Federer, un adi¨®s en plenitud: ¡°No necesito los r¨¦cords para ser feliz¡±
El suizo se despide el viernes del tenis en Londres, de la mano de Nadal, orgulloso de su ¡°longevidad¡± y apartado de debates: ¡°Quiero diversi¨®n, esto no es un funeral¡±
Roger Federer ser¨¢ siempre Roger Federer, haga lo que haga y sea la circunstancia que sea: eternamente mod¨¦lico, magistral, genial. Sin excepci¨®n. Y as¨ª hasta el final. Se roza ya el adi¨®s, que acontece estos d¨ªas en Londres irremediablemente y, dice el suizo, 41 a?os, ¡°no debe ser un funeral¡± sino todo lo contrario. ¡°Fiesta¡± a orillas del T¨¢mesis. Departe el suizo a primera hora de la ma?ana y a su deporte le cuesta contener el llanto mientras el tenista, la leyenda en realidad, desgrana el proceso que le ha conducido a colgar definitivamente el viol¨ªn ¨Cque no raqueta, en su caso¨C y explica que se va a lo Federer; esto es, a su manera. Como ¨¦l quiere. De la misma forma que el juego pas¨® siempre por su saque, su derecha y su delicioso rev¨¦s a una mano, la despedida llega c¨®mo, cu¨¢ndo y d¨®nde ¨¦l lo ha decidido.
¡°Quiero que sea divertido, y no que todo el mundo diga: ¡®oh, lo siento mucho. ?Est¨¢s bien? No, para nada. Estoy bien y voy a ser feliz¡±, introduc¨ªa ayer el deportista, el gigante, el icono cuya trascendencia va mucho m¨¢s all¨¢ de cifras, comparaciones y debates. Porque, se mire por donde se mire, Federer es ¨²nico e irrepetible y su excelencia llega hasta el preciso instante de cerrar la puerta y dar carpetazo a un viaje extraordinario. ¡°Es el momento adecuado, no ten¨ªa sentido continuar¡±, aprueba un periodista suizo. ¡°Lo ha intentado, pero tiene el list¨®n muy alto y si no iba a ser capaz de alcanzar el nivel que ¨¦l considera necesario, prefiere acabar as¨ª¡±, transmite una persona muy pr¨®xima a ¨¦l, que el viernes jugar¨¢ su ¨²ltimo partido profesional.
Si no media contratiempo, ser¨¢ junto a Rafael Nadal, mano a mano y en el contexto de la competici¨®n que el suizo cre¨® hace cinco a?os, la Laver Cup. ¡°Conozco mis limitaciones, as¨ª que habl¨¦ con Bj?rn [Borg, el capit¨¢n del equipo europeo] y le pregunt¨¦ si le parec¨ªa bien. Hacerlo con Rafa ser¨ªa especial. Independientemente de c¨®mo han transcurrido nuestras respectivas carreras hemos sido capaces de tener una buena relaci¨®n, y eso supone un gran mensaje no solo para el tenis, sino para el deporte e incluso m¨¢s all¨¢¡±, valora el suizo, que este verano, viendo que su rodilla derecha no terminaba de reaccionar bien a una triple operaci¨®n en la rodilla derecha ¨Clastimada desde inicios de 2020¨C, tom¨® la decisi¨®n de parar.
Se sent¨® con sus padres, su mujer Mirka ¨Carquitecta del hombre ponderado y elegante que es hoy¨C y con su agente, Tony Godsick, y entre los tres concluyeron que ya no ten¨ªa demasiado sentido pelear contra lo inevitable. ¡°La rehabilitaci¨®n fue f¨¢cil. Claro que hay altibajos y a veces te sientes un poco frustrado, pero en su mayor parte disfrut¨¦ de estar en casa. No hay que compadecerse, debemos afrontarlo de una forma u otra¡±, admit¨ªa en las entra?as del O2, al sureste de la ciudad; ¡°llega un momento en el que te dices: ¡®hemos llegado a un cruce¡¯, a una intersecci¨®n. Y no estaba dispuesto a arriesgarlo todo. Te dices: ¡®bien, esto es todo¡¯. Todo el mundo tiene que dejar el juego en alg¨²n momento y el m¨ªo ha sido un gran viaje¡±.
Cr¨ªticas y bolas de nieve
Incide Federer ¨C103 trofeos, 1.526 partidos, legado incalculable¨C en que al mirar por el retrovisor, lo que m¨¢s le enorgullece es su ¡°longevidad¡±, esa capacidad para haber sido competitivo hasta pr¨¢cticamente la ¨²ltima recta; alcanzar el mismo estatus que otras grandes figuras del deporte ¡°como Michael Schumacher o Tiger Woods¡± que trascendieron, capaces de ¡°mantenerse durante tanto tiempo en la cima¡±.
Despu¨¦s de una primera intervenci¨®n quir¨²rgica, en febrero de 2016, el de Basilea no solo fue capaz de volver, sino m¨¢s bien de resurgir; engarz¨® otros tres grandes (Open de Australia 2017 y 2018, y Wimbledon 2017) y ascendi¨® de nuevo al n¨²mero uno. Interpretado siempre como un estilista sin igual, Federer saca pecho por esa ¡°dureza¡± que le ha permitido gobernar tanto y tan bien, algo inconcebible en sus agitados inicios.
