Un juzgado italiano condena a Cipollini a tres a?os de c¨¢rcel por maltrato y lesiones a su ex mujer
El mejor sprinter de la historia y mito sexual del pelot¨®n de los a?os 90 atac¨® con patadas y pu?etazos y amenazas de muerte a la mujer y a su nuevo compa?ero
El dios del sprint, el rey le¨®n, el f¨ªsico m¨¢s envidiable, 1,90, 80 kilos, y su melena. Todo eso era Mario Cipollini, sprinter imbatible en los a?os 90 del pasado siglo y en los primeros a?os 2000, un histri¨®n presuntuoso, veloz y ganador, 42 etapas del Giro, 12 del Tour, tres de la Vuelta, campe¨®n del mundo, el patr¨®n del pelot¨®n que no se mov¨ªa si ¨¦l no lo permit¨ªa. Esas condiciones no lo convert¨ªan en un personaje amado, todo lo m¨¢s temido, pero tampoco en el personaje odioso que este lunes, 17 de octubre, ha sido condenado a tres a?os de c¨¢rcel en su Lucca por malos tratos, amenazas y lesiones a su exmujer, Sabrina Landucci y al actual compa?ero de ¨¦sta, el exfutbolista Silvio Giusti. La sentencia, de primera instancia, dictada por la juez Felicia Barbieri, fija adem¨¢s una suma de 80.000 euros como indemnizaci¨®n para la mujer y de 5.000 euros para Giusti. La fiscal solicitaba una sentencia menor, de 30 meses.
Landucci y Cipollini se casaron en 1993, tuvieron dos hijas, Lucrezia y Rachele, ya veintea?eras, y se separaron en 2005. Hubo diversos intentos fracasados de volver a convivir. Seg¨²n relata el periodista Valerio Piccioni en La Gazzetta dello Sport, Landucci se neg¨® entonces a denunciar malos tratos para no arruinar la carrera de su marido, pero durante el proceso de divorcio, en 2016, ella los denunci¨® ante el juez. ¡°Lo denunci¨¦ por respeto a m¨ª mismo¡±, declar¨® ella. Se abri¨® entonces un sumario por violencia de g¨¦nero y una investigaci¨®n en la que intervinieron testigos. Uno de los hechos decisivos de la sentencia fue que Cipollini la apunt¨® una vez con una pistola y la amenaz¨® porque se hab¨ªa puesto una minifalda; en otras ocasiones, ya separados, la segu¨ªa con el coche mientras ella paseaba con una amiga. Nuevas agresiones, ya con el proceso abierto, se sumaron el 6 de enero de 2017. Landucci denunci¨® en el juzgado a Cipollini, de 55 a?os, acus¨¢ndoles de haberle propinado ¡°patadas, pu?etazos y empujones, con lesiones y amenazas de muerte¡±.
Cipollini fue largos a?os el mito sexual del pelot¨®n, uno de los ecosistemas en los que la testosterona es la madre del pensamiento: un macho sudoroso y maleducado, casposo, que cuando posaba con j¨®venes periodistas se permit¨ªa agarrarles de los senos, y re¨ªrse con la respuesta furiosa de las mujeres. Un a?o quiso abandonar la Vuelta para largarse a Italia como jurado del concurso de miss Italia; otro, despu¨¦s de tontear y ligar con miss Euskadi, a la que conoci¨® en Donosti en la salida del Tour del 92, se retir¨® a mitad de carrera para quedar con ella en las playas toscanas de Viareggio. Una vez, en la Volta a Catalunya, tan ruidosamente llev¨® a cabo en el dormitorio su relaci¨®n con una mujer, que cuando abri¨® la ventana que daba a la terraza, docenas de hu¨¦spedes se levantaron para aplaudirlo como un h¨¦roe¡ Quiso ser el l¨ªder de las revueltas del pelot¨®n contra la polic¨ªa que investigaba el dopaje, y en su maleta llevaba los planes de recuperaci¨®n fisiol¨®gica escritos por Eufemiano Fuentes. Un excompa?ero que fue su amigo y a veces c¨®mplice cuenta que se ha quedado clavado en sus a?os pasados, que cuando sale de cicloturista con un grupo de amigos y con su hijo, a¨²n se dopa para ganarlos, porque no aguanta no hacerlo.
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