La mancha del virtuoso Bar?a
El ¡®m¨¦s que un club¡¯ y el estilo, intangibles que dan valor a la marca azulgrana, se cuestionan pese al liderazgo de Laporta y Xavi
Hay dos intangibles que explican la reputaci¨®n de la marca FC Barcelona y su capacidad para competir con la del Real Madrid: ser m¨¦s que un club, una condici¨®n que se acredit¨® en 2006 por asociarse con Unicef, y tener un estilo de juego singular, expresado en el Bal¨®n de Oro de 2011 cuando el podio fue compartido por Messi, Iniesta y Xavi. Ambos son hoy motivo de discusi¨®n porque el f¨²tbol del l¨ªder indiscutible de la Liga no acaba de responder al ideario barcelonista y los valores de la entidad est¨¢n comprometidos por el Caso Negreira: el negro nunca mezcl¨® bien con el azulgrana en la historia del Bar?a.
La carga del pasado reciente ha explotado despu¨¦s de que la direcci¨®n del club y la del equipo hayan sido confiadas a dos figuras de la ¨¦poca dorada dispuestas a recuperar las emblem¨¢ticas divisas: el entrenador Xavi Hern¨¢ndez y el presidente Joan Laporta, que no es ajeno al esc¨¢ndalo arbitral investigado (2001-2018). El reto es volver a lograrlo despu¨¦s de los ¨¦xitos alcanzados juntos y por separado desde 2003 a 2015. La carga simb¨®lica ha sido decisiva para capitalizar a un club con cinco Champions frente a las 14 del Madrid. El relato blanco es m¨¢s tangible que el azulgrana si se cuentan los trofeos del Bernab¨¦u y del Camp Nou.
Un mediador acreditado como Brand Finance Football 50 2022 concluy¨® que el Madrid es la marca m¨¢s fuerte y la m¨¢s valiosa del f¨²tbol con 1.500 millones frente a los m¨¢s de 1.300 millones del Manchester City y del Barcelona, que pas¨® al tercer puesto despu¨¦s de que su progresi¨®n haya sido inferior a la del club ingl¨¦s, sobre todo desde 2015. El rosario de derrotas europeas empez¨® a partir de la Champions de Berl¨ªn 2015, la ca¨ªda econ¨®mica se agrav¨® por la covid-19 y la judicializaci¨®n del Barcelona acab¨® por manchar el Camp Nou.
El contrato de Neymar provoc¨® la condena del club por fraude fiscal en 2016, sigue en curso el Bar?agate que destap¨® en 2020 la trama difamatoria urdida en las redes sociales por la directiva de Josep Maria Bartomeu y acaba de empezar el Caso Negreira. La entidad tampoco ha sido ajena a sanciones deportivas como la de la FIFA en 2015 por irregularidades en la contrataci¨®n de menores de 18 a?os conocida como el Caso Mas¨ªa. Muchas torpezas que dejan rastro y son la peor tara para el corpus de identidad que ha avalado la fama de un club hoy amenazado de quiebra y que ha hipotecado sus activos ¡ªcerca de 800 millones¡ª para afrontar fichajes por valor de m¨¢s de 200 millones como el de Lewandowski.
El efecto palancas permiti¨® reducir la deuda de 1.300 millones a 900 millones en diciembre mientras la masa salarial ha vuelto a alcanzar los 650 millones. El Bar?a no solo no puede contratar a jugadores sino que ha denunciado a la Liga porque impide dar de alta contratos profesionales como el de Gavi ¡ªjuega con una cautelar¡ª o normalizar los de Araujo y Balde. El margen de maniobra de la junta de Laporta es m¨ªnimo por la herencia del mandato de Josep Maria Bartomeu. La acci¨®n de gobierno de la directiva, sin embargo, tampoco favorece la recuperaci¨®n porque opera como una empresa familiar y se aleja de la profesionalizaci¨®n desde la salida del CEO Ferran Reverter.
Un d¨¦ficit operativo de casi 200 millones complica a¨²n m¨¢s la financiaci¨®n del Espai Bar?a tasado en 1.500 millones. El consejo de Laporta se ha marcado como fecha l¨ªmite el d¨ªa 31 tras adjudicar las obras a la empresa turca Limak en una decisi¨®n que afect¨® a los cargos de responsabilidad del club vinculados al proyecto ¡ªel directivo Jordi Llaurad¨® dio un paso al costado¡ª y ha provocado un desconcierto parecido al de la salida de Leo Messi al PSG. El argentino metabolizaba el estilo del equipo e impulsaba la habilidad del club para captar jugadores revolucionarios en el f¨²tbol como Ronaldinho, Ronaldo, Kubala, Maradona y sobre todo Cruyff.
