preparaci¨®n perfecta, que consiste en una combinaci¨®n de carreras y, mayoritariamente, mucho entrenamiento espec¨ªfico combinado con nutrici¨®n, y prepararnos como un equipo¡±, explica Zeeman, de 43 a?os, en la ra¨ªz del Jumbo desde 2013. ¡°Cada corredor tiene un plan individual que cubre todos los aspectos, ajustado a su personalidad y a su fisiolog¨ªa¡±.
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