M¨®nica Marchante: ¡°La Liga lleva una l¨ªnea de censurar lo que les parece que no debe salir¡±
La periodista, que ya solo se asoma a los palcos en los d¨ªas de Champions, relata de d¨®nde saca su pasi¨®n por el f¨²tbol y el oficio
Su vecina, Conchita Alba, era socia del Madrid. Compraba el diario As y el Marca todos los d¨ªas. Y ella se los le¨ªa al d¨ªa siguiente, antes de que acabaran en la basura. De padre militar y madre fil¨®loga, M¨®nica Marchante (Roma, 55 a?os), estaba llamada a estudiar Derecho. En cambio, se convirti¨®, contra la naturaleza familiar, en una periodista de referencia y una entrevistadora audaz. Aficionada al ciclismo, es conocida por hacer siempre la pregunta adecuada en los palcos de la Liga. Relegada ya solo a las noches de Champions, ha comprobado que hay vida los domingos. ¡°Durante casi 25 a?os he estado todos los fines de semana de la liga viajando. Hay que ser muy fan¨¢tica para resistir eso¡±, confiesa. Profesora ¡°pesada¡± en la Universidad de Nebrija, habla con pasi¨®n de su profesi¨®n.
Pregunta. ?No sab¨ªa que hab¨ªa nacido en Roma!
Respuesta. Por el trabajo de mi padre, mi familia vivi¨® all¨ª cuatro a?os. Soy la peque?a de tres hermanos. T¨¦cnicamente solo viv¨ª nueve meses all¨ª. Pero puedo decir con orgullo que estoy bautizada en el Vaticano, enfrente de la Piet¨¤.
P. Rompamos una de las m¨¢ximas de las entrevistas, hacer una pregunta inc¨®moda al principio. Nacida en Roma, criada en Madrid. ?De qu¨¦ equipo es?
R. De la Roma¡
P. ?Por qu¨¦ existe este tab¨² con el periodista deportivo?
R. Ahora ya no pasa, los periodistas hoy han decidido ponerse la bufanda. Yo soy incapaz. Primero porque no tuve una gran afici¨®n al f¨²tbol de peque?a; y no era de ning¨²n equipo, pese a vivir a 500 metros del Bernab¨¦u. En mi familia no hab¨ªa forofos, no les gustaba demasiado el f¨²tbol. Quiz¨¢ por eso me result¨® m¨¢s f¨¢cil: fui antes periodista que aficionada al f¨²tbol. Realmente, el ¨²nico equipo con el que forofeo es con la selecci¨®n espa?ola. Y no es postureo.
P.?La han entrevistado muchas veces? ?C¨®mo se siente el cazador cazado?
R. Me siento rara porque pienso: ¡®a qui¨¦n le puede interesar lo que yo diga¡¯. El ego siempre lo he tenido bastante controlado. Luego, como me conozco como entrevistadora me digo ¡®a ver si hay suerte y no me ponen muchas trampas¡¯, que es lo que yo suelo hacer con mis entrevistados.
P. Estudi¨® en la Universidad Complutense de Madrid. ?Le hicieron alumna ilustre como a la presidenta Ayuso?
R. No. Realmente es imposible: primero, porque nunca voy a ser presidenta de la Comunidad de Madrid; y segundo, porque no fui ilustre, fui solo alumna. Empec¨¦ a trabajar en el segundo a?o de carrera y la termin¨¦, como pude, muchos a?os despu¨¦s. No dir¨¦ cu¨¢ntos. Me puse a cubrir informaci¨®n del Madrid y del Atleti y no hab¨ªa horas para ir a clase. Ten¨ªa tan claro que iba a aprender mucho m¨¢s haciendo calle que en la facultad¡ Aunque sent¨ª que aquello se penalizaba. Lo pas¨¦ mal.
P. ?Por qu¨¦ se decidi¨® por el periodismo?
R. Por la final del Mundial de Espa?a 82. Todav¨ªa hoy me es imposible hablar de esto sin emocionarme. No puedo. Empec¨¦ a ver los partidos y como Espa?a cay¨® tan pronto, evidentemente yo segu¨ª con Italia. Rossi me enamor¨® desde el primer momento; y me encantaba Dino Zoff. Me pegu¨¦ a la tele y ya mi mundo fue ese.
P. ?Y, por qu¨¦ llora?
R. No lo s¨¦. Quiz¨¢s porque es emocionante pensar que aquello era algo que mi familia no entend¨ªa. Era como ¡®la ni?a, pero c¨®mo le puede gustar el f¨²tbol si no nos gusta a nadie¡¯. El f¨²tbol, el periodismo, era todo lo que no ten¨ªa que hacer. Pero ese d¨ªa, con 13 a?os, sent¨ª una vocaci¨®n muy fuerte. Hasta entonces no hab¨ªa pisado un estadio de f¨²tbol. Mi primera vez fue en la final del Mundial y en el Bernab¨¦u.
