Espa?a muere de pie en la Eurocopa
La Roja cae en la pr¨®rroga frente a la anfitriona Inglaterra despu¨¦s de firmar su mejor partido en el torneo, neutralizada por un gol muy protestado en el que reclam¨® una falta a Paredes
A Espa?a la ilusi¨®n le lleg¨® con pupas a la Euro. Primero, en la previa, se le cayeron sus dos referentes, Jenni Hermoso y Alexia Putellas. Y despu¨¦s Alemania le dio un ba?o de pragmatismo. Hasta que se top¨® con Inglaterra en Brighton. No hubo ni rastro de ese equipo irregular del debut frente Finlandia, ni el de la fragilidad en las ¨¢reas ante Alemania, mucho menos del que sorte¨® con m¨¢s dudas que certezas a Dinamarca. Ante la anfitriona, Espa?a se mir¨® en el espejo de Espa?a. Un espejo, en cualquier caso, que se rompi¨® cuando el reloj ya le comenzaba a sonre¨ªr a la Roja. Los planes de partido le funcionaban a la perfecci¨®n a Jorge Vilda hasta que el orgullo de Inglaterra neutraliz¨® el gol de Esther. En la pr¨®rroga, ya cuando las emociones se burlaban del juego, The Three Lions sellaron su pase a semifinales ante una Espa?a que muri¨® de pie.
En la fase de tanteo, cuando todav¨ªa nadie se animaba a arriesgar, Espa?a no escondi¨® su guion: la pelota era para ellas. No hubiese sido ninguna sorpresa si enfrente no hubiera estado la Inglaterra de la neerlandesa Sarina Wiegman ¡ªayer en el banquillo tras recuperarse de la covid¡ª, la tercera selecci¨®n que m¨¢s atesoraba el cuero en la Euro, despu¨¦s de la propia Espa?a y Francia.
El plan de Jorge Vilda, de entrada, funcionaba. No falt¨®, en cualquier caso, como en todo el campeonato, el baile de nombres del t¨¦cnico espa?ol para acompa?ar a Guijarro y a Bonmat¨ª en la medular. El nuevo episodio tuvo a una protagonista in¨¦dita en la Eurocopa, Teresa Abelleira, m¨¢s tiza que m¨²sculo para la Roja.
Con el bal¨®n en sus botas, lejos de Sandra Pa?os, la Roja poco a poco minaba la confianza de las inglesas. Ni el aliento de la ruidosa hinchada levantaba el f¨²tbol de The Three Lions, silenciadas en el centro del campo por el tr¨ªo formado por Guijarro, Bonmat¨ª y Abelleira, taponadas en las bandas, sobre todo en la derecha. Lucy Bronze y Hemp no dec¨ªan ni p¨ªo frente a Cardona y Mariona. Entonces, la Roja no se conform¨® con adormecer a Inglaterra y fue un paso m¨¢s all¨¢. A falta de agresividad en ataque, estrategia. A falta de potencia en las alas, un disparo de Mariona desde la medialuna. Todas, en cualquier caso, sin riesgo para la portera Earps. De Sandra Pa?os, en cambio, no hab¨ªa ni noticias.
El aura de superioridad con el que se present¨® Inglaterra se desvanec¨ªa frente a Espa?a. Pero Jorge Vilda quer¨ªa m¨¢s. La Roja necesitaba m¨¢s v¨¦rtigo en los costados y el t¨¦cnico no estaba dispuesto a esperar. Tras el paso por los vestuarios, el preparador madrile?o mand¨® al campo a Athenea. De nuevo, la pizarra le funcionaba. La extremo del Madrid no tard¨® en mostrar los dientes. Primero amenaz¨® con un centro que no encontr¨® a nadie en el ¨¢rea. Misma f¨®rmula para romper a la defensa inglesa que hab¨ªa llegado a Brighton con la porter¨ªa invicta. Esther apareci¨® en el coraz¨®n del ¨¢rea para rematar cruzado y silenciar a la afici¨®n inglesa.
Reaccion¨® Sarina Wiegman, sin m¨¢s ideas que acumular muchachas en ataque. M¨¢s v¨¦rtigo que control, mientras Athenea segu¨ªa rompiendo a Daly en la banda izquierda.
Inglaterra, por entonces, ya era un manojo de nervios. Y Espa?a tambi¨¦n parec¨ªa saber jugar con la ansiedad de las locales, sobre todo con la templanza de Aitana para esconder la pelota. Era el tercer plan de partido de Vilda. Y, como los dos anteriores, funcionaba. Hasta que apareci¨® Toone para pescar un bal¨®n perdido tras el choque entre Paredes y Russo. Un gol ¡ªmuy discutido por las espa?olas, que reclamaron con vehemencia una falta a la zaguera¡ª de la vieja Inglaterra; tambi¨¦n de la nueva, sin m¨¢s argumento que el amor propio para rebelarse frente a un Espa?a que se hab¨ªa mostrado tan dura para morder como fina para jugar.
En la pr¨®rroga apareci¨® el duelo que nunca quiso Espa?a, el del golpe por golpe. La velocidad de Stanway para colarse por el callej¨®n del 10 y dibujar un disparo preciso y potente que dej¨® en nada la estirada de Pa?os. Entonces, la hinchada s¨ª se liber¨®. El himno de It¡¯s coming home! se enton¨® por primera vez en el duelo. Espa?a no se dej¨® intimidar en Brighton. Pero la gasolina ya era la que era. Se despidi¨® la Roja de la Euro, pero pareci¨® solo un hasta luego para volver a poner contra las cuerdas a las mejores del continente.
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