Triunfo vitam¨ªnico del Barcelona en la Euroliga
El equipo azulgrana, que volvi¨® a tiritar por no saber gobernar de pe a pa, tira al final de Satoransky y Higgins para vencer al M¨®naco
Necesitaba el Barcelona un reconstituyente tras la bofetada que se llev¨® en la Copa ¡ªapeado en cuartos ante el Unicaja¡ª, ya descontado el segundo t¨ªtulo del curso tras caer tambi¨¦n en la Supercopa. Y bien que le val¨ªa como vitamina un triunfo sobre el M¨®naco (80-70), inmediato perseguidor en la Euroliga y rival que le hizo tiritar y recuperar sus miedos, esos que explican que a los azulgrana se les da fatal rematar la faena, gobernar de pe a pa. Pero la energ¨ªa del Palau conjugada con las manos de Satoransky y Higgins en el ¨²ltimo acto bastaron para que el susto se quedara en eso, para que el Bar?a se atornillara en la tercera plaza con sus consiguientes beneficios, pues para las eliminatorias se garantizar¨ªa el factor cancha a favor para encarar la ¨²ltima posta antes de la ansiada Final Four.
Pronto explic¨® el M¨®naco que le sobraba cent¨ªmetros en la pintura pero le faltaba habilidad y mu?eca, pues los rebotes no los reconvert¨ªa en los puntos exigidos. Una penalidad que castig¨® de inicio Abrines, entonado desde el per¨ªmetro, recepci¨®n, salto y chof. Un buen despertador para el Barcelona, por m¨¢s que Jasikevicius insista de puertas para afuera que los tropiezos no rebajan el estado efervescente azulgrana, aunque luego ordene sesiones dobles f¨ªsicas y tambi¨¦n un almuerzo de hermanamiento en La Masia que hiciera de pegamento para lo que resta por llegar, la Liga y la Euroliga, ahora un poco m¨¢s encaminada.
Tiene el equipo del Principado en Mike James a un jugador que parecen tres, pues aunque camina con un medido pasotismo, como si el mundo le diera igual, con la pelota en las manos es el director de orquesta, tambi¨¦n el asistente y, sobre todo, el anotador, frontera para cualquier ataque con la floritura y el espect¨¢culo por bandera. Pero Abrines era la efectividad, secundado por Satoransky y un Mirotic que trataba de coger el color y la forma con el paso de los minutos, siempre todos al comp¨¢s del tango de Laprovittola. Pero la verdadera diferencia lleg¨® en la segunda unidad, con el fondo de armario del Bar?a, que encontr¨® la versi¨®n punzante de Higgins, la energ¨ªa de Jakubaitis, la punter¨ªa de Kalinic y sobre todo la a?orada autoridad de Vesely para llegar al entreacto con una diferencia holgada (50-39).
Nada nuevo en un equipo de arrebatos e inspiraciones. La duda, tambi¨¦n la tara de Jasikevicius desde que se hizo cargo del banquillo, era si el equipo podr¨ªa mantener las diferencias sin pasar apuros. Y aunque Abrines y Sanli abrieron de nuevo el tel¨®n con triples, al Bar?a le cost¨® encontrar posiciones c¨®modas de tiro y deshacer el entramado defensivo del M¨®naco, m¨¢s intenso, m¨¢s gallardo, m¨¢s comprometido. As¨ª, lo que estaba encaminado en el entreacto se enred¨® con el paso de los minutos, al fin James, Loyd y Diallo haciendo diabluras en el aro rival. La cuenta atr¨¢s era preocupante: ocho puntos, seis, cinco y hasta tres¡ (65-62), sin noticias de Mirotic ni Laprovittola. Crec¨ªa el M¨®naco al tiempo que menguaba el Bar?a y la diferencia en el luminoso, de nuevo con el temor de ver el repetido aturdimiento y falta de car¨¢cter en los momentos clave en los azulgrana. Pero lleg¨® Satoransky y le secund¨® Higgins para rebajar el sufl¨¦, para que el Bar?a lograra un triunfo energ¨¦tico.
BARCELONA 80 - M?NACO 70
Barcelona: Satoransky (15), Laprovittola (5), Abrines (9), Mirotic (7) y Sanli (5) -quinteto inicial-; Vesely (12), Kalinic (8), Higgins (12), Tobey (2), Kuric (0) y Jokubaitis (5).
Mónaco: James (14), Loyd (13), Brown (6), Diallo (13) y Motiejunas (5) -quinteto inicial-; Okobo (9), Moneke (0), Blossomgame (4), Ouattara (0) y Hall (6).
Árbitros: Matej Boltauzer, Tomislav Hordov y Piotr Pastusiak (Eslovenia).
Palau Blaugrana. 6.840 espectadores.
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