P. ?C¨®mo consigui¨® las entradas?
R. Eso fue bestial. La final era Italia - Alemania; mi mejor amiga estudiaba en el Colegio alem¨¢n. Y enga?amos a nuestras madres. Les dijimos que ¨ªbamos a ver el ambiente. Y en la plaza de los Sagrados Corazones, un brasile?o me ofreci¨® su entrada por 2.000 pesetas. Me fui corriendo a casa, saqu¨¦ la hucha, la romp¨ª y le llev¨¦ las 2.000 pelas. Es curioso, porque no recuerdo el momento de decirle a mi madre que me iba al estadio. A mi amiga, su madre no la dej¨® ir. As¨ª que yo convenc¨ª a la interna que ten¨ªan mis vecinos para me acompa?ara. Nunca llegu¨¦ a mi localidad, me qued¨¦ en un pasillo, v¨ª a muy pocos metros las celebraciones de Pertini y celebr¨¦ un penalti que no entr¨®. Aquella experiencia me marc¨®.
P. ?Siempre ha sabido hacer la pregunta pertinente en el momento adecuado?
R. Es lo que m¨¢s me gusta del periodismo. Preguntar es el gran trabajo del periodista. Yo siempre he tenido mucha curiosidad. No fui buena estudiante, pero siempre he preguntado mucho, al entrevistado y al m¨¦dico. No me gusta quedarme a medias o no entender algo. No puedo quedarme callada. Debo ser un co?azo.
P. Valdano dec¨ªa de usted que se disfrazaba de entrevistadora amable para sacar el cuchillo a la tercera pregunta. ?Cu¨¢nto de estrategia tiene una buena entrevista?
R. Mucha. No todos los entrevistados tienen la misma psicolog¨ªa, ni tienen la misma cabeza; el momento no es siempre el mismo. Por eso preparar las entrevistas es fundamental; se lo digo ahora a mis alumnos. Cuando le hago la entrevista a Zubizarreta que le cuesta el cargo [como director deportivo del Barcelona] yo ya sab¨ªa qu¨¦ semana hab¨ªa pasado; hab¨ªa estado leyendo la prensa catalana todos los d¨ªas; conoc¨ªa el contexto. Si t¨² vas a un partido como a cualquier otro o si entrevistas a todos por igual, es muy dif¨ªcil que saques algo. Adem¨¢s, hay una estrategia. No se lanza la pregunta m¨¢s dif¨ªcil a la primera. T¨² tampoco lo est¨¢s haciendo ahora. As¨ª que espero que vengas.
P. Ah¨ª le va: ?Han sido sus preguntas (im)pertinentes lo que la ha apartado de los palcos de LaLiga?
R. No es que me hayan apartado a m¨ª, es que ahora ya no hay entrevistas a los directivos en el palco. Por lo menos me queda ese consuelo. No es que me hayan quitado a m¨ª para poner a otro. Creo que es la propia Liga la que en general lleva una l¨ªnea de censurar lo que a ellos les parece que no debe salir. Para m¨ª eso es un error. Es su producto y si Movistar ha cedido su producci¨®n a LaLiga, nada que decir. Pero creo que el producto no es mejor; es menos verdad y menos real. Lo que percibo cuando sigo haciendo entrevistas en Champions o la Supercopa, por ejemplo, es que los propios directivos me echan de menos, porque me lo dicen. As¨ª que, ?en qu¨¦ quedamos? A la mayor¨ªa les gusta ese uno contra uno; la mayor¨ªa son ex futbolistas y les pone el tener que enfrentarse a ti, con el a?adido de que eres una mujer. Esa qu¨ªmica de que te est¨¦n poniendo contra la espada y la pared. Se ha perdido algo: un espect¨¢culo alrededor del gran espect¨¢culo que pon¨ªa en valor todo el producto. Sin eso, el producto se deval¨²a.
P. ?Alguna pregunta o entrevistado le han generado ansiedad?
R. No, a m¨ª lo que me genera inquietud y ansiedad es cuando alguien te dice que no preguntes algo que sabes que tienes que preguntar. Eso me saca de quicio. Porque cuando llevas toda la vida preguntando lo que quieres y el trato personal con los directivos es exquisito no entiendo cu¨¢l es el problema. Yo, como periodista, pierdo credibilidad si no pregunto lo que hay que preguntar. Para m¨ª el valor del producto no es solo tener a los mejores futbolistas, es la credibilidad.
P. ?Qu¨¦ hace cuando le dicen que no pregunte tal o cual cosa?
R. Sonr¨ªo y respondo: ¡®entiendo perfectamente tu trabajo, pero yo tengo que hacer el m¨ªo. Muchas gracias¡¯. Uno puede preguntar por todo. Solo tienes que encontrar la manera, el atajo.
P. Fue la primera mujer en los palcos, como se ve en la serie La liga de los hombres extraordinarios. D¨ªgame que ya nadie le ha vuelto a repetir aquello de ¡°?coges todo tan bien como el micr¨®fono?¡±
R. No. Y, es incre¨ªble porque¡ qu¨¦ capacidad tenemos de olvidar las cosas malas. Ese episodio lo he tenido en alg¨²n sitio de mi cerebro olvidado durante 30 a?os. Y volvi¨® a mi cabeza durante la campa?a del Me Too. Me han dicho muchas cosas, pero nunca m¨¢s una salvajada de semejante calibre. Por lo que me dicen, debo dar bastante miedo. Y no lo entiendo, porque tengo una cara de bonachona¡ Me precede la fama.
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