La Copa y los dineros

Creo que ya les he contado que me gusta este sistema de la Copa del Rey, a un solo partido, en campo del equipo de categor¨ªa inferior. Un sistema que saca lo mejor del f¨²tbol, o que al menos sirve de conexi¨®n con el viejo f¨²tbol, ya que permite so?ar a todo el mundo con ganar la eliminatoria porque todos tenemos incorporado el mantra de que a un solo partido todo es posible. Seguramente es ese ¡°todo es posible¡± lo que no le gusta tanto al nuevo f¨²tbol, ese que mide la emoci¨®n y la afinidad a un club en los euros que est¨¦s dispuesto a invertir en mantener la llama viva y visible, por ejemplo en esos estadios vestidos de un solo color que obliga o a sacar alguna camiseta del armario (y que te siga quedando bien) o a acudir a la tienda, presencial o virtual, para hacerte con una versi¨®n actual y moderna; o al menos con una bufanda, aunque sea verano so pena de quedarte un tanto desplazado cuando la grada local empiece a ondear banderas, pa?uelos o bufandas mientras t¨² solo quieres seguir la trayectoria del bal¨®n. Y, si el destino as¨ª lo desea, y la letan¨ªa infalible, por fin, funciona tras 10 fallidos intentos anteriores, ver a tu equipo marcar el gol de la victoria, el de la clasificaci¨®n, el de la felicidad casi absoluta.

El caso es que ya me hab¨ªa acostumbrado al ritmo de partido/eliminatoria cuando llegan las semifinales y nos devuelven al viejo formato de ida y vuelta. Y no solo eso, nos llevan la eliminatoria a marzo y abril, un mes entre cada partido con todo lo que puede pasar por medio. S¨ª, ya lo s¨¦, el mes de febrero significa la reaparici¨®n de las competiciones europeas y que el calendario se sature tras ese Mundial de noviembre y diciembre. Otro dato que confirma el asunto de que es el dinero quien establece el calendario y sus prioridades.

Pero llegados a este punto de asumir hasta lo inasumible, podr¨ªan haber pensado los dirigentes de la Federaci¨®n que ese horario de 22 horas para los partidos de vuelta (y m¨¢s entre semana) podr¨ªa ser una traba para que el p¨²blico acudiera a los estadios y que esto le quitase la brillantez a un momento solemne y decisivo de su principal competici¨®n. S¨ª, ya s¨¦ que Osasuna ya tuvo que lidiar con un horario similar en sus cuartos de final y que el estadio estaba lleno. O tal vez es solo eso, ellos saben que iremos al estadio sea la hora que sea porque so?amos con que ese partido sea el and¨¦n desde el que embarquemos rumbo a la final y no vamos a querer perdernos la ocasi¨®n.

Sigo imaginando que deben ser los elementos econ¨®micos, o de derechos de televisi¨®n y sus necesidades de programaci¨®n, los que determinan que el horario sea m¨¢s para el sal¨®n de tu casa y la cerveza, eso s¨ª, con la camiseta puesta y la bufanda lista para ser ondeada, que el de la asistencia en directo y el disfrute, o el consuelo, en comunidad.

El dinero, las finanzas, la econom¨ªa del f¨²tbol que nos est¨¢ haciendo expertos en fair-play financiero, cuando hace no tanto, el lema era ¡°el dinero al campo y no al banco¡± y no se conoc¨ªa aficionado que celebrase un balance positivo si a eso no le acompa?aba, que s¨¦ yo, una final disputada, una clasificaci¨®n para Europa o un ascenso a Primera.

Mientras nos se?alan lo que se han gastado los clubes de la Premier League inglesa se nos escapa del radar que solo el Olympique de Marsella, el OM para los de casa, se ha gastado m¨¢s en su mercado de invierno que toda la Liga espa?ola.

Solo es un dato, preocupante, pero solo un dato.

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