Simeone, de mito a mortal
La eliminaci¨®n en la fase de grupos de la Champions reaviva el debate en el Atl¨¦tico sobre si el ciclo del preparador argentino est¨¢ m¨¢s cerca que nunca de terminarse
La herida de la derrota es m¨¢s profunda en los entrenadores de larga estancia en un mismo banquillo. A ese incontestable paso del tiempo que devuelve al mito a la mortalidad terrenal no es ajeno Diego Pablo Simeone. M¨¢s all¨¢ de las consecuencias a futuro que pueda tener su segunda eliminaci¨®n en la fase de grupos de la Champions, las se?ales internas que se emiten en el club desde el arranque de esta temporada es que ha perdido su condici¨®n de incuestionable.
¡°Partido claro de fin de ciclo¡±, pronunciaba convencido hace dos semanas un alto empleado del club tras la apurada victoria y el mal juego desplegado en el Metropolitano ante el Girona (2-1). La gran masa social que le respeta y le venera por haberla hecho testigo de una de las mejores etapas de la historia del club, si no la mejor, tambi¨¦n ha aumentado su n¨²mero de cr¨ªticos abiertos. Las mechas est¨¢n m¨¢s cortas que nunca. Pocas veces hab¨ªan brotado de las tribunas, tan seguidos, pitos y reproches por las pobres actuaciones ofrecidas por Simeone y sus futbolistas. Este curso ya han sido varias ocasiones en las que el preparador argentino ha escuchado las quejas de la hinchada.
Simeone no es ajeno a la amplificaci¨®n del runr¨²n que le cuestiona interna y externamente desde hace meses. Batacazos como el de esta Champions aumentan la convicci¨®n de quienes creen que su exitosa etapa al frente del Atl¨¦tico puede haber llegado a su fin. Cuando era incuestionable, eran pocas las voces contrarias que se atrev¨ªan a manifestar, incluso en privado, las cr¨ªticas sobre si sacaba el m¨¢ximo rendimiento al plantel. Ahora, anunciar el fin de su ciclo o pronunciar la palabra desgaste en un pasillo o en el aparcamiento del Metropolitano parece ser menos problem¨¢tico. Incluso en el club hay quien explica que ya llueve sobre mojado, que su continuidad ya empez¨® a cuestionarse la temporada de la pandemia, cuando antes del par¨®n a falta de 11 jornadas el Atl¨¦tico era sexto en la clasificaci¨®n tras Real Sociedad y Getafe, jugaba muy mal y estaba en ca¨ªda libre. Termin¨® por alcanzar los puestos de Champions y al curso siguiente conquist¨® su segunda Liga. Ese t¨ªtulo liguero enterr¨® las dudas sobre si era conveniente alargar su etapa. La irregular campa?a pasada y el mal comienzo de esta han desenterrado los mismos debates que ya pon¨ªan en entredicho a Simeone. La dirigencia del Atl¨¦tico est¨¢ convencida de que la plantilla da para m¨¢s que estar ya eliminados de la Liga de Campeones ¡ªen un grupo con el Oporto, el Brujas y el Leverkusen¡ª, y a ocho puntos del Real Madrid con apenas 11 jornadas disputadas.
En lo que va de temporada, las sensaciones nunca han sido buenas en la Champions ni en la Liga. De nuevo, ha emergido un equipo irregular ante el intento de dar otro paso adelante en sus planteamientos como le demandan, desde hace tiempo, el m¨¢ximo accionista, Miguel ?ngel Gil Mar¨ªn, y el director deportivo, el italiano Andrea Berta.
La soluci¨®n de Simeone para cortar la mala din¨¢mica en la que hab¨ªa entrado el equipo, concretada con la derrota en el derbi ante el Real Madrid, no ha distado de las que ha empleado siempre en situaciones similares. El regreso a su partitura de cabecera, el 4-4-2 y el equipo replegado en campo propio, ha vuelto a ser aplicado como remedio. Ese retorno a los principios en los que m¨¢s seguro se siente de alcanzar el resultado se llev¨® por delante su intento por mejorar el juego a trav¨¦s de Jo?o F¨¦lix bajo la premisa de ¡°este a?o, Jo?o y 10 m¨¢s¡±.
Pulso con Jo?o F¨¦lix
En esa versi¨®n m¨¢s cementera el que menos ha cabido en el once titular y como recambio ha sido el atacante luso. Cuestionado como se ha sentido, Simeone ha optado por ser m¨¢s Simeone que nunca con el fichaje m¨¢s caro de la historia del club (126 millones) al considerar que desde el citado derbi no es m¨¢s que el quinto delantero. Los n¨²meros dicen que, m¨¢s all¨¢ de ofrecer con altibajos una imagen m¨¢s rocosa, el Atl¨¦tico se ha quedado fuera de la Champions sin la participaci¨®n de Jo?o F¨¦lix y que en Liga est¨¢ a los mismos puntos del Madrid, ocho, de los que estaba tras dejar de contar con el luso.
Las suplencias de Jo?o F¨¦lix no dejan de ser un pulso a la propiedad. Igual que las discusiones habidas porque Griezmann deb¨ªa jugar solo media hora como medida de presi¨®n para pagar menos al Barcelona por su traspaso. Este episodio tuvo uno de sus mayores desencuentros cuando Simeone, harto ya de que se le cuestionara por las extra?as suplencias del franc¨¦s, insinu¨® en una rueda de prensa que segu¨ªa ¨®rdenes del club.
El ¡°soy cabeza dura¡± que pronunci¨® el mi¨¦rcoles en la sala de prensa para advertir de que, mientras el club le d¨¦ la posibilidad, intentar¨¢ clasificar al Atl¨¦tico y ganar la Champions, fue significativo. Lo mismo que su frase de hace una semana, que parec¨ªa un mensaje al club: ¡°Yo no me estoy yendo, estoy¡±. Cuanto m¨¢s se le cuestiona internamente m¨¢s se ha encargado de divulgar sus deseos de seguir. En las ¨¦pocas de vacas gordas, sus deseos de continuidad no los manifestaba con tanta frecuencia. Otra se?al de su paso de mito a mortal. Como la disminuci¨®n de la intensidad de su defensa en el comunicado del club en la crisis de la temporada pasada.
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