Bolas ¡°muertas¡± y un Open a c¨¢mara lenta
La escasa calidad de las pelotas, que se desinflan r¨¢pido y tienen tendencia a pincharse, dispara la duraci¨®n de los partidos y condicionan el juego entre cr¨ªticas
Se pronunci¨® primero Rafael Nadal, preguntado sobre el asunto a las puertas del torneo. ¡°No, en la velocidad de las pistas no hay una gran diferencia. Pero en la bola, s¨ª. Dicen que es la misma [que el a?o pasado], pero es de peor calidad, sin duda. Tenemos lo que tenemos y hay que jugar con ello, pero no tienen el mismo efecto que de costumbre; despu¨¦s de un par de peloteos pierden presi¨®n y es m¨¢s dif¨ªcil darle el efecto correcto, favorece cuando le pegas plano. Pero tengo que vivir con ello y creo que he practicado lo suficiente como para estar preparado¡±, afirm¨® el de Manacor, que preguntado por el tema dos d¨ªas despu¨¦s, indic¨®: ¡°No, no estoy frustrado. No voy a volver a hablar sobre esto porque estoy aqu¨ª para jugar al tenis. Respond¨ª porque me lo plantearon, no porque quisiera crear ninguna historia¡±.
No quer¨ªa Nadal ning¨²n embrollo, pero lo que adelant¨® el mallorqu¨ªn ante el micr¨®fono se hizo perceptible de inmediato desde la grada. Desde el primer pelotazo del torneo, los intercambios han ido transmitiendo una sensaci¨®n de pastosidad excesiva ¨Cdentro del contexto de la pista r¨¢pida¨C y se repite con una frecuencia inusual la imagen de uno de los jugadores retirando alguna bola porque ha perdido demasiado aire o directamente se ha pinchado.
¡°No suelo quejarme de esto y s¨¦ que ahora no se puede hacer nada. Pero estas bolas simplemente no botan. ?Es una locura! Le pegamos como siempre, pero no s¨¦ qu¨¦ pasa. ?Son terribles!¡±, le protestaba Felix Auger-Aliassime al ¨¢rbitro durante un partido, resignado el canadiense porque sus golpeos liftados no ten¨ªan el efecto deseado ni lograba desbordar al rival, pese a que el suyo es uno de los brazos m¨¢s poderosos del circuito y de los que m¨¢s golpes ganadores registra. ¡°Se vuelven esponjosas muy r¨¢pido, con el 3-2 ya estaban casi muertas¡±, se sum¨® el dan¨¦s Holger Rune, en una opini¨®n compartida por un nutrido de jugadores. Por ejemplo, por Pablo Carre?o.
¡°Hay mucha diferencia entre los dos o tres primeros juegos y los siguientes. Se gasta muy r¨¢pido, y a la que se gasta se pone muy pesada. Hay que darle muy duro para tirarla fuera; aquellos que le pegan muy duro tiran fuerte y no se les escapa porque est¨¢ muy pesada, y a los que no tenemos esa fuerza para pegarle as¨ª nos cuesta un poquito m¨¢s. Pero bueno, es lo que hay, no podemos hacer nada. Cuesta mucho moverla y en mi caso [lesionado del brazo desde noviembre] no me ha ayudado¡±, precisa el asturiano.
Enseguida, el juego revel¨® que este Open de Australia iba a ser de otro corte. Tradicional territorio de v¨¦rtigo, porque adem¨¢s de jugarse sobre asfalto castiga el sol con fuerza y eso aviva todav¨ªa m¨¢s el bote y la salida de la pelota, el grande australiano transcurre esta edici¨®n a una marcha menos. La ralentizaci¨®n genera intercambios m¨¢s largos, con el consiguiente beneficio a la hora de presenciar puntos m¨¢s vistosos y potenciar el espect¨¢culo, pero en algunos casos, cuando no hay una intenci¨®n definitiva, se espesa tanto el peloteo que ni uno ni otro jugador logran el golpe de gracia para cerrarlo. La posibilidad de firmar un winner (tiro ganador) se ha reducido de manera considerable y en ocasiones, el debate se enreda sin parar.
Sucedi¨® en el duelo de la segunda ronda que protagonizaron el ruso Karen Khachanov y el australiano Jason Kubler, toma y daca: 70 raquetazos hasta que la bola (completamente despeluchada) toc¨® la cinta y premi¨® al segundo.
Ya lo advert¨ªa Novak Djokovic, con buen olfato: ¡°Creo que este a?o vamos a ver partidos m¨¢s largos que el anterior¡±. El serbio, citado este lunes (9.00, Eurosport) con el local Alex de Mi?aur, razonaba. ¡°Y la principal raz¨®n ser¨¢ la pelota, porque no creo que la velocidad de las pistas haya cambiado mucho; las exteriores son m¨¢s r¨¢pidas y las grandes un poco menos, pero la bola [marca Dunlop, sustituta de Wilson en Australia desde 2019] es m¨¢s lenta y eso afecta al juego¡±, ampliaba hace unos d¨ªas el de Belgrado, al que el curso de los acontecimientos y los datos num¨¦ricos le dan la raz¨®n.
Siete partidos m¨¢s a cinco sets
Este torneo ha deparado 27 partidos a cinco sets en el cuadro masculino, por los 20 del curso pasado, mientras en el femenino se mantiene la din¨¢mica (32-32). Respecto a la duraci¨®n, este a?o se han dirimido 14 partidos por encima de las cuatro horas entre los hombres, cinco m¨¢s que en 2022 (9), mientras las chicas calcan el registro con 28 partidos por encima de las dos horas en ambos ejercicios.
¡°Casi no hab¨ªa presi¨®n en la pelota, estaba deshinchada; de eso es de lo que estaba quej¨¢ndome. Es muy complicado conseguir ganadores. Creo que hubo un intercambio de 70 golpes [el del Khachanov-Kubler] y hay muchos de 35 o 40, y eso no es normal¡±, abund¨® el escoc¨¦s Andy Murray.
Desde que la bola de Dunlop comenz¨® a girar el d¨ªa 16, las cr¨ªticas han ido expandi¨¦ndose y el director del torneo, Craig Tiley, sali¨® al paso haciendo referencia a las condiciones meteorol¨®gicas; en concreto, a la humedad. ¡°Tendremos en cuenta los comentarios de los jugadores y les informaremos sobre ello, pero eso se lo dejo a los t¨¦cnicos¡±, se?al¨® el dirigente, mientras alguna voz muy puntual como la de Roberto Bautista avala la elecci¨®n de la organizaci¨®n. ¡°A m¨ª me gustan las Dunlop. Cada uno tiene su juego y le van bien unas circunstancias; que me den a m¨ª el juego de Nadal en Roland Garros¡ Hay que intentar adaptarte all¨ª donde vayas¡±.
Este domingo, d¨ªa en el que se despidi¨® la n¨²mero uno, Iga Swiatek (doble 6-4 para Rybakina), as¨ª como Coco Gauff, otra de las favoritas (7-5 y 6-4 ante Ostapenko), el ¨²ltimo partido de la jornada entre Victoria Azarenka y Lin Zhu se dilat¨® hasta las 2h 40m ¨Ccon un promedio de 5,5 minutos por juego¨C y los aficionados que todav¨ªa resist¨ªan en las gradas de Melbourne Park abandonaron el complejo superadas las 2.18 de la madrugada. As¨ª transcurre este Open de Australia. Lento de pelotas donde los haya.
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