La dif¨ªcil dualidad del alma
Tres de los cuatro equipos espa?oles de la Champions no estar¨¢n en octavos, ni llegar¨¢n al sexto partido de la clasificaci¨®n para dirimir su continuidad: una triste noticia para nuestro f¨²tbol
Todos sabemos de la dificultad que entra?a ganar un partido de la Champions League. Vale, siempre hay alguno dentro de tu grupo que parecen tres puntos seguros, seis si le sumamos el partido que se debe jugar fuera, salvo que este sea el primero del grupo, con lo que esto siempre supone de novedad y que los inicios son casi siempre inciertos. Por tanto, las matem¨¢ticas no enga?an, es mucho m¨¢s complicado ganar dos partidos seguidos. ?ltima deducci¨®n: la misi¨®n se vuelve casi imposible cuando tienes que ganar dos partidos¡ en la misma jornada, y en uno de ellos lo ¨²nico que puedes hacer es rezar o apelar a los m¨¢s viejos ancestros de la magia para que lleven a la victoria a aquellos que, de partida, parec¨ªan destinados a ser esa v¨ªctima que todos los grupos, menos el grupo D de esta temporada, llevan asociada.
El caso es que el Bar?a se encuentra ya ubicado en el pr¨®ximo bombo de la Europa League, esa misma competici¨®n en la que tambi¨¦n estar¨¢ el Sevilla y puede que el Atl¨¦tico, dos equipos que han hecho de la segunda competici¨®n europea un balneario en el que ganar y fortalecer prestigio. Y llenar las vitrinas propias con trofeos que ya est¨¢n en la leyenda de estos clubes, con esa copa con las que sus seguidores se siguen haciendo fotos llenas de emoci¨®n y de hermosos recuerdos.
Hace unos a?os, cuando trabajaba en Francia, en el OM, tras una reuni¨®n de trabajo de mi club, alguien me pregunt¨® que cu¨¢l ser¨ªa mi receta para que el PSG ganase en confianza dentro de la Champions y, de esa forma, pudiese llegar a los escalones finales de la competici¨®n (nadie en Marsella osar¨ªa encontrar una soluci¨®n y que el PSG ganase la segunda Champions para un club franc¨¦s, hasta ah¨ª podr¨ªamos llegar).
Mi respuesta fue una de esas bromas, m¨¢s bien tonter¨ªas, boutade en franc¨¦s, que solo se le puede ocurrir a un tipo engre¨ªdo: ¡°Creo que lo mejor para el PSG ser¨ªa caer un a?o a la Europa League y ganarla. As¨ª experimentar¨ªan la satisfacci¨®n, la alegr¨ªa, la confianza de ganar. As¨ª aprender¨ªan a sobrevivir en esa dif¨ªcil escalada que es la segunda competici¨®n europea y con ese campamento base poder atacar esa cara norte infernal que es la Champions¡±.
Est¨¢ claro que este argumento estrafalario no ser¨ªa v¨¢lido actualmente con una delantera con Messi, Neymar y Mbapp¨¦, pero s¨ª que fue un anticipo de aquella final de Europa League en la que un Atl¨¦tico preparado para aspirar a la Champions nos rob¨® nuestros sue?os marselleses gan¨¢ndonos en la final de la Europa League en Lyon y llenando el Madrid rojiblanco de alegr¨ªa en mayo lo que era tristeza en diciembre.
No, no se trata de hinchar el globo de la Europa League para que parezca una Champions, eso no tendr¨¢ nunca sentido ni coherencia ni valor real aunque hay grandes, enormes, clubes como el Manchester United que se llevaron un buen alegr¨®n cuando conquistaron esta segunda competici¨®n. Pero, tal vez, sea mejor no sacar a los red devils como ejemplo vista su trayectoria err¨¢tica en las ¨²ltimas temporadas.
Se trata, simplemente y como si eso fuera sencillo, de olvidarse de las grandes palabras y m¨²sicas de los martes y mi¨¦rcoles para centrarse en la eficacia de los jueves. Eficacia digna, densa y fuerte, tan hermosa como tantas veces olvidada cuando caminabas implacable por los cielos de la Champions.
Ah, y para esos que se alegran de los males ajenos decirles, son datos puros, que tres de los cuatro equipos espa?oles de la Champions no estar¨¢n en octavos, ni llegar¨¢n al sexto partido de la clasificaci¨®n para dirimir su continuidad.
Esa, para m¨ª, es una triste noticia para nuestro f¨²tbol.
Tal vez un temor de un dolor futuro.
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