Arnaud Jerald, campe¨®n del mundo de apnea: ¡°En la profundidad del oc¨¦ano te sientes solo¡±
El buceador franc¨¦s atiende a EL PA?S tras batir su propio r¨¦cord en las aguas abiertas de Bahamas: 120 metros de inmersi¨®n vertical sin asistencia respiratoria
En la Costa Azul, aguas c¨¢lidas y cristalinas del Mediterr¨¢neo, donde luce el sol 300 d¨ªas al a?o, Arnaud Jerald (Marsella, Francia; 26 a?os) se enamor¨® del buceo con siete a?os, en una escapada con su padre, Fr¨¦d¨¦ric, aficionado a la pesca submarina. T¨ªmido e introvertido en el colegio, Jerald encontr¨® en las profundidades del mar una v¨ªa de escape a la vida en la superficie. Con 16 realiz¨® su primer curso de apnea. Hoy, diez a?os despu¨¦s, es campe¨®n del mundo y plusmarquista de la modalidad bi fin (dos aletas, en lugar de una), una disciplina en la que el buceador sigue una cuerda vertical y, sin botella de ox¨ªgeno, tan solo cuenta con la ayuda de una peque?a bombilla, fundamental para ver en la profundidad del oc¨¦ano. ¡°Ah¨ª abajo solo hay oscuridad¡±, dice por videollamada tras batir su propio r¨¦cord (120 metros; 3m37s) en las aguas abiertas de Long Island (Bahamas).
Pregunta. ?Por qu¨¦ eligi¨® esta modalidad?
Respuesta. Cuando empec¨¦, era una pr¨¢ctica muy reducida en el buceo, casi todo el mundo hac¨ªa mono fin ¡ªuna sola aleta m¨¢s grande y potente para ambos pies¡ª pero siempre he visto el bi fin como la versi¨®n m¨¢s pura. Solo utilizas las piernas, cuando se agotan, se acab¨®. Es un deporte muy f¨ªsico, pero tambi¨¦n mental.
P. ?C¨®mo llega uno a 120 metros de profundidad?
R. La verdad es que nunca imagin¨¦ que fuera posible. Cuando te enfrentas a una inmersi¨®n as¨ª, lo primero que tienes que hacer es desconectar las cifras de tu cabeza. F¨ªsicamente, llegar un metro m¨¢s abajo no cambia mucho, pero la influencia de la parte mental es enorme a esos niveles de estr¨¦s. Est¨¢s haciendo algo que nadie m¨¢s ha hecho nunca. Piense que a lo largo de la historia, ha habido m¨¢s humanos en el espacio que buceando a esas profundidades.
P. ?Qu¨¦ pasa por su cabeza antes de la inmersi¨®n?
R. Trato de desconectar de la superficie. Me gusta escuchar m¨²sica para relajarme. Suelo escuchar la misma canci¨®n varias veces. En Bahamas, por ejemplo, repet¨ª una y otra vez Everything in its right place, de Radiohead. Esa libertad es lo que m¨¢s me gusta del free diving (buceo libre); no necesitas hacer una gran inmersi¨®n ni ser un experto para olvidarte de lo que hay arriba, solo necesitas una m¨¢scara y sumergirte en el agua. En ese momento todo lo dem¨¢s desaparece.
P. Ah¨ª comienza el descenso.
R. S¨ª, despu¨¦s de chequearlo todo ¡ªmis o¨ªdos, mi pulso, mi mente¡ª, empiezo a agitar las piernas con mucha fuerza. Luego, a partir de los 40 metros tengo menos flotabilidad, la gravedad te empuja hacia abajo, as¨ª que reduzco la intensidad. Empieza la ca¨ªda libre. El objetivo es alcanzar el tope de la cuerda lo m¨¢s r¨¢pido posible para evitar los episodios de narcosis. Cuando lo sufres, tu conciencia se altera, todo se apaga. Tu cuerpo deja de responder, y a esas profundidades necesitas tenerlo todo bajo control. Tu vida depende de ello.
P. ?Usted lo ha vivido?
R. Creo que soy el ¨²nico buceador de la historia de este deporte que todav¨ªa no ha perdido la conciencia debajo del agua. Es algo realmente dif¨ªcil, creo que tiene m¨¢s valor que cualquier marca. Quiero cuidarme y respetar mi cuerpo.
