Tadej Pogacar a?ade la Flecha Valona a su colecci¨®n de cl¨¢sicas
El mejor ciclista del mundo se impone con facilidad en lo alto del Muro de Huy, donde Mikel Landa acaba tercero
La naturaleza imita al arte y cuatro horas despu¨¦s Tadej Pogacar, al pie del muro de Huy, imita a la neerlandesa Demi Vollering, que ataca abajo, resiste, vuelve a atacar y gana sola.
Quiz¨¢s tenga raz¨®n Mavi Garc¨ªa, cuarta en la cima de la falla belga de las Ardenas con la que choca brusca la llanura del plano pa¨ªs y en la que termina, v¨ªa el camino de las capillas y su viacrucis, la Flecha Valona, cuando reflexiona y dice que, en el fondo, el nuevo ciclismo masculino, el que enamora por su aire salvaje, osado, por las figuras de tanto car¨¢cter como Pogacar, Van der Poel, Van Aert y otros, no nace sino como imitaci¨®n al ciclismo femenino, la ausencia de c¨¢lculo, el miedo no a perder sino a no ganar.
Vollering, ganadora esta primavera de las Strade Bianche y la Amstel, domina las cl¨¢sicas femeninas como Pogacar, dios, domina todo el ciclismo masculino, un pu?o como el de Eddy Merckx, y la misma resignaci¨®n de sus rivales. ¡°Esta ma?ana dije que mi objetivo era quedar segundo detr¨¢s de Pogacar y lo he conseguido¡±, dice Mattias Skjelmose, un dan¨¦s del a?o 2000, con talento y futuro, feliz por su segundo puesto ¡°detr¨¢s de quien quiz¨¢s se convertir¨¢ en el mejor ciclista de la historia¡±. ¡°Es dif¨ªcil pensar en algo mejor que quedar segundo en las carreras en las que participa¡±.Un gato jugando con los ratones, se rinden los comentaristas televisivos, que primero se emocionan porque, a 500 metros de la cima, y la pendiente se acerca al 20%, ven a Pogacar, bien sentado en el sill¨ªn, condenado, sentencian, mientras los dem¨¢s --Bardet, Woods, Ciccone, Landa tambi¨¦n--, bulliciosos, se mueven y aceleran, y despu¨¦s se quedan sin habla porque Pogacar tambi¨¦n levanta el culo y acelera, y en dos pedaladas sobre el asfalto vertical saca cinco metros a todos, al puro estilo de Valverde, el rey moderno de la Flecha. Suma as¨ª una nueva cl¨¢sica a su colecci¨®n. Detr¨¢s se afanan en el sprint y calculan Skjelmose y Mikel Landa, tercero, el mejor puesto en la Flecha en la vida del escalador vasco, que vive una primavera gozosa a los 33 a?os. ¡°Pogacar es superior¡±, dice Landa. ¡°Estoy superfeliz. Podr¨ªa haber quedado quiz¨¢s segundo, pero nunca primero. Alguno tiene que ser el primero entre los mortales, y est¨¢ bien poder luchar por serlo¡±.
Pogacar es un camale¨®n. El gran imitador, y un poquito m¨¢s. Gana en todos los terrenos a la manera en la que ganan los especialistas. Si hay que ganar en la Flecha lo hace como Valverde o Alaphilippe; en Flandes como Van der Poel o Van Aert, a los que descorazona; en el Tour, como Merckx, cuyos pasos sigue y multiplica, y corre guiado por un carpe diem extremo, gentileza, quiz¨¢s, de su pertenencia a la generaci¨®n Zeta, el mismo esp¨ªritu de Max Verstappen, Jon Rahm o de Carlos Alcaraz, el m¨¢s joven de todos, el faro, que no se juega una pelota que no busque las l¨ªneas con m¨¢xima velocidad y afirma que la vaya como le vaya nunca jugar¨¢ con el freno de mano puesto. ¡°Quiero ganar siempre porque me divierto mucho haci¨¦ndolo. Solo intento disfrutar del momento todo lo que puedo¡±, dice el esloveno, de 24 a?os, ni rastro de sudor en su rostro sereno y tranquilo, y sonriente, mejillas sonrosaditas, su pelo claro revuelto, y el mech¨®n rebelde que asoma siempre por las rendijas del casco, y hasta cuenta como una an¨¦cdota divertida c¨®mo estuvo a un cent¨ªmetro de perderlo todo cuando, a 21 kil¨®metros de la meta, hubo una gran ca¨ªda en su zona, y c¨®mo le roz¨® en su ca¨ªda Rojas, a su izquierda, y pudo esquivar delante a Janssens. ¡°Qu¨¦ caos, cu¨¢ntos nervios. Pero pude salir muy bien del embrollo¡±.
Los viejos, preocupados siempre, siempre con la duda en el cerebelo, le han preguntado si no es contraproducente tanto esfuerzo, que no hace ni un mes gan¨® en Flandes y el domingo pasado gan¨® la Amstel y el pr¨®ximo domingo llega la Lieja, la m¨¢s dura de todas, y dentro de dos meses y medio el Tour, que tanto desea. Los viejos, claro, hablan de Merckx, el can¨ªbal que lo gan¨® todo, y varias veces, pero que ni siquiera fue capaz de ganar en el mismo a?o Flandes, Amstel y Flecha, como Pogacar lo ha hecho. Tambi¨¦n hablan de Davide Rebellin y de Philippe Gilbert, los dos ¨²nicos que en la historia han ganado el mismo a?o el llamado tr¨ªptico de las Ardenas ¨CAmstel, Flecha, Lieja--, y se preguntan en voz alta si el domingo Pogacar entrar¨¢ en el club del italiano, recientemente fallecido atropellado por un cami¨®n, y el belga, reci¨¦n retirado. Pogacar no se permite dudar. ¡°Ser¨¢ diferente el domingo¡±, dice de la Decana, el monumento m¨¢s antiguo, que ya gan¨® hace dos a?os --en 2022 no particip¨®-- y donde le espera Remco Evenepoel, el ganador del a?o pasado, reci¨¦n descendido del Teide. ¡°M¨¢s dura, m¨¢s horas, subidas m¨¢s largas... A ver, a ver¡±. ?l responde como responde siempre en las previas. La afici¨®n tampoco duda, y solo su coraz¨®n se pregunta si no ser¨ªa mejor ver perder un d¨ªa al invencible y dar esperanzas a los que se resignan.
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