Alpinismo por ego o por disfrute: dos modelos antag¨®nicos cada vez m¨¢s peleados
Monta?eros, gu¨ªas y marcas coinciden en instaurar una aproximaci¨®n m¨¢s local y responsable de los escenarios naturales
En la base de una pared de 200 metros de altura, en las Agujas Rojas de Chamonix (Alpes franceses), un padre y su hijo de 16 a?os se preparan para su escalada. Ambos parecen nerviosos y debaten acerca de cu¨¢l ser¨¢ el que lidere la cordada. ¡°Es que solo llevamos ocho meses en esto de la escalada¡. Bueno, yo escal¨¦ hace 25 a?os pero una mala ca¨ªda me oblig¨® a dejarlo y ahora he vuelto por ¨¦l¡±, dice el padre se?alando a su hijo con el pulgar. ¡°Desde que vio el documental The Alpinist, enloqueci¨® y decidi¨® que quer¨ªa ser escalador¡±, apunta con cara de circunstancias. Dicho documental refleja la breve vida del canadiense Marc Andr¨¦ Leclerc, un desconocido para el gran p¨²blico considerado como uno de los alpinistas m¨¢s brillantes e inclasificables del presente siglo.
Cien metros m¨¢s arriba, coincidimos de nuevo en una reuni¨®n. Ahora es el padre quien escala en cabeza. Le pregunto al chaval por su libro favorito de monta?a, pero reconoce que no ha le¨ªdo ninguno. ¡°Recomi¨¦ndame uno, por favor: ya no encuentro documentales. Creo que los he visto todos y el que menos me ha gustado es uno de Netflix sobre Nirmal Purja¡±, explica. En esto ¨²ltimo coincidimos: la necesidad de satisfacer el ego y de demostrar al resto sus capacidades no parecen ser la motivaci¨®n m¨¢s acertada para acudir a las monta?as. El gozo interior, como afirmaba Edward Whymper, deber¨ªa ser un impulso suficiente. Durante d¨¦cadas, sin Internet ni medios audiovisuales accesibles, la literatura fue la palanca que puso en marcha generaciones brillantes de alpinistas. Los libros eran una f¨¢brica de sue?os donde la imaginaci¨®n contaba enormemente a la hora de interpretar el significado del texto. Hoy en d¨ªa, la inmediatez que todo lo preside favorece los contenidos audiovisuales, para muchos el atajo perfecto entre la lectura y la nada.
Nacido en los Pa¨ªses Bajos, Remco Graas pas¨® los veranos de su infancia en los Alpes, con sus padres y hermanos. No le gustaban las monta?as, le aburr¨ªan, le cansaban: ¨¦l quer¨ªa jugar con la PlayStation. Sus vacaciones eran una tortura siguiendo el rastro familiar de collado en monta?a. ¡°Pero un d¨ªa, algo hizo click en mi cabeza. Acompa?¨¦ a mi madre en una salida y perd¨ª la noci¨®n del tiempo: estaba entusiasmado, sorprendido de disfrutar del paisaje, de mis sensaciones¡±, explica por correo electr¨®nico. El d¨ªa que encontr¨® en la red los v¨ªdeos del alpinista suizo Ueli Steck escalando a la carrera las caras norte del Eiger y de las Grandes Jorasses se dijo que ten¨ªa que ir al encuentro de las monta?as. Se mud¨® a Innsbruck (Austria) y acab¨® trabajando para Black Diamond, uno de los fabricantes de material de monta?a m¨¢s relevantes. No es ninguna estrella a imagen de Adam Ondra, Alex Honnold o Babsi Zangerl, patrocinados por la marca, reconocida por v¨ªdeos e im¨¢genes de alpinismo, escalada o esqu¨ª extremos. Ahora acaba de publicar un v¨ªdeo en el que recorre la cordillera de Nordkette, el paisaje que divisa desde su balc¨®n, y que est¨¢ en las ant¨ªpodas de los clips de acci¨®n y adrenalina que sol¨ªa ofrecer la firma para la que trabaja. Tambi¨¦n revela sin aspavientos los cambios que est¨¢ conociendo el mundo de la monta?a, desde sus adeptos hasta la industria que los equipa.