P. Cuando abre los ojos a 120 metros de profundidad, ?qu¨¦ ve?
R. La expresi¨®n m¨¢s cruda de la oscuridad. Veo noche cerrada, todo negro. Desconectas del tiempo, no sabes qu¨¦ hora es, ni cu¨¢nto tiempo llevas. En esos momentos, trato de concentrarme en lo que siento m¨¢s que en lo que veo. A esa profundidad no puedes tener miedo. No es una opci¨®n.
P. ?Y qu¨¦ siente?
R. Soledad. Te sientes muy solo, es algo que me gusta. Cuantos m¨¢s metros desciendes, m¨¢s r¨¢pido funciona tu cabeza, es algo dif¨ªcil de explicar. No s¨¦ por qu¨¦ sucede, pero es autom¨¢tico. Tu cerebro se vuelve ultrasensible y reproduce recuerdos a una velocidad vertiginosa: im¨¢genes, canciones, pel¨ªculas, personas. Una detr¨¢s de otra, sin parar. Ah¨ª, todos tus esfuerzos han de centrarse en seguir la cuerda y olvidar todo lo ajeno, porque cualquier m¨ªnimo detalle, por nimio que sea, puede descentrarte de tu objetivo. Y a esa profundidad, cr¨¦ame, es lo ¨²ltimo que deseas.
P. La influencia de la mente.
R. Ah¨ª abajo, un recuerdo que no sea bueno, incluso sin ser malo, se convierte en peligros¨ªsimo. Tu cerebro es ultrasensible. Puedes sentir miedo, ira, hambre u otras emociones a unos niveles insospechados en la superficie. Es como si en dos minutos tu cabeza atravesara dos d¨ªas de emociones.
P. Ponga un ejemplo.
R. La ¨²ltima vez que me ocurri¨® fue con la pel¨ªcula Interstellar, de Cristopher Nolan. La hab¨ªa visto unos d¨ªas antes y en plena sumersi¨®n la record¨¦; tuve una sensaci¨®n de vac¨ªo extremo, como si perdiera la conciencia del espacio, algo muy similar a lo que se vive en la pel¨ªcula. Fue horrible. Desconect¨¦ de la realidad, me perd¨ª. Fueron solo unos segundos, pero me cost¨® horrores controlarlo. Ah¨ª abajo todo se magnifica.
P. Por eso es fundamental trabajar la mente.
R. Exacto. En nuestro deporte, el 80 o 90% del trabajo es mental. Todo est¨¢ en nuestra cabeza. El entrenamiento f¨ªsico tambi¨¦n es muy importante, claro. Gracias a haber empezado tan joven, mis pulmones tienen una capacidad de siete litros, cuando los de una persona promedio rondan los cinco. Al final, no solo entreno en el agua, tambi¨¦n en la monta?a, en la bicicleta; tengo sesiones de fisioterapia constantes para mejorar mi flexibilidad. Se necesita mucha disciplina, porque aumentar tu nivel en la ¨¦lite es muy dif¨ªcil.
P. ?En qui¨¦n se fija?
R. En Rafa Nadal. Para m¨ª siempre ha sido una inspiraci¨®n por su estabilidad mental. Es alguien que est¨¢ en la cima y no se cansa, contin¨²a. A esos niveles, muchos se preguntan por qu¨¦ seguir. ?l lo disfruta, es su vida. Parece simple, pero no lo es. Es un ejemplo.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s dif¨ªcil de su deporte?
R. Decir que no. En la apnea, negarte a bucear cuando atraviesas un buen momento es muy dif¨ªcil, y a veces tienes que sobreponerte. Por ejemplo, hay d¨ªas en los que me encuentro bien, con todo a favor, pero falta un miembro del equipo, por lo que sea. Yo prefiero no hacer inmersi¨®n. Es dif¨ªcil y el conflicto existe en tu cabeza, pero conviene convencer a tu ego de que lo mejor es no salir. El riesgo es alt¨ªsimo.
P. Ha dicho que empez¨® a respirar gracias a la apnea.
R. Con 16 a?os, cuando empec¨¦ a practicarlo, me sent¨ªa atrapado. No ten¨ªa muchos amigos, nunca he tenido esa habilidad social. Me daba miedo vivir mi vida, afrontar el d¨ªa a d¨ªa, no ser aceptado. Romp¨ª esa burbuja gracias al free diving. Fue ah¨ª cuando comenc¨¦ a respirar, a tener confianza en m¨ª mismo, a ver metas. Vi por primera vez todo con mis ojos y no a trav¨¦s de los ojos de los dem¨¢s, dej¨® de importarme lo que pensaran de m¨ª. Es duro recordarlo, pero me alivia. Gracias a la apnea, vivo la vida que siempre he querido.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
CR?DITOS
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.