El Real Madrid florece en abril
El equipo de Ancelotti supera a un mermado Chelsea y encarrila con autoridad el pase a semifinales en un duelo en el que tuvo ocasiones para ir a Stamford Bridge con m¨¢s ventaja
Lo que sucede con el Real Madrid por estas semanas de las primeras mangas cortas sigue resultando dif¨ªcil de explicar, y bastante m¨¢s sencillo de describir. Lo hizo, por ejemplo, el exmadridista y Bal¨®n de Oro Michael Owen la semana pasada despu¨¦s del 0-4 en el Camp Nou: ¡°Abril significa una cosa. El Real Madrid empieza a tomarse las cosas en serio¡±. Contra el Bar?a, y tambi¨¦n contra el Chelsea, un club descuajaringado al que someti¨® con una solidez formidable. Dej¨® el pase a la semifinal muy encarrilado, m¨¢s por las sensaciones de juego que por el marcador, que pudo ser m¨¢s amplio. Pero aqu¨ª est¨¢ el Madrid de nuevo, acelerando en la Copa de Europa.
El Chelsea ya hab¨ªa estado en el Bernab¨¦u un 12 de abril para unos cuartos de final. El a?o pasado. Hace nada. Aunque para el equipo ingl¨¦s parece un siglo. M¨¢s de 600 millones de euros m¨¢s tarde, despu¨¦s de haber consumido tres entrenadores (Tuchel, Potter y Saltor), y tras rescatar a Frank Lampard, apenas queda rastro del sofoc¨®n de aquella visita que coloc¨® al Madrid al borde del precipicio pese a haber ganado 1-3 en Londres. Otro mundo. El equipo marcha ahora en la Premier m¨¢s cerca del descenso que de Europa y acudi¨® a La Castellana con un plan sencillo: aguantar y correr.
Y al principio dio la impresi¨®n de que pod¨ªa funcionar. Kant¨¦ lanz¨® a correr a Jo?o F¨¦lix justo despu¨¦s de un robo, y el portugu¨¦s se encontr¨® con el campo despejado y solo Courtois en el horizonte. Pero Milit?o le recuper¨® la ventaja y el fogonazo se disip¨®. Eso era el Chelsea: robar, lanzar, correr.
Enfrente, el Madrid se parec¨ªa mucho m¨¢s al del a?o pasado. Sin la desesperaci¨®n de entonces, pero emitiendo las mismas se?ales de certeza casi absoluta. Una vez aplacadas las primeras carreras a la espalda, el equipo de Ancelotti, con el mismo once que hab¨ªa arrasado el Camp Nou con un 0-4 solo una semana antes, acamp¨® en los alrededores del ¨¢rea de Kepa y empez¨® a buscar grietas. Con paciencia. Con seguridad. Con empe?o creciente. Iba apareciendo entre l¨ªneas Fede Valverde, impulsado por el p¨²blico despu¨¦s de su pu?etazo a Baena el s¨¢bado. Aceleraba y limpiaba todo lo que le ca¨ªa.
Empezaron a encontrarse tambi¨¦n Rodrygo, Vinicius y Benzema, que prob¨® dos primeros tiros inofensivos. La pelota flu¨ªa cerca del ¨¢rea, con la sensaci¨®n de que algo estaba madurando. Era el Chelsea, que comenzaba a evaporarse. Aguantaba, pero la otra parte del plan no funcionaba. El Madrid cada vez robaba m¨¢s arriba, y cada vez lo hac¨ªa m¨¢s a menudo. Todos muy atentos: Carvajal, Kroos, Modric, Alaba, Milit?o. As¨ª naci¨® la ventaja. Camavinga reba?¨® una pelota cerca del ¨¢rea contraria que lleg¨® enseguida al otro lado a Carvajal. De lateral a lateral. Dani vio a Vini lanzado por el centro del ¨¢rea, se la puso flotando, y el brasile?o la dej¨® atr¨¢s para que marcara Benzema. Abril es tambi¨¦n el mes del franc¨¦s: siete goles en 12 d¨ªas. Cuatro, en los tres partidos de eliminatorias de esta Champions.
El Madrid, en su versi¨®n ganadora de la ¨²ltima Champions. Primero un gol entre Vinicius y Benzema, y enseguida una parada al l¨ªmite de Courtois, de un tiro a bocajarro de Sterling. Despu¨¦s del gol y la salvada, sigui¨® con la labor de demolici¨®n.
Vinicius superaba casi siempre a Reece James, y trenzaba muy arriba con Benzema y Rodrygo. Trenzaban tanto que terminaban enred¨¢ndose. El Chelsea, aculado, parec¨ªa rendido, y el Madrid no terminaba de acabar con ¨¦l. Rondaba el gol, dominaba el ¨¢rea, inquietaba a la defensa, pero el marcador no se mov¨ªa. El Chelsea aguantaba. Incluso con 10, despu¨¦s de que Chilwell derribara a Rodrygo a un palmo del ¨¢rea.
Entonces intervino Ancelotti, que desactiv¨® parte de la ret¨®rica del pase de m¨¢s. Retir¨® a Rodrygo y meti¨® a Asensio, un artillero sin contemplaciones que emboc¨® un misil desde la frontal pegado al palo al que Kepa no lleg¨® a tiempo. Hab¨ªa venido a eso, y un par de minutos despu¨¦s volvi¨® a probar desde un poco m¨¢s lejos: se le fue rozando el otro palo.
El Madrid no encontr¨® m¨¢s premio, si acaso el alivio terminal de R¨¹diger, en el otro bando el a?o pasado, que salv¨® un susto de Mount. El alem¨¢n, que empez¨® en el banquillo, se ha subido tambi¨¦n al abril florido del Bernab¨¦u.
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