Como adolescente, el suizo no era nada f¨¢cil de manejar y volv¨ªa con frecuencia la cara ante la adversidad. ¡°Se me criticaba mucho¡±, recuerda. ¡°A veces de forma justa o injusta. Pensaban que cuando perd¨ªa no daba todo lo que ten¨ªa, a pesar de que me importaba m¨¢s que a la mayor¨ªa de los jugadores. ?Tengo que gru?ir, tengo que sudar m¨¢s o gritar m¨¢s, ser m¨¢s agresivo? No soy yo. No soy as¨ª. Lo intent¨¦, pero todo era una actuaci¨®n. Y dije: ¡®lo intentar¨¦ de la forma m¨¢s agradable¡±, prosigue; ¡°por supuesto, tuve que sortear todas las bolas de nieve que me lanzaron, pero estoy feliz de haber podido tener una buena relaci¨®n con los jugadores, los directores de los torneos y la prensa, y por eso creo que me divert¨ª tanto en el circuito. Creo que ha sido una buena mentalidad¡±.
Pese a que se tomar¨¢ un tiempo libre y coger¨¢ algo de distancia, Federer seguir¨¢ ligado estrechamente al circuito. Es decir, v¨ªa inversa a la del sueco Borg, al que desde las instancias oficiales se le perdi¨® la pista durante una buena temporada. ¡°Siento que el tenis me ha dado demasiado¡±, antepone, ¡°y solo quiero que los aficionados sepan que no ser¨¦ un fantasma¡±. Echar¨¢ en falta la adrenalina, pero no tanto las tediosas rutinas diarias ni de la competici¨®n, y dice no reprocharse nada: ¡°Definitivamente estoy muy orgulloso de mi lugar. Uno de mis grandes momentos, por supuesto, fue ganar mi 15? grande en Wimbledon, cuando Pete [Sampras, uno de sus referentes] estaba ah¨ª [con 14]. Cualquier cosa despu¨¦s de eso fue un bono. Ese fue el r¨¦cord, y luego, por supuesto, hubo otros en el camino. Pero no necesito todos los r¨¦cords para ser feliz¡±.
Su adi¨®s es el preludio al cierre de una ¨¦poca maravillosa. Ya est¨¢ aqu¨ª una nueva, muy alejada del clasicismo y la pureza de su tenis. ¡°Me encantaba volear, jugar sobre la l¨ªnea y el juego de transici¨®n. Mantener al rival metido atr¨¢s. Crec¨ª viendo a Sampras, a Henman...¡±, afirma ya en pasado; ¡°pero no soy demasiado optimista respecto al saque-volea. Hoy d¨ªa ya no es as¨ª, pero sigo pensando que el tenis seguir¨¢ siendo muy emocionante. Y yo ser¨¦ su fan n¨²mero uno¡±.
ALCARAZ, UN SUE?O ROTO Y LA REGENERACI?N DEL CIRCUITO
El actual número uno, Carlos Alcaraz, siempre ha expresado su admiración por Federer y su deseo de jugar alguna vez contra él. Sin embargo, el español, de 19 años, no se cruzará oficialmente con el suizo, 22 años mayor y con el que peloteó hace tres años durante un par de entrenamientos en Wimbledon, cuando el murciano era un júnior. En la misma línea, Federer también lo lamenta.
“Por supuesto, he seguido de cerca lo que hizo en el US Open y durante todo el año, y ha sido fantástico. Siempre he dicho que siempre habrá nuevas superestrellas y él es una de ellas. El futuro es brillante”, afirmó el suizo, optimista respecto a la renovación del circuito.
“Sé que a veces la gente no opina así. Sucedió lo mismo lo mismo cuando Pete [Sampras] y Andre [Agassi]se retiraron. Pensaban, ¿qué tenemos ahora? Y después llegaron Novak, Rafa, Murray, Stan [Wawrinka] o yo mismo…”, prolongó; “creo que la nueva generación va a ser grande. Más atlética que nunca, creo, con él [Alcaraz], Zverev, Medvedev, Tsitsipas o Rublev. No se menciona lo suficiente, pero los que mejor se mueven son los mejores jugadores. Ha sido así durante los últimos 10 o 20 años, y va a seguir siendo así”.
Los protagonistas de la Laver se ejercitaron sobre la pista del O2 y por la tarde se hicieron la foto oficial con el puente de la Torre de Londres como fondo. Desfilaron trajeados los componentes del equipo mundial (Fritz, Aliassime, Schwartzman, Tiafoe y De Miñaur) y los del europeo (Djokovic, Tsitsipas, Ruud y Murray). El único ausente fue Nadal, que aterrizará este jueves en la capital inglesa.
Antes del retrato, todos ellos acudieron a un encuentro con el legendario Rod Laver, de 84 años y ganador de 11 grandes. El australiano, al que Federer y sus socios dedicaron el nombre del torneo, conquistó dos veces el Grand Slam (1962 y 1969).
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