La inmensa mayor¨ªa de los documentales con tem¨¢tica de monta?a que triunfan, que se han llevado un Oscar o que se ofrecen en Netflix enfocan su objetivo en figuras de renombre del mundo de la escalada o del alpinismo. Muchas veces son trabajos de enorme calidad, otras apenas rascan m¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota. La mayor¨ªa de estos trabajos aclamados por el p¨²blico manejan presupuestos importantes. El documental de apenas ocho minutos que acaba de presentar Remco Graas resulta tan sencillo como honesto, y recuerda las reglas b¨¢sicas del monta?ismo: la necesidad de salir al encuentro de la naturaleza no para ser Ueli Steck, ni Alex Honnold sino uno mismo. Pero hay m¨¢s. Desde la pandemia de la covid el mundo de la monta?a conoce una frecuentaci¨®n inusitada. De pronto, parece que casi todos desean alejarse del hormig¨®n para abrazar horizontes diferentes. Los gu¨ªas de monta?a no dan abasto, se pasan los trabajos como si fuesen cromos y los destinos de monta?a se saturan de un p¨²blico ¨¢vido de frotarse con paisajes de relieves afilados. Curiosamente, muchos que no han sabido apreciar nunca las monta?as vecinas, salen en cambio al encuentro de los grandes escenarios de renombre.
Mientras los glaciares mueren gangrenados por el calor, los desprendimientos de roca y hielo alteran para siempre la est¨¦tica habitual de las monta?as y muchas v¨ªas de alpinismo desaparecen para siempre, ciertas voces se elevan para que el monta?ismo no sea una forma m¨¢s de consumo, una moda. Los fabricantes de material de monta?a juran su respeto medioambiental y defienden ahora un consumo responsable que evite grandes viajes, aviones, largos trayectos en coche y una actitud que privilegie el disfrute de los escenarios cercanos. ¡°La necesidad de explorar m¨¢s y m¨¢s las monta?as que tengo cerca de casa creci¨® al mudarme a Innsbruck. ?Por qu¨¦ viajar por todos los Alpes si tengo al lado escenarios preciosos como los Dolomitas, con paredes de roca excepcional y con senderos maravillosos para perderse a pie o en bici. ?Por qu¨¦ viajar a la Patagonia o a Nepal entonces? Estuve en Nepal en 2015 y la experiencia cultural fue estupenda, pero no siento la necesidad de escalar all¨ª. Claro est¨¢, son apreciaciones personales y es cierto que el tratar de no moverse es demasiado sencillo y da?ar¨ªa las econom¨ªas de muchas zonas de monta?a. Es un debate complejo que ha de ser abordado con cuidado y cuya respuesta definitiva no es sencilla¡±.
La avalancha de p¨²blico en las monta?as tambi¨¦n ha revelado una falta de cultura b¨¢sica: la basura se acumula en escenarios que exigen el mayor de los respetos. ¡°No deber¨ªamos tener miedo de servir de ejemplo. Si encuentro basura en las monta?as me la llevo conmigo, est¨¦ solo o acompa?ado: cigarrillos, envases, latas, papel¡ Si todos nos esforzamos en servir de ejemplo, las cosas deber¨ªan mejorar¡±, considera Remco Graas. Muchos gu¨ªas de diferentes pa¨ªses que trabajan en el Valle de Chamonix, cuna del alpinismo, reflexionan estos d¨ªas acerca del futuro de su trabajo amenazado por la degradaci¨®n de su terreno de juego y fuente de ingresos: ¡°Tenemos que implicarnos m¨¢s en educar a nuestros clientes para que dejen de buscar cimas que colocar en Instagram y se inclinen hacia experiencias tan an¨®nimas como gratificantes¡±, coinciden.
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