Los futbolistas m¨¢s emblem¨¢ticos son hoy los j¨®venes Pedri, Gavi y Araujo y el veterano Lewandowski, adem¨¢s del portero Ter Stegen. Las limitaciones econ¨®micas y la desorientaci¨®n vivida los ¨²ltimos a?os en La Masia han condicionado el juego del Bar?a. La garant¨ªa del estilo no est¨¢ en el campo sino en el banquillo: ¡°Si alguien representa el ADN del Bar?a soy yo¡±, ha manifestado Xavi, dolido por las cr¨ªticas recibidas por quienes entienden que su equipo se aparta del estilo que tanto ha distinguido al Barcelona. ¡°Los peores d¨ªas de mi vida han sido como entrenador del Bar?a¡±, a?adi¨®. ¡°Hay que tener en cuenta de d¨®nde venimos¡±, insisti¨® el sustituto de Ronald Koeman.
Xavi intenta reconstruir al equipo y recuperar el estilo de la misma manera que Laporta pretende recuperar los atributos del club en un momento de m¨¢xima presi¨®n y tambi¨¦n de atenci¨®n en Europa. El Barcelona se defiende con el primer puesto de la clasificaci¨®n de la Liga y la media de 80.000 espectadores que acuden al Camp Nou. El vicepresidente Juli Guiu anunci¨® en Rac 1 que en junio habr¨¢ una cifra r¨¦cord de ingresos en ticketing, patrocinios y visitas al Museu del Bar?a. El equipo, eliminado de Europa, necesita t¨ªtulos para sostener al club y mitigar los efectos del traslado a Montju?c durante un a?o por la reforma del Camp Nou.
El fin justifica los medios, as¨ª como las circunstancias invitan a la gent blaugrana a ser comprensiva con el f¨²tbol azulgrana, de manera que el c¨®mo ha pasado a ser com¨²nmente aceptado despu¨¦s de que en tiempos de bonanza provocara el adi¨®s de entrenadores como Tata Martino y hasta Ernesto Valverde. Ya no se polemiza por la posesi¨®n de la pelota y se admite el 1-0. A Xavi le ha tocado renovar los liderazgos despu¨¦s de la partida de Messi y Piqu¨¦ y desde la miseria recordar el solfeo futbol¨ªstico ideado por Cruyff, el padre del f¨²tbol moderno, el mismo que supo interpretar y coronar el juego que tanto ha ocupado a los pensadores del Barcelona.
La obsesi¨®n por una forma de jugar empez¨® con el fundador Joan Gamper y su querencia por los equipos t¨¦cnicos centroeuropeos; continu¨® con los cazatalentos Pepe Samitier, Ramon Llorens y Josep Boter; alcanz¨® su punto m¨¢ximo con Laureano Ruiz y Rinus Michels; conquist¨® el mundo con Cruyff y se intent¨® perpetuar con el ¨¢rea de metodolog¨ªa de Paco Sehirul.lo. El druida Sehirul.lo ya no est¨¢ en el Camp Nou y el equipo no necesita jugar bien para ganar mientras la instituci¨®n tampoco act¨²a siempre como m¨¦s que un club sino que hasta se polemiza sobre el modelo de propiedad de los socios, amenazado seg¨²n Laporta.
El presidente sostiene que hay una campa?a para asfixiar al Bar?a hasta convertirlo en una sociedad an¨®nima deportiva. El instigador ser¨ªa Javier Tebas, el presidente de la Liga, el ¨®rgano con el que est¨¢ peleado la entidad azulgrana desde que se neg¨® a firmar el acuerdo con el fondo de inversi¨®n CVC y se ali¨® con el Madrid en favor de la Superliga. No hay reproches p¨²blicos a la gesti¨®n de Laporta. No hay oposici¨®n, no hay entorno, no hay sociedad civil que se interese por el Bar?a. La cuesti¨®n es Laporta o Laporta.
El desaf¨ªo es ¨²nico cuando el club, fundado en 1899, va camino del 125 aniversario, efem¨¦ride que invita a reflexionar sobre la naturaleza de la instituci¨®n ¡ªcatalana y catalanista; de vocaci¨®n integradora y cohesionadora social y definitivamente politizada desde el cierre de Les Corts en 1925¡ª y sobre el f¨²tbol del equipo despu¨¦s de afirmaciones como la de Lewandowski: ¡°El juego del Bar?a de hace 10 a?os quiz¨¢ hoy no funcionar¨ªa¡±. El comisionado es David Carab¨¦n y sus reflexiones ayudan a adivinar el programa: ¡°Ser m¨¦s que un club es una voluntad y un compromiso; jugar como nos gustar¨ªa, un prop¨®sito. Es orgullo, no superioridad¡±, escribi¨® en La Vanguardia.
Aunque hay relatos tan asumidos que est¨¢n grabados en el imaginario colectivo, la realidad exige saber la versi¨®n del Bar?a sobre el Caso Negreira. Una parte esencial de su relato se explica por los arbitrajes, hasta el punto de que el negro ¡ªas¨ª como el blanco¡ª eran antag¨®nicos para los colores azulgrana del Bar?a. No alcanzar¨¢ con la pasi¨®n y el sentimiento para dar con un quitamanchas que ponga a salvo al club, al equipo y a la marca FC Barcelona.
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