Y una florentina para ordenar a tantos hombres en el Tour

Por encima de Gouvenou, Thierry, por encima de Prudhomme, Christian, en el Tour de Francia manda Mannori, Francesca, de Florencia. Es comisaria internacional de ciclismo, es la primera mujer que preside el jurado del Tour, el colegio encargado de hacer cumplir los reglamentos, capaz de detener la carrera si lo considera necesario, de expulsar, de sancionar. de castigar a quien no cumpla, sea este Gouvenou, el director de la carrera, sea Prudhomme, el organizador, sea el suizo Stefan K¨¹ng, que le suelta un manotazo al portugu¨¦s Ruben Guerreiro en mitad del puente. A sus ¨®rdenes, impartidas por radio desde el coche rojo que abre la caravana a cola del pelot¨®n, 16 comisarios m¨¢s, nacionales e internacionales, a moto o en coche o esperando en la meta, todos hombres. Y ella decide el s¨¢bado, con criterio propio y reglamentos, si montarle un barrage [detener los coches de los equipos para que el corredor que se ha descolgado no aproveche su rebufo para volver al pelot¨®n] a Rigo Ur¨¢n, que se ha ca¨ªdo y no hacerle la misma faena al l¨ªder Lampaert, ca¨ªdo en el puente, y regresa r¨¢pido entre coches.

¡°Es una cosa muy importante, ser la primera mujer en un territorio muy masculino, pero yo prefiero alegrarme m¨¢s porque es un logro personal, porque he llegado a donde quer¨ªa profesionalmente¡±, dice Mannori, de 49 a?os, quien, reconociendo lo obvio, que el mundillo del ciclismo no solo es casi exclusivamente masculino sino tambi¨¦n excesivamente machista, no lleg¨® a conocer los tiempos en los que una de las misiones de los comisarios en las carreras era la de vigilar que no hubiera ninguna mujer, la tentaci¨®n, el diablo, ni en los coches de los directores ni acreditadas en cualquier puesto de la carrera que no fuera el de guapas oficiales del podio o de animadoras. Tiempos en los que las mujeres de los ciclistas, sus novias tambi¨¦n, robaban acreditaciones, se colaban en los hoteles a escondidas¡­ ¡°No, no, dice Mannori¡±, que trabaja en Florencia en unas oficinas legales. ¡°Cuando yo empec¨¦, en 1993, ese tiempo hab¨ªa pasado. Yo iba a las carreras con mi abuelo, que era periodista de ciclismo, y un d¨ªa, a los 20 a?os, alguien me dijo que por qu¨¦ no hac¨ªa el curso. Empec¨¦ con el regional, luego el nacional y ya en 2010 logr¨¦ el internacional¡±.

Si el Tour es la primera carrera de tres semanas que preside, y ninguna mujer ha presidido a¨²n la Vuelta y el Giro, Mannori llega al top con la experiencia de ser comisaria jefe ya en el Tour de Suiza y en el de los Emiratos, carreras en las que ha comprobado que nadie la miraba como un elemento ex¨®tico. ¡°No me gusta que me vean como una curiosidad, como una an¨¦cdota. Si la UCI me ha designado s¨¦ que es porque es importante para el desarrollo del ciclismo femenino imponer pol¨ªticas igualitarias en el ciclismo masculino, aunque, curiosamente, en las carreras¡±, dice Mannori, que prefiere que le digan comisario, y no comisaria. ¡°Nunca me he sentido discriminada. Todos los colegas me han tratado siempre con respeto, y los ciclistas. De hecho, todos me han felicitado y se han alegrado cuando la UCI anunci¨® que yo ser¨ªa la presidente del Tour¡±.

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