El mal de altura del Arsenal abre al City la puerta de la Premier
Los londinenses desperdician contra el West Ham un 0-2 por segunda jornada seguida y los de Guardiola se acercan a cuatro puntos con un partido menos
Asomado al tramo final de la Premier desde lo alto de la tabla, al Arsenal parece haberle entrado el v¨¦rtigo. El domingo pasado se adelant¨® 0-2 en Anfield en media hora, y termin¨® viendo c¨®mo el renqueante Liverpool le empataba. Este domingo contra el West Ham, tambi¨¦n fuera de casa, el comienzo del equipo de Mikel Arteta result¨® a¨²n m¨¢s fulgurante. Se pusieron 0-2 en solo diez minutos, y volvieron a permitir que se les evaporara la ventaja, esta vez ante un cuadro que coquetea con el descenso y vive un ambiente de pre descomposici¨®n en el que los aficionados han emprendido una campa?a para que el club se deshaga cuanto antes del t¨¦cnico, David Moyes. El empate en el London Stadium (2-2) deja al Arsenal con solo cuatro puntos de ventaja sobre el Manchester City, que ha jugado un partido menos.
La Premier parece destinada a decidirse dentro de diez d¨ªas en M¨¢nchester, cuando Arteta visite a su antiguo jefe, Pep Guardiola, despu¨¦s de que Moyes, el tipo que lo tuvo a sus ¨®rdenes m¨¢s de 200 partidos en el Everton, le dejara temblando. Es la primera vez que un l¨ªder de la liga inglesa desperdicia una ventaja de 2-0 en dos partidos seguidos, quiz¨¢ algo comprensible en el tierno Arsenal, tan talentoso como joven, perseguido por un City en modo apisonadora.
Despu¨¦s de arrollar al Bayern el martes pasado en la ida de los cuartos de final de la Champions (3-0), los de Guardiola recibieron al Brighton el s¨¢bado, y lo aplacaron antes del descanso. La sensaci¨®n de dominio result¨® apabullante. Haaland, que marc¨® dos veces, ni siquiera se consider¨® necesario en el segundo tiempo, que tampoco disput¨® Stones y en el que apenas se vio unos minutos a Rodri y De Bruyne. El City se hab¨ªa puesto con tres goles de ventaja en los primeros 45 minutos y conserv¨® casi toda la ventaja dosificando efectivos (3-1).
Cuentan con un punto de madurez superior al de la muchachada de Arteta. El f¨²tbol del Arsenal sigue estando ah¨ª. Al comienzo dejaron momentos deslumbrantes. Resuelven situaciones en espacios min¨²sculos con una clarividencia y atrevimiento que parecen funcionar casi de memoria. Golpearon al West Ham a los siete minutos a partir de una asociaci¨®n en los alrededores de la frontal en la que se juntaron Partey, Odegaard con un pase filtrado a la espalda que ilumin¨® el estadio, Ben White con la carrera a por la pelota y el pase al segundo palo, y Gabriel Jes¨²s con el gol. El Arsenal desactiv¨® con soltura el empe?o de Moyes de disponer a su gente del mejor modo para no recibir da?o. Esa cautela es la que le ha venido salvando en las ¨²ltimas fechas, y tambi¨¦n la que ha soliviantado a la grada, aburrida de sus temores.
Lo que sigui¨® a ese primer gol sugiri¨® una determinaci¨®n en el Arsenal similar a la voracidad que se le ha disparado al City en este tramo terminal del curso. Siguieron apretando muy cerca del ¨¢rea contraria. Martinelli vio el brazo que le levant¨® Odegaard solo al otro lado del ¨¢rea, le envi¨® la pelota y el noruego anot¨® el 0-2. Todo encajaba en el plan de Arteta. No solo eso: el West Ham parec¨ªa desaparecido. Hasta que el Arsenal comenz¨® a derretirse y los de Moyes revivieron. Primero fue un mal control de Thomas Partey en el que Declan Rice le birl¨® la pelota. El mediocentro ingl¨¦s vio en el ¨¢rea a Paquet¨¢, al que hicieron el penalti del 1-2.
Arteta logr¨® que su equipo saliera de nuevo agitado para el segundo tiempo, pero volvieron a ser ellos los que concedieron margen al West Ham. Saka desperdici¨® un penalti y poco despu¨¦s Bowen empat¨® el encuentro. El Arsenal ya no encontr¨® manera de espabilarse, mientras ve¨ªa al rival rondar incluso la victoria, y recordaba la escasa distancia a la que se ha colocado el implacable City.
Quedan solo siete jornadas por delante en la Premier y si el Arsenal quiere llevarse el t¨ªtulo necesitar¨¢ aguantar el tembleque el mi¨¦rcoles 26 de abril en la guarida de su perseguidor.
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