Simeone abre el plebiscito sobre su continuidad en el Atl¨¦tico de Madrid
Los pulsos entre la dirigencia y el Cholo han sido frecuentes y variopintos desde el inicio del curso
No hay nada que remueva m¨¢s al Atl¨¦tico de Madrid y a su hinchada que el futuro de Diego Pablo Simeone, su tot¨¦mico entrenador. El jueves, tras la eliminaci¨®n copera ante el Real Madrid, fue el propio preparador argentino el que puls¨® intencionadamente esa delicada tecla que pone en guardia a la instituci¨®n y a su masa social. ¡°Eliminados de Europa, sin la Copa, nos queda la segunda vuelta de la Liga para lograr entrar en la Champions y alcanzar el objetivo que necesita el club. Despu¨¦s, veremos todo lo que nos conviene a todos¡±.
Con contrato hasta 2024, el emplazamiento del t¨¦cnico a un di¨¢logo con el club para aclarar su futuro retumb¨® en la sala de prensa del Santiago Bernab¨¦u. No fue casualidad. Confirmada ya la imposibilidad de optar a un t¨ªtulo, Simeone ten¨ªa preparado el mensaje para cuando se concretara esa cruda realidad. Lo hizo con la pesadumbre de la derrota, pero tambi¨¦n con el viento a favor de un buen partido que tuvo al Madrid contra las cuerdas durante ochenta minutos. Su declaraci¨®n ha abierto el plebiscito sobre su continuidad de aqu¨ª a final de temporada. Su tir¨®n ante la afici¨®n a¨²n es mayoritario, pero el n¨²mero de detractores por el juego del equipo y de los que consideran que su proyecto est¨¢ agotado se ha elevado.
El contexto interno que envuelve el envite de Simeone al club es el m¨¢s ¨¢spero que se ha encontrado en sus once a?os y medio en el banquillo rojiblanco. Desde el inicio del curso, los pulsos con la dirigencia han sido constantes y variopintos. Los roces van desde qui¨¦n asum¨ªa la responsabilidad de haber puesto encima de la mesa la posibilidad de fichar a Cristiano Ronaldo, la continuidad de Griezmann resuelta con solo alinearle media hora hasta llegar a un acuerdo con el Barcelona, el cuestionamiento t¨¢ctico y del juego del equipo desde la derrota ante el Villarreal en la segunda jornada liguera o la gesti¨®n del caso Jo?o F¨¦lix.
Todo entremezclado con el guerracivilismo que se vive en las gradas desde el inicio del curso, con el fondo sur sin corear el nombre de Simeone ni el de ning¨²n jugador hasta hace tres semanas. Ahora, el t¨¦cnico vuelve a ser aclamado durante los partidos por los ultras y estos se encuentran con la reprobaci¨®n de parte de la grada. El m¨¢ximo accionista, Miguel ?ngel Gil Mar¨ªn, y el presidente Enrique Cerezo, son ahora los increpados, con la cuesti¨®n del cambio de escudo como tel¨®n de fondo.
Ahora mismo, la intenci¨®n de Simeone es la de cumplir el contrato que le reporta cerca de 20 millones de euros netos al a?o. De no clasificar al equipo para la Liga de Campeones, el club puede rescindirlo por una cantidad acorde con las p¨¦rdidas que supondr¨ªa no contar con los necesarios ingresos que reporta la m¨¢xima competici¨®n europea para mantener el nivel de gasto en cuerpo t¨¦cnico y jugadores, por encima de los 200 millones de euros.
En el caso de no conseguir entrar en la Champions, para la dirigencia tampoco ser¨ªa f¨¢cil tomar la decisi¨®n de echar al entrenador que lo recoloc¨® en el primer vag¨®n del f¨²tbol europeo con dos t¨ªtulos de Liga, uno de Copa y dos finales de Champions. En un club que se caracteriz¨® durante muchos a?os por ser una trituradora de entrenadores, el despido de Simeone tendr¨ªa la veta de la injusticia al destituirle en la primera ocasi¨®n en la que no habr¨ªa conseguido el objetivo m¨ªnimo. El club deber¨ªa explicar ante la hinchada con argumentos convincentes y palmarios que el ciclo del preparador argentino ha llegado a su fin. De llegarse a una rotura, Gil Mar¨ªn y Cerezo preferir¨ªan que fuera por consenso y con el propio Simeone admitiendo que, efectivamente, su etapa como entrenador del Atl¨¦tico ya no tiene m¨¢s recorrido. Pero ahora mismo ese no es su pensamiento. Tampoco le gustar¨ªa marcharse con el sabor amargo de su peor temporada al frente del equipo.
Mientras llega la hora de esa conversaci¨®n al t¨¦rmino del curso, con o sin la clasificaci¨®n para la Liga de Campeones, lo que ha hecho Simeone es abrir el plebiscito y poner la pelota en el tejado del club para que cesen las hostilidades.
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