El Atl¨¦tico se redime en Bilbao
Un gol de Griezmann tras una jugada de Morata le rompe los esquemas al Athletic, que apret¨® pero no tuvo eficacia en un partido trepidante
El Atl¨¦tico se llev¨® los puntos de San Mam¨¦s y un subid¨®n de autoestima despu¨¦s del empate europeo que le dejaba en la cuerda floja. Llevaba cuatro a?os sin ganar en la Catedral y lo hizo en un partido al estilo Simeone, de rompe y rasga, sin concesiones y en el que apareci¨® Griezmann, la pesadilla recurrente del Athletic, para hacer buena una gran jugada de Morata, la ¨²nica acci¨®n potable de los visitantes en la segunda parte. Suficiente para domar a un rival que no encontr¨® las v¨ªas para equilibrar.
El recibimiento de la grada no pudo ser m¨¢s educado, adem¨¢s de un recordatorio de los tiempos pasados. ¡°Bienvenidos a la casa de los padres¡±, rezaba en euskera el mural de lado a lado detr¨¢s de una de las porter¨ªas, la que defend¨ªa Unai Sim¨®n en la primera parte, pero no era sino cortes¨ªa, porque llegar a casa de los padres, despu¨¦s de tantas d¨¦cadas de emancipaci¨®n, no significaba que el Atl¨¦tico iba a poder sentarse en el sof¨¢ y coger el mando a distancia.
No eran esos, al menos, los planes de Ernesto Valverde. Su equipo prob¨® en los primeros minutos, la debilidad defensiva del Atl¨¦tico a bal¨®n parado. Nada m¨¢s comenzar, una falta lanzada por Muniain la remat¨® sin resistencia de nadie I?aki Williams, pero el cabezazo no es lo suyo. Suma ocho tantos as¨ª en su carrera y nunca consigui¨® dos en la misma temporada. Contra el Almer¨ªa cubri¨® el cupo. En otro lanzamiento al ¨¢rea del capit¨¢n del Athletic, tuvo que ser Oblak quien saliera con los pu?os, a media altura hasta el tri¨¢ngulo de las Bermudas que hab¨ªa engullido a los defensas colchoneros. Fue la primera acci¨®n de riesgo en la cadena de salidas que expusieron al portero esloveno al desgaste f¨ªsico. Lo acabar¨ªan pagando su hombro derecho, causa de su sustituci¨®n en la segunda parte del partido.
Claro que el Atl¨¦tico no se qued¨® mudo. El equipo visitante hizo callar a San Mam¨¦s antes del minuto 10, en un bal¨®n largo que control¨® Morata ante la ca¨ªda de Yeray, y que acab¨® en la red. Afin¨® mucho el VAR para ver la falta del delantero al defensa. Despu¨¦s de varias repeticiones, s¨®lo los ¨¢rbitros segu¨ªan viendo infracci¨®n y anularon el gol ante el disgusto de Simeone, que sali¨® amonestado del lance.
Cogi¨® algo de miedo el Athletic despu¨¦s del susto, se repleg¨® bien el Atl¨¦tico y lleg¨® la paz a las ¨¢reas, porque los madrile?os agobiaban en medio campo a Vesga y Muniain, que no pod¨ªan maniobran, ni enlazar con las bandas, encimados muchas veces por la presi¨®n de Griezmann, y en los costados, Niko Williams y Berenguer se eclipsaban ante la solidez de Reinildo y Molina, que se tomaron el trabajo como un d¨ªa en la mina. Pico y pala. Y as¨ª pas¨® la primera parte, sin sobresaltos para Unai ni Oblak y las constantes vitales del partido bajo m¨ªnimos.
La segunda empez¨® con malos augurios, aunque no se sab¨ªa para qui¨¦n. El comienzo se retras¨® varios minutos por un agujero en la red de la porter¨ªa de Oblak. Se vio enseguida a qui¨¦n le cay¨® el mal fario, porque en una carrera de Morata por la derecha, en la que remont¨® la banda, su pase atr¨¢s lo agradeci¨® Griezmann, bestia negra del Athletic, para poner en ventaja al Atl¨¦tico.
Como era previsible, repleg¨® Simeone a los suyos, sigui¨® sin dejar pensar a los cerebros del Athletic y orden¨® las l¨ªneas para evitar contratiempos. Mont¨® un muro, o algo parecido, encomendado a las correr¨ªas de Morata, que se encapsulaba entre los centrales del Athletic.
Apretaron los bilba¨ªnos, y pusieron cerco a la porter¨ªa de Oblak, que se resinti¨® de un golpe anterior y tuvo que dejar su puesto a Grbic, que se trabaj¨® los minutos que estuvo en el campo, metiendo primero la mano a un centro que pretend¨ªa rematar Williams, y despu¨¦s respondiendo con grandes reflejos al remate de cabeza de I?igo Mart¨ªnez en un saque de esquina. La jugada acab¨® en penalti se?alado por el ¨¢rbitro y anulado por el VAR. Figueroa hab¨ªa visto brazo, y en realidad era cabeza.
Pas¨® apuros el Atl¨¦tico en el descuento, en el que se volc¨® el Athletic, pero sus afanes se estrellaron contra un bosque de piernas. Joao Felix, que sali¨® en el ¨²ltimo cuarto de hora, no fue objeto, esta vez, de ninguna pol¨¦mica. Cuando entra la bolita, no hay debate. Suele pasar.
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