Rybakina funde a la todopoderosa Swiatek

Amanece Melbourne a ritmo de sorpresa, sonora la que sucede en la Rod Laver Arena en la apertura del d¨ªa. O quiz¨¢ no tanto. Fuera del foco medi¨¢tico, Elena Rybakina viene demostrando desde hace tiempo que tiene mimbres para ser una jugadora importante y despu¨¦s de la conquista de Wimbledon en julio, la kazaja deja otro destello dorado en Australia. Implacable, exaspera y funde (doble 6-4) a Iga Swiatek, la incontestable n¨²mero uno. La polaca se revuelve, pero no encuentra soluci¨®n para desactivar la propuesta ofensiva que la reduce y la despacha, aunque el trono que defiende desde marzo ¨Cdispone m¨¢s de 5.000 puntos de renta sobre Jabeur, la inmediata perseguidora¨C no corre ning¨²n peligro. Encaja 24 tiros ganadores, un alud de latigazos. Es decir, el torneo pierde a la gran favorita, a la que acompa?a una segunda, la estadounidense Coco Gauff. En su caso, el pelotazo es todav¨ªa m¨¢s estruendoso y lleva la firma de Jelena Ostapenko (7-5 y 6-4).

La letona, de 25 a?os, es otra de las numerosas figuras emergentes que asomaron de repente y luego perdieron las alas demasiado r¨¢pido. En 2017, con solo 20 a?os, deslumbr¨® en Roland Garros. Ella y su descomunal potencia en el golpeo ¨Ccon picos de hasta 117 kil¨®metros por hora, superior a la de muchos hombres y cercana a la de ca?oneros como Thiem (135), Wawrinka (130) o Nadal (127)¨C sacudieron el grande franc¨¦s, pero el episodio qued¨® en un fogonazo. Al a?o siguiente alcanz¨® las semifinales de Wimbledon y a partir de ah¨ª, perdi¨® todo el vigor en los grandes escenarios. De entonces aqu¨ª, tres trofeos (Dub¨¢i en 2022, Eastbourne en 2021 y Luxemburgo en 2019) y un recorrido anodino en los majors, donde las derrotas en las primeras rondas han sido una constante.

Ahora vuelve a hacerse notar. Con fuerza, c¨®mo no. Ven¨ªa Gauff a por el t¨ªtulo con fuerza y decisi¨®n, convencida la estadounidense de que este es el a?o en el que debe dar el gran salto; sin embargo, sufri¨® la lluvia de winners (30) procedente del mazo de Ostapenko, que en los cuartos de final se encontrar¨¢ con otra pegadora, Rybakina. Ya se sabe, hoy d¨ªa, la historia va de velocidad. Premia la potencia a la letona y tambi¨¦n a la kazaja, nacida hace 23 a?os en Mosc¨² y que a comienzos del pasado verano dio que hablar en Wimbledon, por su triunfo y por el hecho de que el grande brit¨¢nico hab¨ªa vetado a Rusia y Bielorrusia. ¡°Solo puedo decir que represento a Kazajist¨¢n, y all¨ª la gente crey¨® en m¨ª. No eleg¨ª d¨®nde nac¨ª¡±, dec¨ªa con la bandeja entre las manos, pero sin los 2.000 puntos que se conceden como recompensa porque as¨ª lo decidi¨® la direcci¨®n del All England Club por el asunto de la guerra.

Con brazos y piernas interminables que le permiten abarcar pista con apenas unas pocas zancadas, Rybakina apart¨® del camino a la todopoderosa Swiatek, quien de alguna forma, desde que tom¨® el tim¨®n de mando lidia m¨¢s consigo misma y su circunstancia que con lo dem¨¢s. Autoexigente hasta el extremo, se desesper¨® y termin¨® pag¨¢ndolo. Doble campeona en Par¨ªs (2020 y 2022) y del US Open (2022), se le siguen resistiendo las Ant¨ªpodas por m¨¢s que el curso pasado llegara a las semifinales y haya multiplicado su juego sobre cemento. ¡°Ella lo ha hecho muy bien, pero debo trabajar en mi mentalidad y relajarme un poco m¨¢s, quiz¨¢ lo quer¨ªa [el t¨ªtulo] demasiado; siento que he dado un paso a la hora de enfocar estos torneos. Sent¨ª la presi¨®n y me he centrado m¨¢s en no perder que en ganar¡±, lamenta la polaca en un excelente punto de partida para mejorar: el n¨²mero uno no admite buscar excusas en el exterior.

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